Thursday 28 de March, 2024

OPINIóN | 13-04-2016 20:10

De arrepentido a arrepentido: Pontaquarto teme por Fariña

El valijero de la causa de los sobornos en el Senado relata en primera persona su preocupación por el financista de la ruta del dinero K. Los costos de confesar.

Yo también fui arrepentido de un caso de corrupción (los sobornos del Senado) y ahora que veo la confesión de Leonardo Fariña en la ruta del dinero K y que acaban de amenazarlo, no puedo más que decir que me preocupa su situación personal. Porque si bien en su caso y el mío hay diferencias abismales -él se desdijo y era un personaje de la farándula, mientras que yo no-, mi experiencia me dice que nadie declara, cara a cara, ante un juez más de diez horas mintiendo o fabulando. Y en este punto es donde tenemos algo en común: el miedo, la soledad, la angustia y el abandono se hacen cargo de uno. El ser humano queda en un segundo plano cuando se producen estos escándalos políticos.

Acogerse a la ley del arrepentido no fue para nada un alivio sino que pareciera más un castigo. Estuvo en una celda de dos por dos saliendo una hora por día, pero lo más terrible es que no pudo ver a sus afectos, su padre y su pequeño hijo. Es un claro mensaje del sistema para que no hable más, para desmoralizarlo. El juez y el fiscal deben garantizar a Fariña la tranquilidad, pero por sobre todas cosas la contención emocional, tanto adentro como afuera de la cárcel. Afrontar el proceso de delatar a otras personas no es fácil. Por momentos se vuelve insostenible porque sos como una especia de mancha venenosa: los que eran tus amigos ya no te quieren. Y, el resto, te juzga. A mí, lo único que me mantuvo vivo fueron mis afectos. Ya se sabe, pero yo tuve un intento de suicidio por sentirme totalmente solo. Perdí el trabajo y el círculo social que solía frecuentar. No es mi intención victimizarme, ni muchos menos. Solamente señalar que, contrariamente a lo que pueda parecer, hablar en causas tan sensibles como estas tiene muchos costos personales. Desalentar y abandonar a Fariña sería la crónica de un final anunciado.

* Arrepentido de la causa de los sobornos en el Senado.

por Mario Pontaquarto*

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