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CIENCIA | 20-05-2016 12:49

En busca de extraterrestres dentro del sistema solar

Grupos de astrobiólogos creen que el lugar para encontrar algún tipo de vida fuera de la Tierra es Júpiter. Sus lunas tuvieron alguna vez líquido corriendo por su superficie. Mientras, los astrónomos siguen hallando sistemas solares similares al nuestro.

Tres planetas potencialmente habitables del tamaño de la Tierra fueron descubiertos orbitando una estrella oscura y fría de un tamaño poco más grande que el de Júpiter. La estrella en cuestión fue bautizada como TRAPPIST-1 y está ubicada en la constelación Acuario, a unos 39 años luz de la Tierra: Alfa Centauro, la más cercana al sistema solar, dista unos 4,3 años luz de nuestro planeta. El extravagante nombre no es otra cosa más que la sigla (en inglés) del nombre del telescopio TRAnsiting Planets and Planetesimals Small Telescope.situado en Chile. TRAPPIST-1 es dos mil veces menos brillante que el Sol y emite la mitad de su calor. Con una masa veinte veces más pequeña y menos de un octavo de ancho, parece poco más grande que Júpiter. Es una estrella enana ultrafría, tipo que representa al 15% de todas las estrellas cercanas al Sol. Alrededor de TRAPPIST-1 orbitan los tres exoplanetas (es decir, extrasolares) que asombran a los científicos.

Hasta ahora, un sistema liderado por esta clase de estrellas era algo puramente teórico; y tan importante es su hallazgo que acaba de ser publicado en la revista científica más importante del mundo, Nature. “Cada uno de los tres planetas que orbitan alrededor de TRAPPIST-1 es apenas un 10% más grande que la Tierra –describe Adam Burgasser, de la Universidad de California y uno de los investigadores involucrados en el descubrimiento-. El tipo de planeta que hallamos es muy interesante desde el punto de vista de la búsqueda de vida en el Universo y más allá de la Tierra”. Michaêl Gillon, jefe del equipo de expertos, puntualiza: “Este tipo de estrellas pequeñas y frías deberían ser los primeros lugares adonde tendríamos que ir a buscar vida, porque planetas como estos podrían llegar a ser los únicos donde podríamos detectarla con la tecnología que tenemos actualmente”.

Como los planetas que orbitan a TRAPPIST-1 están relativamente cercanos, los científicos creen que podrán analizar sus atmósferas y determinar si están habitados o no. El Telescopio Hubble y uno que está por llegar, el James Webb Space, ayudarían a analizar sus atmósferas con el objetivo de buscar moléculas capaces de contener sustancias propias de la vida tal y cual la conocemos en la Tierra, como agua, dióxido de carbono y ozono.

Sin embargo, las similitudes con la Tierra no son tantas. Los períodos orbitales de los tres planetas hallados no se parecen en nada a los terrestres: en un par de ellos los años duran alrededor de dos días, y en el tercero, el rango se ubica entre los 4,5 y los 73 días. Consecuencia de períodos orbitales tan breves: que los planetas están entre 20 y 100 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol.

Búsquedas cercanas. Mientras tanto, otros científicos ya tienen un ránking de cuáles serían los seis lugares dentro del sistema solar terrestre en los que más posibilidades de hallar vida tenemos. Una encuesta hecha sobre 2.400 personas vinculadas con la astronomía y ciencias hermanas dio como resultado que el 47% de ellos creen que el primer lugar al que deberían ir los científicos en busca de aliens es Europa, una de las lunas del planeta Júpiter. De hecho, los expertos en astrobiología creen que el satélite natural esconde un vasto océano de agua líquida ubicada debajo de una cubierta helada y por encima de un manto rocoso y caliente. Agua líquida rodeada de calor y hielo podría ser la cuna perfecta para reacciones químicas capaces de dar origen a algún ser vivo. De hecho, la agencia espacial estadounidense, la Nasa, tiene planeado lanzar una misión a Europa en la década del 2020 para verificar si ese lugar alberga vida.

La encuesta obtuvo como segundo albergue de vida al planeta Marte (23% de los votos). Observaciones hechas por las misiones Mars Rover y Curiosity de la Nasa (entre otras) dieron como resultado evidencia de que al menos algunas partes del planeta rojo fue habitables hace miles de millones de años. La hipótesis es que Marte tuvo un clima cálido y húmedo, con grandes extensiones de agua líquida sobre su superficie. Actualmente el planeta no tiene ni ese clima ni esas extensiones líquidas visibles: el planeta se transformó en un lugar frío, seco y castigado por la radiación ultravioleta. Pero hay expertos que aún piensan que la vida microbiana pudo haber sobrevivido apenas por debajo de la superficie del planeta, incluso, hasta hoy día. Tal es así que tanto la Nasa como la Agencia Espacial Europea (ESA) enviarán sondas verificadoras en el 2018 y en el 2020, para buscar más rastros de vida, tanto pasada como presente.

Titán, la gran luna de Saturno, fue elegida por el 16% de quienes respondieron la encuesta. Con sus 5.150 kilómetros, es el único mundo dentro del sistema solar (fuera de la Tierra) que puede contener líquido de manera estable sobre su superficie. El problema es que los mares y lagos de Titán, en lugar de contener agua, están llenos de hidrocarbonos tales como el etano.

Enceladus, otro de los satélites naturales de Saturno, se lleva el 9% de los votos. Como Europa, esta luna guarda un océano subterráneo cubierto por una capa de hielo, con la diferencia de que Enceladus es mucho más pequeña. Pero es famosa por los chorros de agua helada y material orgánico que son escupidos al espacio desde el polo sur. Varios han sido los expertos que han diseñado misiones que podrían ir a rastrear signos de vida a Enceladus, a esos chorros químicos lanzados fuera de esa luna, aunque ninguno ha sido aún aprobado por las agencias espaciales.

Pero al mismo tiempo Júpiter, el planeta alrededor del cual orbita ese satélite natural tiene cierto encanto para pensarlo como albergue de alguna forma de vida. La temperaturas de sus nubes es gélida (se ubica en torno de los -145 grados Celsius), pero bajo esas nubes se ha detectado un gran océaño de hidrógeno metálico en forma de líquido. Si hubiera vida en ese lugar, sería particularmente extraña, vista desde los ojos de un ser humano.

Y por fin, llega Venus. Como Marte, tal vez haya estado habitado en el pasado, pero una fuga de gases de efecto invernadero pudo haber provocado que el planeta se convirtiera en un lugar sumamente caliente a través de las eras. Las temperaturas de la superficie venusina son de uno 460 grados Celsius. Algunos científicos creen que aún hay ambientes templados donde cierta vida microbiana pudo haber sobrevivido, a unos 50 kilómetros por debajo de la superficie del planeta, y donde tanto temperaturas como presión son similares a las terrestres. Ya hay misiones (tanto robóticas como tripuladas) para explorar los cielos venusinos, aunque solo en el plano teórico.

Algo más llamativo aún que todas estas hipótesis sobre la vida alien: un 13% de quienes respondieron la encuesta dijo que la Tierra es el único lugar en el universo para ellos. El resto, se mostró dispuesto (al menos imaginariamente) a ir a vivir lejos de nuestro planeta madre.

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