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SOCIEDAD | 03-09-2016 00:00

Las cinco preguntas que desvelan al cirujano

La fiscal duda si fue un acto de legítima defensa. Las pericias sbre las dos armas y la escena del crimen.

Lino Villar Cataldo (61) jura que esa noche no tuvo opción, que disparó porque sentía que lo iban a matar. La madre del ladrón asesinado, Ricardo "Nunu" Krabler (24), no tiene dudas, dice que la muerte de su hijo fue un fusilamiento. La Justicia todavía no tiene todas las respuestas: ¿Fue un caso de legítima defensa?, ¿hubo un exceso de violencia?, ¿existió premeditación por parte del médico? La tragedia de Loma Hermosa volvió a instalar con fuerza el debate por la inseguridad y a poner en evidencia la violencia en la Argentina.

Como si se tratara de una historia de héroes y villanos, todos los protagonistas salieron a contar su versión de los hechos por la televisión y nadie dejó de tomar posición. "Todos somos el doctor Villar Cataldo" fue una de las frases que más se repitió en las redes sociales para apoyar al médico. En los medios se lo bautizó como el "justiciero".

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que Villar Cataldo es una víctima y, en la misma línea, gran parte de la opinión pública abrazó la idea de que éste fue un claro caso de legítima defensa. Sin embargo, la fiscal Diana Mayko entiende que aún faltan elementos para llegar a esta conclusión. El análisis de la portación del arma y la reconstrucción de la escena fatal serán clave para esclarecer lo que sucedió.

El médico Villar Cataldo acaba de comenzar un recorrido judicial y hay cinco preguntas que lo atormentan. Las dudas sobre el arma, la escena del crimen y las hipótesis que maneja la fiscal pueden complicar su situación. Son cuestiones que el cirujano deberá responder para explicar que los suyo no fue un simple fusilamiento.

Los interrogantes. El trágico hecho sucedió la noche del viernes 26 de agosto en la localidad de San Martín, en la calle Ombú 6865. Alrededor de las 21 horas, Villar Cataldo terminó de trabajar en su consultorio privado, abrió el portón de su casa, saludó a un vecino y, cuando estaba a punto de salir en su Toyota Corolla, fue interceptado por un ladrón y dos cómplices.

"Estaba con la ventanilla baja y cuando terminé de sacar el auto advertí que venía corriendo un hombre. Apuntándome con el arma, se paró al lado del auto y, sin mediar palabra, me dio un culatazo en la cabeza. Me dijo: 'Bajate hijo de puta que te mato'. No sé quién abrió la puerta, pero este hombre me tomó de la ropa y con mucha fuerza me tiró al piso", declaró ante la Justicia.

El médico afirma que no recuerda cuánto tiempo duró el episodio. Según relató, luego de tirarlo al piso Ricardo Krabler subió al vehículo, puso reversa y le pasó la rueda por encima mientras repetía  "te voy a matar hijo de puta". Villar Cataldo declaró que en ese instante logró incorporarse y llegar hasta el cantero del consultorio, donde había dejado su arma Bersa Thunder 9 milímetros con la que disparó cuatro tiros que terminaron con la vida del delincuente. Según él, siempre deja el arma en el mismo lugar para poder abrir el portón con mayor seguridad.

"Con todo el dolor que tenía, me incorporé, me corrí de la línea de fuego y empecé a disparar al bulto, contra el auto. Sentí mucho miedo porque pensé que este sujeto me iba a matar con el arma con la que me apuntó. Por eso disparé con mi arma. No sé cuántos disparos efectué, si dos, tres o cuatro. No lo recuerdo. Luego de disparar, cerré el portón, entré a la casa, tomé el teléfono fijo y llamé al 911”, agregó el médico.

Esa misma noche, Villar Cataldo quedó detenido y recién recuperó la libertad el miércoles siguiente, luego de que el juez  de Garantías Lucas Oyhanarte le concediera la excarcelación extraordinaria. El magistrado no tomó la decisión en base a la hipótesis de la legítima defensa sino en función de los problemas cardíacos del médico y al entender que no existían riesgos procesales (es decir, que no intentaría fugarse ni entorpecer la investigación). Además le fijó una caución personal de un millón de pesos, la prohibición de salir del país y de acercarse al lugar del hecho.

La fiscal no se opuso a la excarcelación pero no descarta que en el relato de Villar Cataldo puedan existir algunas contradicciones. "La causa está en sus inicios, hay muchas cuestiones periciales pendientes de resolución: tenemos que certificar objetivamente si los dichos del médico son así o no". Es que si bien Mayko no rechaza la causal de legítima defensa, todavía no encontró motivos para admitirla. 
¿El médico tenía su Bersa en el cantero como declaró, la llevaba encima o pudo ingresar al consultorio a buscarla?, ¿cuánto tiempo transcurrió desde que fue interceptado por delincuente hasta que se produjeron los disparos?, ¿no había manera de escapar de la escena fatal?, ¿actuó de forma impulsiva o hubo margen para la premeditación? Una de las principales dudas que tienen en la fiscalía está relacionada con la posición en la que se encontró el cadáver del delincuente: boca arriba y con su arma debajo de su cuerpo. ¿Llegó a apuntarle al médico?, ¿estaba escapando cuando fue abatido?

Por el momento, la carátula del caso continúa siendo “Homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego” y el principal objetivo de los abogados defensores del médico es conseguir cambiarla.

La familia del ladrón, sin embargo, insiste en las contradicciones y reclama que el médico vuelva a prisión. "El médico dice que mi hijo repetía que lo iba a matar, que se lo dijo cuatro o cinco veces… ¿Tanto tiempo esperó mi hijo para matarlo?", declaró la madre del delincuente, Silvia Krebler. Para ella, las principales dudas giran con relación al tiempo: su hipótesis la lleva a pensar que Villar Cataldo tuvo margen de maniobra para decidir si su hijo debía vivir o morir y que no actuó de manera impulsiva.

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