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SOCIEDAD | 13-11-2016 03:08

Las locuras de la hermana de Macri: se escapaba de la custodia de noche

Florencia Macri siempre desafió los mandatos familiares. Fiestas electrónicas, consumo de alcohol y novios polémicos.

Florencia Macri, la hija menor de Franco Macri y hermana del presidente, siempre cosechó el perfil bajo y reniega de los mandatos familiares. A pesar de siempre haber sido la más consentida por su padre, desde que era adolescente se mostró rebelde y, en más de una oportunidad, sus escándalos se convirtieron en un problema familiar.

En su adolescencia, los boliches y los “after hour” de música electrónica comenzaron a ser su mundo. Luego de haber sido víctima de un secuestro extorsivo, su padre decidió ponerle seguridad. "Ella se escapaba de su custodia para poder ir a bailar", comentan sus conocidos. 

Florencia se mostró siempre indómita y su fascinación por este mundo no tenía fin. Las primeras fotos de la joven en la noche porteña escandalizaron a la familia, pero nadie se atrevió a frenarla. En ese ambiente conoció al que sería su primer novio, el RR.PP. Eduardo “Conejo” Bourel. 

Algunos de quienes asistieron a esas fiestas exclusivas aún recuerdan que más de una vez Florencia se excedía. “Varias veces terminaba desmayada en los pisos de los boliches”, asegura un allegado. “Franco, se encargaba de tapar todo. Ella estaba re perdida”, acota otro. Sin embargo, los escándalos no tardarían en volver a aparecer.

“Mi papá los va a matar uno por uno”, amenazó la propia Florencia a los reporteros gráficos que la atraparon haciendo topless en Punta del Este, en enero del 2006. Cultora del perfil bajo se desencajó ante la presencia de los fotógrafos. Sin embargo, ese no sería el principal escándalo de este verano.

Días después de sus fotos nudistas trascendió que en la ciudad uruguaya se encontraba junto con un nuevo novio: Nicolás Barlaro. El joven había sido condenado por encubrir el secuestro de Ariel Strajman, tres años antes. “Papá aprueba este amor, mi mamá no”, atinó a declarar Florencia sobre su padre, quien igualmente reconoció que había investigado y espiado a Barlaro, antes de darle la bendición.

Lo cierto era que, en la intimidad de los Macri, el nuevo pretendiente no caía simpático. Con un pesado prontuario y vinculado a la noche, Barlaro no era lo que se esperaba como novio. La pareja, entonces, decidió escapar del foco de atención y radicarse en España. “Ella se fue a estudiar y Franco le compró un departamento allá. Nunca pudo decirle que no”, explican los que conocen la debilidad del patriarca.

Franco, que siempre deseó que sus hijos continuaran con su legado empresarial, la nombró en varias sociedades. Sin embargo, a Florencia no le interesan los negocios y se dedica a la fotografía. Las temáticas de sus trabajos escandaizaron al clan en más de una oportunidad ya que los denudos y las poses eróticas son un tema recurrente para ella.

por Marcos Teijeiro y Giselle Leclercq

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