Friday 29 de March, 2024

POLíTICA | 08-01-2017 00:00

El hijo del ex tesorero K compró una propiedad de US$ 2 millones en Miami

Se trata de Pablo Copetti, competidor del Dakar y heredero de Raúl, el histórico cajero del kirchnerismo. Los documentos de la operación en Key Biscayne.

Pablo Copetti ocupó la atención de los medios esta semana por ser el posible sucesor de los hermanos Patronelli en el Dakar. Corredor de la categoría cuatriciclos, el cordobés que creció en Santa Cruz ganó la tercera etapa en su séptima participación en la competencia. Pero Copetti esconde una historia más ligada a la política y la corrupción K que al deporte en el que hoy brilla.

Como en su momento lo fue Carlitos Menem, y hoy los hijos de Lázaro Báez y los de tantos otros políticos que se enriquecieron en sus cargos públicos, la vida de Pablo, hijo del recaudador histórico del Frente para la Victoria, Raúl Copetti, se repartía desde su adolescencia entre sus hobbies deportivos vinculados a las carreras de motos, y prestar su nombre para figurar como propietario de las múltiples inversiones familiares. Sindicado por la prensa como uno de los “nuevos millonarios K del Sur” por su ascendente y sorpresiva fortuna, que incluye –cuándo no– hoteles y estancias en Santa Cruz y San Martín de los Andes, lo que no se sabía de Pablo es que, además de sus millonarias inversiones en el Sur, también invirtió en el Norte. Pero no en el norte del país, sino en Miami.

Documentación oficial de Estados Unidos a la que tuvo acceso NOTICIAS en exclusiva prueba que Pablo Copetti es dueño, junto a su mujer Carolina Escudero, de un departamento de casi 300 metros cuadrados frente al mar en la exclusiva zona de Key Biscayne. La propiedad, con tres dormitorios y cuatro baños en el condominio Ocean Tower II sobre la playa, fue adquirida a nombre de su mujer en el 2012 por un valor de 2.200.000 dólares. El complejo posee varias piscinas, club de playa y una imponente vista de la bahía.

Según los registros oficiales del distrito de Miami-Dade, la compra de la unidad 305 se realizó mediante una operación de triangulación con una empresa. La sociedad, una LLC (el equivalente estadounidense a una SRL) y cuya única operación fue la compra del departamento se llama, curiosamente, Bambi 305 y tiene su sede en la misma dirección del inmueble. Lo que sería una típica maniobra para ocultar los nombres de los verdaderos dueños. Desde el 16 de diciembre del 2015 figura a nombre de Escudero.

Según los documentos públicos de la Florida a los que NOTICIAS tuvo acceso, Bambi 305 LLC fue registrada a nombre de Lisette Salazar en marzo del 2013. Salazar es una escribana de la zona que se dedica al rubro inmobiliario y que figura en más de 30 sociedades similares. De hecho, comparte una con el matrimonio Copetti-Escudero: Bebu's LLC, creada también días antes a la compra de la propiedad y que ahora está inactiva.

NOTICIAS llamó a Copetti, pero no obtuvo respuesta.

Raúl Copetti, su padre, es conocido como “el tesorero de Kirchner”, quien manejaba las finanzas del Frente para la Victoria. Su nombre comenzó a resonar cuando salió a la luz que el partido les descontaba –sin aviso previo y en forma compulsiva– un porcentaje de su sueldo a todos los empleados públicos de la provincia para financiar las campañas electorales. Para ese entonces, Raúl y su familia ya llevaban cuatro años instalados en San Martín de los Andes en una mansión con 9 hectáreas de tierra y un valor de 2 millones de dólares. Entre su fortuna se encuentra, además, una estancia de 20.000 hectáreas, emprendimientos inmobiliarios y medios de comunicación locales. En El Calafate había quedado uno de los primeros hoteles de lujo fundados por el kirchnerismo: el Imago, valuado en seis millones de dólares. Quien quedó a cargo de ese emprendimiento es su hijo aficionado a los cuatriciclos, Pablo.

Además de su piso en Miami, el corredor vive en una casa de un millón de dólares en el barrio Chapelco Golf & Resort de San Martín de los Andes. Si bien se presenta a sí mismo como “empresario”, nunca se le conoció otra actividad más que la de administrar las inversiones familiares, que sus padres amasaron a pesar de haber sido empleados públicos toda su vida en Santa Cruz (su madre es la ex diputada y ex funcionaria de Educación de la provincia Silvia Esteban). De hecho, los “sponsors” que financian su hobby no son más que las propias empresas familiares, y alguna vez el propio Ministerio de Turismo de Santa Cruz. Será quizá porque, de las seis veces que participó del Dakar, cinco abandonó. En esta séptima oportunidad las cosas parecen estar saliéndole mejor al hijo del tesorero K. Y si no, siempre tendrá el sol de Miami para consolarse.

por Guadalupe Vázquez

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