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SOCIEDAD | 30-04-2017 00:30

Nueva moda entre las chicas cool: cómo ser una "ecomadre"

Sus hijos no reciben regalos para Navidad y son vegetarianos. Meditación y naturaleza. Reglas duras para una crianza basada en la libertad.

Ser madre no es fácil, pero ser ecomadre es un desafío mucho mayor. Hay que prohibir golosinas, conseguir que los hijos se conecten con la naturaleza y que, desde pequeños, se sientan atraídos por la meditación y la espiritualidad. Se deben organizar los tiempos familiares para preparar todas las comidas en casa y evitar los conservantes o se puede ir más allá para educarlos en la alimentación vegetariana. Agustina Kämpfer, embarazada de trece semanas, fue la última en sumarse a esta tendencia, cada vez más popular entre las chicas cool de la farándula local. Las contradicciones entre una crianza basada en la libertad, pero que impone reglas estrictas desde antes del nacimiento del bebé.

En la Argentina, las primeras en identificarse con las madres ecológicas fueron Natalia Oreiro, Julieta Díaz y Agustina Cherri. Las tres actrices, comprometidas de diferentes maneras con el cuidado de la naturaleza, se esforzaron por trasladar sus valores en la crianza de sus hijos. La espiritualidad, el contacto con la naturaleza y la alimentación saludable son los pilares de este estilo de vida, que suma devotos y críticos alrededor del mundo.

Libertad limitada. “Me encantaría que le guste la música. Voy a incentivar siempre su creatividad. Y lo criaré con libertad para que haga lo que más felicidad le dé”, declaró Kämpfer en una entrevista a la revista Caras que dio luego de revelar su embarazo. En el mismo artículo, la periodista cuenta el nuevo estilo de meditación que practica, “Nadabrahma”, cómo transformó sus clases de yoga en pos de beneficiar al bebé más que a la elasticidad de su cuerpo y el sueño de tener un parto respetado: sin la luz blanca típica de hospital, acompañada de música y con ruidos de la naturaleza.

A pesar de que la ex de Rial insiste en que se ve como “una madre relajada” y asegura que deja que la vida la sorprenda, en este embarazo tiene todo calculado y pensado. Es que ser una ecomadre puede ser complicado en un mundo en el que se vive rodeado de estímulos al consumo y lejos de la naturaleza. Por eso, se deben poner reglas, rutinas y restricciones.

Agustina Cherri, pionera de la onda verde, defiende su estilo de vida y de crianza de sus hijos Nilo y Muna. En las redes sociales, publica imágenes de su casa estilo “campo” donde abundan los árboles y los espacios amigables con la naturaleza. Cultiva los vegetales en su propia huerta y se muestra obsesiva de la dieta familiar.

“Mis hijos desayunan leche de almendras que hay que preparar todos los días”, cuenta la morocha y agrega que los niños están “re cancheros” para hacerla en forma autónoma, que amasan pan y tienen un día para cada cereal. Cuando los pequeños nacieron, primero fueron macrobióticos vegetarianos y en la actualidad vegetarianos. Tienen prohibido los dulces, las gaseosas y los lácteos aunque Cherri sabe que su hija come papas fritas y helado cuando va a cumpleaños.

Julieta Díaz, una militante del proteccionismo y del cuidado del medioambiente, heredó el vegetarianismo de su madre. Para ella, no comer animales no es sólo un estilo de vida sino una especie de lucha. Por eso, participa en “La revolución de la cuchara”, un grupo de voluntarios contra la matanza animal que imparte conciencia para que las familias reemplacen las carnes por verduras y cereales.

Desde que fue madre de Elena Antonia, Díaz trasladó sus inquietudes a la crianza de los más chicos y aprovecha las redes sociales para difundir lecturas como “El bebé vegetariano”, del nutricionista Jorge Díaz Walker, o “Educar las emociones para educar la vida”, de Amanda Céspedes, neurocientista que promueve el uso de terapias florales en niños.

Natalia Oreiro generó polémica en más de una ocasión al hablar de la crianza de Merlín Atahualpa. Ella se define como flexitariana (no come carne ni pollo pero sí pescado en el shushi) y la alimentación de su hijo se basa en comida orgánica, algas y pescado crudo. Por lo menos hasta los tres años, el chico no había comido jamás una papa frita ni había probado la comida chatarra.

Pero la uruguaya no sólo se preocupa por la comida. En una entrevista, contó que el pequeño no recibe ni juguetes ni regalos para Navidad sino que sólo se le obsequian objetos simbólicos, como una carta o un dibujo, para que pueda comprender el valor espiritual de las fiestas.

Aunque todavía no nació su bebé, Agustina Kämpfer es la próxima en sumarse a la crianza verde. Los chicos de estas famosas no comerán golosinas pero ya se garantizaron el ingreso al mundo cool antes de nacer.

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