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CULTURA | 22-08-2017 19:15

Martín Sivak y la investigación más difícil: el suicidio de su padre

El periodista sacó un libro sobre el suicidio de su papá. Traumas y frustraciones. El caso de su tío asesinado en los 80.

Martín Sivak hizo lo que el manual del buen entrevistado prohíbe, y avisó de entrada que no estaba cómodo con la nota. Menos, con el tema. Podría llamar la atención a más de uno, en especial teniendo en cuenta que el periodista viene de escribir un libro de más de 300 páginas precisamente sobre el asunto que lo perturbaba, pero su resistencia no es capricho: es imposible relajarse cuando se habla de la muerte de un padre. Sobre todo, cuando esa persona falleció por mano propia.

Durante toda la entrevista sonarán de fondo una serie de tangos tristes, como si el DJ improvisado de ese bodegón de Palermo se quisiera solidarizar con las penas que arrastra Sivak desde que su padre decidió tirarse por una ventana. Eso ocurrió un día caluroso, a fines de 1990, y desde entonces la vida del periodista cambió. Pasaron casi treinta años, pero todavía Sivak no puede hablar de corrido sobre esa pirueta al vacío, y sus consecuencias, sin que se le trabe la lengua y se hagan largos silencios. Quizás por eso decidió hacerlo por escrito: publicó, a principios de este mes, “El salto de papá”, una reconstrucción autobiográfica-periodística - “y por momentos insoportable”- del fin de esa vida. “Es la historia de un marginal”, define el hijo - autor de Jefazo, la biografía de Evo Morales, y dos libros sobre la historia de Clarín- al padre. Jorge Sivak fue muchas cosas: heredero de un pequeño imperio banquero en decadencia, miembro secreto de las FAL, revolucionario convencido, abogado de presos políticos -el mismo fue uno de ellos, en el penal de Trelew-, bohemio dentro de una aristocracia venida a menos pero con altos contactos. Fue, también, hermano de Osvaldo, cuyo secuestro y asesinato paralizó al país a mediados de la década del 80. Sobre todo, fue un padre contradictorio, tan ausente como presente, al que la muerte de su hermano y la quiebra del banco familiar empujaron al marco de una ventana de un piso dieciséis.

Noticias: ¿Por qué hizo el libro?

Sivak: Era muy difícil no escribirlo. Era algo tan grande que tenía... de dolor, de ganas, de amor... Quizás no lo hice antes porque era más chico... al principio no podía hablar de mi papá. Igual es contradictorio, esto de tener 40 años y seguir hablando de mi papá... me siento un poco ridículo. Lo primero que escribí sobre el tema fue cuando tenía 26 años, a 11 de su muerte. Fue tan pero tan difícil… (repite) tan pero tan difícil, tan pero tan difícil ... nunca había escrito de él. Pensé que nunca más lo iba a hacer.

Noticias: ¿Escribir del suicidio de su padre reabre el trauma?

Sivak: Nunca pensé que escribía para darle un cierre, sino por las ganas de escribir, por la bronca, por el dolor: no tuvo un objetivo. Escribí también porque tampoco podía dejar de hacerlo. Ahora que lo pienso, trataba de entender un poco a mi papá. Además, nunca había escrito así de mi vida, ni creo que lo vuelva a hacer. No es un tema que me resulte cómodo, ni siquiera hablarlo ahora. Muchas veces pensé en largar el libro, decía “basta”, pero al final seguía. Tenía la necesidad de terminar el libro, que es algo muy distinto de mi relación con mi papá.

Noticias: A pesar de que su padre se suicidó cuando usted era muy chico, en el libro no predomina la bronca contra él.

Sivak: Mucho tiempo me reproché no estar enojado. Es más, me genera admiración que mi hermano si pueda tener un poco más de distancia, con reproche... (silencio) ahora que soy padre… ese enojo aparecía, cada tanto, pero no es un sentimiento dominante, no escribí esto para demostrar mi bronca. Tampoco me contuve las sensaciones: cuando estaba muy emocionado, escribía, no esperaba a estar frío. Escribí el libro con todas las cosas, con las broncas... con cosas que me provocaron mucha emoción. A ver... nosotros la pasábamos bien cuando éramos chicos. Quienes no me conocen piensan que toda mi infancia fue una gran tragedia. Hubo una parte muy trágica, pero también hubo cosas muy buenas y graciosas. El libro trata de traer también esas historias que son no dramáticas.

Noticias: La bronca que más se nota no es contra su padre, sino contra las personas que usted siente que se aprovecharon de él. (El periodista critica con dureza a Marta Oyhanarte, viuda de Osvaldo, a José Luis Manzano, ex ministro del Interior menemista, y a otras personalidades destacadas).

Sivak: Mi papá, que era muy generoso, no se defendió de esas personas. Fue muy tolerante frente a quienes fueron muy injustos con él. Y no es que estoy haciendo justicia para mi papá –él eligió nunca contestar-, pero aún en la distancia tuve esas broncas y están en el libro. De Samuel (el abuelo, a quien pertenecía la ventana desde la que el padre de Martín se lanzó al vacío), que ya murió, no me salió escribir de otra manera. Es raro... no es que me siento contento ni orgulloso por eso, pero sería mentiroso ignorar esos sentimientos. Entre nuestros íntimos se contaba la historia de Samuel como empresario exitoso (había fundado la compañía familiar, gracias a sus vínculos con el Partido Comunista), pero después me enteré de un montón de cosas, del dinero no declarado al partido, del abandono que le hizo a mi papá en los últimos meses de su vida.

Noticias: ¿Piensa que la muerte de su tío fue el principal factor del suicidio?

Sivak: Mi papá tenía una gran culpa de que a su hermano lo secuestraron dos veces (la primera durante la dictadura) y la última lo mataron, y a él no. Al principio quería resolver esa pregunta, pero después me di cuenta de que nunca lo iba a poder hacer. No sólo porque no dejó cartas ni mensajes ni nada, sino porque es imposible. Lo que sí me inclino a pensar es que a mi papá le resultaba totalmente intolerable la idea de que se lo vea como alguien que quebró un banco y se quedó con el dinero de los ahorristas. Él había estado preso como militante político y eso lo ponía muy orgulloso. Además, la mirada del padre tan hostil no creo que haya ayudado. Dijo un montón tirándose desde la casa del padre. Muchas de estas ideas aparecieron ahora, pero no es que hasta el libro yo no hablaba ni pensaba en mi papá... él estaba muy presente.

Noticias: ¿Conoce más a su padre ahora?

Sivak: Un poco más. A él y a mí, y también a nuestra relación. Pero el libro no fue tanto para entender, sino para contar… (Duda) No sé si lo entiendo más ahora, ni tampoco quería llegar a conclusiones sobre quién fue, por qué se mató. Incluso esa gran pregunta, que me atormentó y me sigue atormentando, sabía que no la iba a encontrar en este libro. Obvio que muchas veces pensé “porque no hizo una carta”... pero no en el sentido del reproche, sino... Es una pregunta muy incómoda, que me sigo haciendo. Con este libro nada cambia.

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