Tras 26 días desaparecido, el avión Mitsubishi biturbo con matrícula LV-MCV que se había perdido tras despegar del aeropuerto de San Fernando, fue encontrado en la confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande, en Entre Ríos. Tras el hallazgo de los restos de la aeronave y de los tres ocupantes que viajaban en la misma, comenzó una investigación que según señalaron fuentes cercanas a la causa, puede demorar hasta seis meses en esclarecerse. Sin embargo, la tragedia aérea desnudó otro problema: el estado actual de la aviación civil en Argentina y las responsabilidades y capacidades de quienes tienen a su cargo la regulación de esta actividad.
“La aviación no es para poner a cualquiera. Es un lugar muy complejo y quien esté a cargo tiene que tener conocimientos específicos”, explica Ricardo Cirielli, Secretario General de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA). Es que dentro del mundo de la aviación existe un creciente malestar por los cargos de quienes deben controlar y regular el transporte aéreo en el país.
Idoneidad. La aeronavegación nacional está en manos del ministerio de Transporte, comandado por Guillermo Dietrich. El funcionario, conocido por ser el máximo propulsor de la bicicleta como medio de locomoción, anunció con bombos y platillos lo que él mismo bautizó como “revolución de los aviones”. Sin embargo, de acuerdo con los gremios, “el actual sistema de transporte aerocomercial se encuentra colapsado e inmerso en una crisis crónica”, situación que sólo es subsanada por el esfuerzo de los profesionales. Los cuatro funcionarios que ocupan cargos jerárquicos en los entes encargados de regular el transporte aéreo en el país, se encuentran en la mira.
El más cuestionado es Juan Pedro Irigoin, titular de la Administración Nacional de Aeronavegación Comercial (ANAC), entidad cuya finalidad es normar, regular y fiscalizar la aviación argentina. “Es la autoridad máxima de aplicación de todo lo que tiene que ver con el trasporte aéreo”, resume Cirielli.
Sin embargo, a pesar de estas funciones, no está regenteada por alguien avezado en el transporte aéreo. El hoy cuestionado Irigoin es un Ingeniero Industrial con antecedentes laborales como personal jerárquico en empresas de productos comestibles: Maizena de Bolivia y Knorr en Argentina, pero lejos de la industria de la aeronáutica. “Ni estudios ni práctica”, aclara Cirielli. Se especuló con que su llegada empujaría el desembarco de las compañías aéreas low cost.
“El último trabajo que tuvo fue en un lugar donde se hacía diálisis, lo que no tiene nada que ver con la aviación”, agrega Jorge Pérez Tamayo, ex presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
La llegada de Irigoin a este cargo jerárquico se corresponde con la política oficial de colocar CEOs al frente de los organismos del Estado. Pero los pilotos y trabajadores de la aeronáutica rechazan su presencia y aseguran que se debe “sólo a cuestiones familiares”. Es que Juan Pedro Irigoin es hermano de Jorge, actual presidente del Correo Oficial y quien fuera el primer gerente del Correo Argentino tras su privatización en 1997, a manos de Franco Macri. Sin dudas fue una mala semana para los hermanos Irigoin ya que mientras Juan Pedro debía suspender sus vacaciones en el Sur para dar explicaciones por la búsqueda del avión biturbo, su hermano quedó envuelto en el escándalo por el conteo de los votos de las PASO.
“El problema es que es un cargo político. Antes de él (Irigoin) estaba Alejandro Granados (hijo del intendente de Ezeiza), que también era abogado y no tenía idea de lo que estaba pasando”, dijo Pérez Tamayo.
Presente y pasado. Pero no todos son “amigos” del gobierno en el mundo de la aviación. La Empresa de Aeronavegación Nacional (EANA) es una sociedad del estado creada por ley en 2015, cuya misión es planificar, dirigir, coordinar y administrar el tránsito aéreo. Una de sus principales funciones es prestar los Servicios de Navegación Aérea para asegurar vuelos seguros y eficientes. “EANA es para mí la más involucrada en el accidente, porque ellos son los que tienen a su cargo el funcionamiento de todas las torres, controles y radares del país”, comentó Cirielli, quien agregó que en abril de este año, desde su gremio habían advertido de muchos de los riesgos que día a día enfrentan los tripulantes y que podrían haber jugado un factor clave en el desenlace trágico del avión LV-MVC. “'Estamos invirtiendo', nos dijeron. Pero ya hay tres muertos”, comentó el titular de APTA sobre la advertencia que fue desoída.
Al frente de la EANA se encuentra Agustín Rodríguez Grellet, quien al igual que Irigoin, tampoco tiene un pasado afín a la actividad. “Es abogado y llegó ahí por militar en La Cámpora”, aseguró un piloto que igualmente aclaró que el titular de la empresa “al menos intenta conocer. Sé que hizo cursos y que trata de estar al tanto”. Según quienes forman parte del mundo de la aviación, Rodríguez Grellet ingresó a la ANAC por sus simpatías políticas, pero en sus redes sociales, él elige mostrarse como un ferviente defensor de la gestión Cambiemos. “No me sorprende. En algún momento hasta fue randazzista”, opinó otro piloto de una aerolínea comercial.
El titular de la EANA no es el único funcionario que tiene un pasado ligado al kirchnerismo. La Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIACC) está a cargo de Ana Pamela Suárez, Contadora Pública. Esta dependencia estatal fue la encargada de dar a conocer el hallazgo del avión, sin embargo, tampoco está en manos de alguien con experiencia. “Lo grave es que una de las funciones que tiene, es firmar el dictamen técnico de lo que pasó en el accidente, cosa que es muy difícil que pueda hacer si no tiene idea de lo que realmente es un avión”, opinó Pérez Tamayo.
“Para que se tome dimensión del cargo que ocupa hay que poner de ejemplo a Estados Unidos. Allá, quien investiga los accidentes en la National Transport Safety Board, un ente autárquico y cuyo titular es propuesto por el presidente y tiene que ser aprobado por el Congreso”, ilustró Cirielli. Este ejemplo ideal, dista mucho de la situación de Suárez, quien llegó a la JIACC por su amistad con el ex Secretario de Transporte K, Alejandro Ramos.
Mismos métodos. A Jorge Pérez Tamayo se lo oye resignado. “No es ninguna novedad que hay muchos cargos políticos y puestos a dedo. Eso no ha cambiado”. Es que a pesar de que muchos de los funcionarios continúan desde la época K, Cambiemos no modificó el modus operandi de colocar gente sin experiencia en cuestiones aéreas. “Además de Irigoin, está el jefe de los aeropuertos”, advirtió un piloto. Es que en el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), la actual gestión colocó a alguien con escaso conocimiento sobre transporte aéreo. Patricio Di Stéfano, Licenciado en Ciencias Políticas y ex Subsecretario de Uso del Espacio Público de la ciudad, tiene a su cargo todos las terminales aéreas del país. “Cuando se remodeló una parte de Aeroparque, en vez de utilizar el espacio para mejorar las pistas, se hizo una especie de plaza recreativa. Eso dice todo”, comentó indignado un piloto.
Así, mientras la investigación por el vuelo que cayó en el Delta continúa, la seguridad y el futuro de la aviación civil está en manos de personas que no estudiaron para eso. “La aviación es el medio transporte más seguro, lo que no son seguro son los funcionarios”, resumió Cirielli. Por el momento, los custodios del cielo argentino son los mismos, aunque sus credenciales sean pocas.
por Marcos Teijeiro, Roxana Mariani
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