Sin término medio. Las fotos que Anita Pauls (30) posteó en su Instagram no dejaron a nadie indiferente. La actriz y cantante decidió enfrentarse a uno de los tabúes más grandes que deben soportar las mujeres: la menstruación. Desde el Festival Abad Kinney, en California, la joven decidió enviar un fuerte mensaje.
Acudió a la cita en ropa interior blanca y su bombacha tenía una particular mancha roja, simulando estar indispuesta. “A ver toda la piba que están indispuesta (sic)”, fue el mensaje de Anita, mientras las redes sociales “explotaban” a favor y en contra de su manifestación.
Pero más allá del revuelo que generó la acción de Pauls, lo cierto es que su actitud sirvió para poner en relevancia los pruritos que existen en torno a la indisposición de las mujeres. En un mundo machista, la menstruación es callada y hasta mal vista. “Si los hombres menstruaran, los productos de gestión menstrual seguramente serían gratuitos”, afirma la doctora en Ciencias Sociales del CONICET y especialista en género, Eugenia Tarzibachi y eso explica, en parte, la realidad que enfrentan día a día las mujeres.
Colores. Hablar abiertamente de la menstruación es algo que está mal visto, incluso entre mujeres. Esta situación tiene un porqué. “La industria del 'cuidado personal femenino', productora de toallas y tampones descartables, desde que empezó a mostrarla a mediados del siglo pasado, siempre mostró la mancha azul y con eso reforzó el tabú de la menstruación”, asegura a NOTICIAS Tarzibachi. Así, si bien se colaboró en mostrar la menstruación como algo normal y deseable, se reforzó también la necesidad de ocultarlo, como una norma de aceptabilidad social.
Hoy, hay mujeres que quieren menstruar sin prejuicios. Así, se suceden acciones como la de Anita Pauls en Europa y EE.UU. donde ya se instaló el debate.
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