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PERSONAJES | 15-10-2017 00:00

Alfredo Arias: “Me siento un poco extranjero en el teatro”

El director de teatro divide su vida entre París y Buenos Aires. Las reglas de juego del arte contemporáneo y el desconcierto ante lo nuevo.

Mientras recorre las salas del CCK, Alfredo Arias se convierte en guía ocasional para quienes observan las obras. El director teatral pasó los últimos tres meses en Buenos Aires, en donde nació; aquí logra mayor intimidad, una concentración diferente a la que pasa en París, en donde vive desde hace más de 40 años. Aquí crea la base de lo que hace realidad allá.

De sombrero y lentes casi reglamentarios, Arias suele vestir de negro, elegante, en contraste con el universo kitsch que suele representar. El humor se mezcla en su abundante charla, en un español porteño que casi no tiene vestigios del francés.

Comenzó con el grupo TSE del Instituto Di Tella y emigró a la capital francesa con apenas 23 años; allí estrenó “Eva Perón”, de Copi, la primera obra de un largo camino, convirtiéndose en uno de los artistas argentinos más reconocidos de Europa. Fue y vino de manera constante. De ese vínculo nació “Aventuras compartidas”, muestra que se exhibió en agosto en el subsuelo del ex Correo Central. Los vestidos de Pablo Ramírez para “Elle”, de Jean Genet, que el director hará en 2018 en París. Las fotografías de personajes que hicieron Alejandra López, Gustavo Di Mario y Val & Musso. Los escenarios que crearon José Cúneo, Edgardo Giménez y Delia Cancela. Arias abrió la puerta a su universo creativo. “El cuerpo es lo que tenemos para poder expresar. Vestido, transformado, maquillado. Ahí empieza la creatividad, el actor dialoga: luces, trajes, decorado, todo eso transforma el espacio y escribe al unísono”, cuenta sobre sus puestas.

Noticias: Emigró del país hace más de 40 años pero siempre regresa. ¿Cómo es ese estado de pertenecer a dos sitios?

Alfredo Arias: Nunca me fui del todo. A los 23, cuando partí, me llevé una formación. He continuado una línea biográfica en mi relación con la Argentina que fue aceptada por los franceses. De hecho, se valoró que contara historias que vinieran de acá. El público quería descubrir algo que no les pertenecía. Me formé aquí y aprendí a existir artísticamente en Europa, me dieron la posibilidad, una identidad. Soy un artista que está acompañado por el Estado francés desde hace 40 años; han querido mi voz, que mi trabajo exista.

Noticias: Exhibió el detrás de escena de sus trabajos y adelantos de proyectos no estrenados. ¿Por qué abrió esa puerta a la intimidad artística?

Arias: Lo que no se hace es tan importante como lo que se hace. Deja huellas. Con Juan Gatti no pudimos hacer aquella revista porteña pero se dieron diálogos, exploramos una cultura juntos. Después, la realidad elige los momentos en que una obra sucede. Nunca viví nada como una frustración. No me molesta trabajar un proyecto que luego no se realice; es un lenguaje que madura.

Noticias: Al mostrar parte de esos proyectos inconclusos, ¿les suma otro sentido?

Arias: Sí, mostrarlo es una forma de realizarlo. Es una pena que quede en un cajón. Es interesante ver cómo reacciona el público. Siempre me fascinó ver el making off de las películas, conocer el atelier de un artista. Es un lujo, por eso me gusta abrir lo mío.

Noticias: En su origen está el teatro tradicional, luego se volcó a apuestas contemporáneas. ¿Cómo fue esa transformación?

Arias: Estoy más relacionado con el arte contemporáneo que con el de un autor cinematográfico. Me siento un poco extranjero en el teatro. No sigo todas sus reglas. Soy un niño de cine encerrado en una caja de teatro. Me estimula una exposición plástica, la fotografía, la moda, el diseño gráfico o de mobiliario, las telas, el cine. Frecuenté textos de repertorio pero mi función es crear, inventar.

Noticias: ¿Busca escapar de las estructuras?

Arias: Sí, todo el tiempo. Veo cómo romper la rutina, una palabra que no conozco. Trato de no repetir sino de reinventarme. Tiene que haber un desafío. Puede ser ingrato porque a veces el público espera lo que vio la última vez. Cambiar es asumir que vas a desconcertar. Hay que hacerse responsable de la cara de sorpresa de la gente.

Noticias: Cuando sus trabajos producen desconcierto, ¿se lo toma bien?

Arias: Es mejor que lo entiendan. La creación contemporánea tiene otras reglas de juego que el arte que se refiere a una tradición. Los contextos también influyen. Me ha pasado de hacer un espectáculo, ser terriblemente criticado y que años después al espectáculo le vaya bien. Hay que saber resistir a ese comentario, dejar que las cosas maduren y que se establezcan nuevas reglas de juego.

Noticias: En su última exposición en el CCK mostró el diálogo con artistas de diferentes disciplinas. Usted, ¿es todo eso en uno?

Arias: Exacto. Me interesa cómo todo eso se ramifica, mostrar la intimidad, la descomposición que después se ve reunida en la representación teatral. No diseño vestuario, maquillaje ni escenografía, pero les dedico muchísimo tiempo. Estoy presente todo el tiempo, nunca me aburro.

Noticias: ¿A quién se dirige con sus creaciones?

Arias: Voy a un público imaginario. Es interesante cuando la gente se mezcla. De este centro cultural, me parece extraordinario que el Estado ofrezca un acceso gratuito a la cultura, que la gente tenga acceso a una variedad de experiencias. Eso es la educación.

Noticias: Mencionó que hace 40 años tiene el apoyo del Estado francés y realizó la exposición en el CCK. ¿Considera importante el apoyo público al arte?

Arias: Sí, trabajé siempre en el sector público, subsidiado por el gobierno francés. Estoy de acuerdo con que la entrada cueste 30 pesos para la gente que no tiene medios. Quizás el teatro comercial –que cuesta 500, 1000 pesos la entrada–, ofrece una sola opción: divertirse. Es como comprarse un artículo. Estamos hablando de lo que las entidades estatales ofrecen: no se trata de un producto sino de que la gente aprenda, se interrogue, se informe, experimente.

Noticias: Se formó en el Instituto Di Tella. ¿Qué es lo más importante que le dio esa etapa?

Arias: Me dio la curiosidad por la diversidad que no se apagó. Me dio un deseo de saber, conocer, descubrir, y la libertad de decir: “Esto puedo hacerlo así pero, ¿qué otra posibilidad tengo?”. Es fascinante porque uno tiende a ir por lo conocido, pero cuando se puede modificar el ángulo para ver diferente, es apasionante. Uno descubre mil cosas.

Daniela Rossi

por Daniela Rossi

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