Wednesday 17 de April, 2024

OPINIóN | 11-11-2017 00:00

Caso Nisman: La hora de Lagomarsino

Resulta evidente: no dijo toda la verdad. Pero la "escena oficial" es endeble. Lo que nadie ve de una muerte que sigue sin tener respuestas.

El miércoles a la noche, durante la emisión de "Animales sueltos" por América TV, pasó desapercibida una curiosa y alarmante definición del abogado Federico Casal, patrocinante de las hijas del fiscal Alberto Nisman, invitado a la mesa tras el giro del caso y la novedosa instalación de un grillete inteligente en un tobillo de Diego Lagomarsino, empleado informático del muerto y dueño confeso del arma fatal desde el minuto uno de la causa.

–¿Quién lo mató? –le preguntaron al letrado.

–Las hipótesis son muchísimas –evadió.

–Está bien, pero ¿quién habría gatillado?.

–Insisto: las hipótesis son múltiples. Sería irresponsable y aventurado ponerse a sumar nombres. Lo importante es que la defensa de Lagomarsino se centra en el cómo: "No se puede haber dado muerte al fiscal como dice la pericia de Gendarmería". Bueno: lo que dice la Gendarmería es una probabilidad, lo importante es que Nisman fue asesinado.

La respuesta -que, en realidad no lo es- merece ser desmenuzada con detenimiento antes de considerarla un verdadero disparate:

1) Para llegar a la conclusión de que Alberto Nisman fue asesinado, la propia querella encargó su propia pericia, la cual, para dar por probada la teoría del homicidio, debió dar su propia versión del maldito "cómo". Según esos estudios, al fiscal lo mató dentro del baño una sola persona con la 22 de Lagomarsino.

2) La pericia de pericias realizada por Gendarmería concluyó un "cómo" aún más salvaje: los victimarios fueron dos, golpearon y drogaron a Nisman, uno lo sostuvo y el otro le disparó con la pistola de Lagomarsino.

3) Las primeras fotos del cadáver de Nisman tendido en el baño muestran que uno y otro "cómo" serían físicamente imposibles. El piso se ve salpicado por innumerables gotas de sangre previas al charco rojo del desangramiento. ¿Cómo hizo una persona incómoda por el espacio y en una escena rápida y violenta para no arrastrar con sus pisadas ni una de esas gotitas? Peor aún: ¿cómo fue que dos personas no dejaron ni una sola marquita sobre esa "lluvia"? Señoras y señores: el asunto es el "cómo". El resto son puras especulaciones. Salvo que los sicarios volaran.

¿Esto favorece a Lagomarsino? Por un lado tal vez sí, pero no necesariamente si se decidiera ir a fondo con la investigación.

Está probado: el arma mortal era de Lagomarsino.

Sólo hay una versión hasta ahora de cómo la Bersa llegó al departamento de la Torre Le Parc: la dio el mismo Lagomarsino al día siguiente del hallazgo del cadáver, espontáneamente. Según él, Nisman se la pidió con cierta urgencia (dos policías declararon que a ellos también les había pedido asesoramiento por armas).

Comprobado hace rato que el tiro salió de ese caño y que el arma es de Lagomarsino: ¿cuál era la verdadera relación de este hombre con Nisman? Aquí también hay una sola versión. Y es la suya.

¿Se trataba de veras sólo de un técnico en computación?

¿Alguien pondría a un simple empleado sin relación de dependencia al frente de una cuantiosa cuenta bancaria en el exterior junto con su madre y su hermana, tal cual hizo Nisman?

De este punto nadie quiere hablar. Se pretende hacer suponer que las finanzas negras de un fiscal son temas de la vida privada, lo mismo que su relación con empresarios dadivosos y supuestas redes -según la Justicia uruguaya- de prostitución VIP. ¿Lagomarsino nada tenía que ver con ese submundo ni sabía nada?

Nisman era el hombre más custodiado y vigilado del país: ¿a la pesada estructura de espionaje al mando de Jaime Stiuso -afirman que era el verdadero jefe del fiscal- se le escapó la tortuga justo con un empleaducho con acceso al domicilio y la información de un alto funcionario contactado con los más temibles servicios de inteligencia del planeta?

La actual teoría del homicidio carece de homicidas, salvo que Lagomarsino haya sido uno de los dos asesinos voladores. Por ahora se lo ubica como "facilitador de un plan" que incluiría custodios de la Federal y Prefectura, vigilantes privados, dos jueces, una fiscal, el equipo de peritos más prestigioso del país -aún en funciones y a cargo de autopsias tan sensibles como la de Maldonado-, uniformados comunes, ex funcionarios y hasta una ex Presidenta de la Nación. Demasiada gente. Es probable que la coartada de Lagomarsino sea la mejor para todos. En ella no se habla de la oscura trastienda de justicia, servicios y poder que sigue intacta. Y estaba en guerra cuando Nisman murió, como diablos haya sido.

*Jefe de Redacción de Revista NOTICIAS

por Edi Zunino*

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