Tuesday 19 de March, 2024

POLíTICA | 14-01-2018 00:00

 El agridulce verano de los K

Cómo pasan sus vacaciones los integrantes del antiguo elenco de CFK. Brasil, Pinamar y el suplicio de Ezeiza.

Unos chicos juegan en la arena. No lo saben y sus padres tampoco, pero están bajo la lona que solía resguardar del sol a uno de los hombres otrora más poderosos del país. La histórica carpa de Carlos Zannini en Pinamar está ocupada por una familia que no intuye que está ayudando a llenar un vacío que igual se siente.

Al verlo esposado, el 7 de diciembre, el dueño del parador Cocodrilo supo que esta temporada no iba a contar con su célebre cliente de la carpa 61. “Se lo extraña”, le dice a NOTICIAS uno de los guardavidas de esa playa. Y completa: “Nos asesoraba con los reclamos gremiales. Nos decía qué pasos tomar” (ver nota en página 27). El ex secretario de Legal y Técnica debió cambiar la inmensa vista del mar por algo más modesto: una celda de unos pocos metros cuadrados en la penitenciaría de Ezeiza.

Pero Zannini no está solo. Tras doce años de manejar la Argentina, gran parte de la primera línea K pasa un verano guardada del sol, pero ya no bajo sombrillas y carpas de la costa, sino repartidos entre las cárceles de Ezeiza y Marcos Paz.

Para los demás ex funcionarios, a los que Comodoro Py aún les da tregua, la temporada esteña se disfruta a medias: repartidos entre Argentina y Brasil intentan despejar la mente, pero la avanzada judicial preocupa. Y saben que se aprontan para sufrir un 2018 plagado de reveses procesales y juicios orales. Sin el calor del poder, la libertad es un bien preciado que peligra a cada instante.

Cristina Kirchner decidió no viajar a un destino turístico. Volvió a El Calafate, a su lugar en el mundo, tras pasar las fiestas en Capital Federal rodeada de su familia y algunos dirigentes. En Navidad fue invitada a la casa del socio de la familia, Osvaldo “Bochi” Sanfelice, en Olivos. Paradojas del destino, estuvo a muy pocos metros de la quinta presidencial, su hogar durante más de una década.

El año nuevo, en cambio, lo recibió en el quincho del diputado Juan Cabandié. La casa de Caballito a la que el dirigente camporista se mudó a principios del 2017 se convirtió en una unidad básica donde se discutió sobre el devenir peronista. Cada sábado, los dirigentes K despuntaban dos de sus vicios: discutir de política y comer asados. De esas tertulias participaba frecuentemente Máximo y alguna vez Cristina. En la noche del 31 de diciembre, ese quincho fue el lugar donde la ex presidenta y sus hijos brindaron con el ferviente deseo de que el panorama no se siga oscureciendo.

En el 2018, la ex presidenta se deberá sentar por primera vez en el banquillo de los acusados. Próximamente, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal deberá poner fecha para el inicio del juicio oral por la causa del dólar futuro. Y pronto, otras tres causas seguirán el mismo destino: el encubrimiento del atentado de la AMIA por la firma del Memorándum con Irán, la investigación por asociación ilícita y lavado de dinero en Los Sauces y la defraudación al Estado por favorecer a Lázaro Báez con la obra pública. Será un año agitado: con tantas visitas a Comodoro Py como al Senado.

Descanso

Aníbal Fernández no dejó de visitar su casa de Cariló. Descansa junto a su mujer y sus hijos y va todos los días a la playa en un UTV Polaris (un vehículo cuatro por cuatro apto para la arena) de seis plazas. Allí se instala en un gazebo verde militar y aleja a la prensa cuando intentan entrevistarlo. “No quiero hablar”, se ataja cuando el periodista de NOTICIAS se le acerca. “Además ustedes siempre me terminan cagando”, se queja el ex jefe de Gabinete multiprocesado.

A pesar de que la diputada “Lilita” Carrió lo tiene apuntado y que cuenta con varios frentes abiertos en la Justicia, el ex funcionario no se siente arrinconado e intenta encontrar su lugar en el peronismo. “Los de La Cámpora son unos sectarios”, se queja mientras se aleja del núcleo K, pero el resto de los dirigentes del PJ le tiene demasiada desconfianza para abrirle una puerta.

Otra vecina histórica de Pinamar es la ex ministra de Seguridad, Nilda Garré. Apenas hace unos pasos desde su casa, en Bunge y Avenida del Mar, para bajar a la playa. Su nombre reflotó con la desaparición del submarino ARA San Juan. Tanto que Carrió la denunció junto a otros ex funcionarios por asociación ilícita, ante las supuestas irregularidades en las reparaciones de la flota durante su período como ministra de Defensa, entre el 2005 y el 2010.

Florencio Randazzo, ministro de Transporte K devenido en opositor tardío de Cristina, continuó con su costumbre de vacacionar en Valeria del Mar. Junto a sus seis hermanos y sus familias, alquilan la mismacasa desde hace varias temporadas. Aunque pronto tendrán un problema: el lugar está a la venta y muy probablemente sea el último año en que puedan arrendarlo. Tal como le sucedió en la política, en sus vacaciones tendrá que salir de su zona de confort. Y está probado que eso no siempre le sale bien.

Daniel Filmus, el ex ministro de cultura vacaciona en Valeria del Mar. Pero para él no es todo descanso: aprovecha para presentar en la costa su último libro " Educar para el mercado" y los sábados continúa haciendo su programa "Parte del aire" que conduce por AM 750. Se lo suele ver en la playa junto a su hermano Jorge, un destacado investigador en cuestiones relativas a la detección del cáncer de hígado.

El abogado del ex ministro de Planificación Julio De Vido, Maximiliano Rusconi, está consustanciado con la causa K, pero eligió Punta del Este para descansar. Cuando termine la feria deberán retomar el juicio por la tragedia de Once, que para mitad de año estará en la instancia de alegatos finales. Rusconi tiene una cuenta pendiente con sus clientes K: era el defensor de Lázaro Báez cuando lo detuvieron y nunca lo pudo sacar del penal de Ezeiza. Terminó por ser desplazado ante su falta de eficacia. Luego, contratado por De Vido, no logró eximirlo de la prisión. Un abogado abrumado: cada vez que la Justicia le pateó en contra, fue gol.

Ciudad maravillosa

Agustín Rossi tuvo un fin de año agitado. A la desaparición del submarino ARA San Juan (en la que quedó involucrado por haber sido el ministro de Defensa mientras se lo reparaba), se le sumaron los incidentes producidos dentro y fuera del Congreso por el tratamiento de la reforma previsional exprés que el Gobierno decidió encarar.

Por eso, el santafesino entendió que las playas de Río de Janeiro serían el destino ideal para despejarse. Pasó año nuevo vestido de blanco en el parador de un amigo y hubo de todo: selfies amistosas y abucheos varios. Rossi no eligió esconderse: estuvo presente en la fiesta más convocante de Río de Janeiro después de los carnavales: la Reveillon, un evento que congrega a más de dos millones de personas que reciben el nuevo año en la playa. Dentro del desolador panorama kirchnerista, el de Rossi fue un buen 2017: se reacomodó al obtener un buen resultado en las legislativas de Santa Fe y fue designado jefe de bloque K en Diputados. Peor es nada.

El ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, se quedó en el país. Se fue a despejar una semana a Lavalle, en Mendoza, donde tiene una casa sobre la ruta 40, el camino que une la capital provincial con San Juan.

Otro que tuvo vacaciones de cabotaje fue el periodista ultra K Diego Brancatelli, que apostó por el cambio… de rubro. Presentó un programa de turismo donde mostrará lo mejor de cada destino local que visite. El capítulo 1 se subió a YouTube el miércoles 10, aunque sin demasiado éxito. En el primer día en la web sólo vieron “Branca de viaje” 1.500 personas.

Ni el lugar más idílico podrá hacer que los ex funcionarios K saquen de su cabeza las preocupaciones que les genera la Justicia. Después de 12 años de ser Gobierno y de una avanzada furiosa de Comodoro Py, estar libres es un privilegio.

De eso dan fe aquellos que pasan su verano entre las rejas de Ezeiza y Marcos Paz. La angustia, el calor y la desolación se sienten más cuando se duerme en una incómoda habitación de pocos metros cuadrados, inodoro incorporado y un pequeño ventilador. Los que están libres temen que las próximas vacaciones los encuentren viviendo esa experiencia.

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