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ECONOMíA | 27-06-2018 14:58

La ciclotimia empresarial: el círculo rojo y el Gobierno

El establishment ha perdido gran parte de la ilusión en Macri, pero el ascenso a mercado emergente resucitó algunas esperanzas.

Por estos días los popes del esta-blishment echan mano de las frases remanidas sobre la confianza que se pierde rápido y se recupera lento. Más allá de los recelos de Mauricio Macri con los hombres de negocios que no lo apoyaron en la campaña presidencial de 2015, la cúpula empresaria estaba ilusionada con su llegada al poder. En los últimos dos meses de corrida cambiaria hasta los más esperanzados, como los banqueros, unicornios (grandes tecnológicas), constructores e industriales beneficiados por el modelo, habían caído en el pesimismo. Pero aunque saben que la recuperación demorará uno o tres trimestres, comenzaron a recobrar la esperanza cuando este 20 de junio la empresa de índices financieros MSCI ascendió las acciones argentinas de la categoría de mercado fronterizo a la de emergente.

La Argentina vuelve al club en el que están países con diverso desempeño económico, desde Brasil, Chile y México hasta Grecia, Turquía, Rusia, China e India. Deja el grupo al que pertenecen desde miembros de la Unión Europea (Croacia o Rumania) hasta Kenia y Bangladesh.

El ascenso fue recibido con alegría por los principales empresarios y referentes del ámbito financiero. “Todos los fondos extranjeros podrán dedicar una parte de sus inversiones en la Argentina”, destaca el presidente de una de las 11 automotrices instaladas en el país. Podrán, no necesariamente vendrán. “Mejora las condiciones financiamiento en el exterior”, analiza el dueño de una de las 30 constructoras que más licitaciones ganaron con el gobierno de Mauricio Macri, preocupado por la concreción de los proyectos de participación público-privado (PPP) con el que el Gobierno planea reemplazar las ajustadas obras públicas en 2019.

“No sé si vuelve el optimismo, pero al menos es una buena noticia en medio de tantas malas”, matiza uno de los principales jugadores de Bolsas y Mercados Argentinos (ByMA). “Es muy importante en este momento porque te extiende la estabilización que (el nuevo presidente del Banco Central, Luis) Caputo había logrado del mercado cambiario y quizás contagie a bonos y acciones”, agrega.

Pero tanto él como otro de los mayores ‘players’ de ByMA coinciden que en el mundo financiero “la desilusión, el bajón, la bronca y el descreimiento” sustituyó al entusiasmo inicial por Macri. El sentimiento se refleja en las cotizaciones y es compartido por fondos locales y extranjeros y por argentinos que blanquearon sus fortunas en el exterior y que ahoran se arrepienten de haber entrado.

Por ahora, sólo la inversión especulativa es viable. Deberán pasar meses de una economía que se estabilice y el tipo de cambio se mantenga competitivo para que se despierten las inversiones de la economía real. No se exporta de un día para el otro un producto de marca. Costará tiempo para que, por ejemplo, Arcor vuelva a exportar el Bon O Bon desde la Argentina después de haber empezado a venderlo desde México, por sus menores costos. Mientras tanto, “sólo invertirán algunos fondos del extranjero a los que se cae una moneda en la Argentina por su alto rendimiento”, anticipan en ByMA. Fueron los casos de BlackRock y Templeton, cuyo representante local, el nuevo vicepresidente del Central, Gustavo Cañonero, pergeñó en mayor pasado con Caputo, entonces ministro de Finanzas, la emisión de los Bonos del Tesoro de sugerente sigla para tiempos de hundimiento, BOTE.

Reelección. En la Bolsa anticipan que el rendimiento de los títulos públicos podrá bajar de 9,5% al 8%, pero ya no al 6,5% de los mejores tiempos de Macri. Los inversores comenzaron a poner en duda la reelección en 2019 y resurgió el temor a que un candidato “populista”. Sólo algunos empresarios pyme se ilusionan con esta opción y se regocijan al ver que sus vaticinios sobre Macri se cumplen.

En el establishment, presidentes de cámaras y dueños de las mayores fortunas cruzan los dedos para evitar que Cristina Kirchner vuelva al poder, pero parte de ellos se desencantó con Macri desde el comienzo por su estrategia de ajuste gradualista. Hubiesen preferido más shock en 2016, como recomendaba el economista del PRO Carlos Melconian, y se alarman porque el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé ajuste en el año de las próximas presidenciales. Poderosos industriales de la alimentación como el dueño de Arcor, Luis Pagani, que antes de la corrida cambiaria ya pedía un plan económico. Ni su sector, el más competitivo de las fábricas argentinas, resultaba competitivo con el dólar a 20 pesos, pero tampoco lo será a 28 si la inflación avanza.

Otros grandes empresarios y banqueros como Enrique Cristofani (Santander Río) y Gabriel Martino (HSBC) ensalzaban hasta hace poco el gradualismo, pero radicalmente pasaron a pedir que se acelere no sólo el ajuste sino también la reforma tributaria. Las rebajas sustanciales de impuestos para los inversores recién están previstas para 2022. No será fácil reducir tributos para cumplir un programa financiero que resultará “más desafiante”, según la consultora ACM, de Javier Alvaredo, dado que el monto del rescate del FMI resultó menor al esperado para el gobierno de Macri (29.584 millones de dólares, pues los restantes 20.416 millones vendrán en 2020) y además el Tesoro deberá pagar las letras intransferibles que le colocó al Central en la era K.

La mayoría de los empresarios habla de desilusión o frustración con Macri, pero otros sólo hablan de tropezón. “No creo que haya desilusión sino que estamos viendo cómo se resuelve esta situación”, opina el empresario Adrián Werthein. “Si se hacen los recortes necesarios, en 2019 el que gane va a correr en un Fórmula 1. Y el mejor candidato es el que tenemos”, añade el inversor en agronegocios y seguros.

PJ. El establishment siempre mantiene contactos con el peronismo, pero aún no ha comenzado a explorar postulantes presidenciales. El PJ no los enamora después de Carlos Menem, Eduardo Duhalde y los Kirchner. Ven que los peronistas están al acecho de una crisis, pero aún atomizados y sin candidato claro para vencer.

Se han acelerado la reuniones entre empresarios, con funcionarios, pero también con sindicalistas y jerarcas de la Iglesia. Banqueros se reunieron con Caputo para diseñar las medidas con las que estabilizó el mercado a fuerza de mayores endeudamiento y restricción monetaria. Empresarios se juntaron con los nuevos ministros de Producción, Dante Sica, mejor valorado que su antecesor, Francisco Cabrera, y de Energía, Javier Iguacel. Piden más cambios de nombres. Pero también han tendido lazos con los gremialistas, no por el paro general de este 25 de junio, sino porque unos y otros comparten el temor por los despidos que están acelerándose en medio de la discusión salarial.

Con los obispos, los hombres del establishment conversan sobre la mayor asistencia a comedores en los conurbanos de Buenos Aires, Rosario y Córdoba. También de una mesa de diálogo social como en 2001, pero ni Macri ni sus antecesores han aceptado nunca ceder así el poder.

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