Friday 29 de March, 2024

SOCIEDAD | 12-12-2018 13:52

Un invento argentino que ayuda contra la diabetes

Innovación nacional: plantillas para prevenir amputaciones. Investigación y talento joven.

Los pies están resecos y agrietados. La piel se ve brillante y las uñas gruesas. Están calientes. El dolor, casi no se siente. Estas son algunas características que presenta el 25% de las personas diabéticas en sus pies (ALAD, 2010, Guías ALAD de Pie Diabético). La razón principal se debe a dos complicaciones de esta enfermedad: daño en los nervios (neuropatía) y mala circulación. “La neuropatía es una complicación crónica causada por muchísimos años de mal control”, resume la Dra. Susana Fuentes, médica diabetóloga miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).

Pasando por esta situación estaba una mujer que Facundo Noya conoció cuidando a su padre en un hospital de Entre Ríos, su provincia natal. La señora ingresó caminando, con una tachuela incrustada en su pie, y terminó con la pierna amputada, “de la rodilla para abajo”, recuerda vivamente Facundo. Quedó tan impresionado que empezó a preguntar si se había tratado de un caso aislado. Y la conclusión fue que no.

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Con 25 años y como ingeniero biomédico egresado de Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Córdoba, Facundo Noya está listo para afianzar las pruebas de un diseño creado a partir de esta experiencia que refleja un grave problema de salud que, según el propio Ministerio de Salud de la Nación, se incrementa año tras año, altera la calidad de vida de la persona con diabetes, provoca grandes repercusiones socioeconómicas y sanitarias, y requiere tratamientos muy especializados.

Actuar a tiempo. Las úlceras en los pacientes diabéticos deben ser controladas desde un primer momento. “Cuando reviso esta clase de pacientes muchas veces encuentro que tienen algo perforante, una lesión de apoyo entre los dedos o una uña encarnada. Una ampolla, por ejemplo, puede ser fatal”, describe la Lic. Estela del Valle Rodríguez, enfermera diplomada en cicatrización de heridas y a cargo de la Unidad de úlceras perforantes (UPP) y heridas crónicas del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). En esta etapa la curación es fundamental, la revisión incluye la clasificación del tipo de lesión, la profundidad y la evaluación del tejido afectado para detectar cualquier signo de infección. “Es clave el tiempo de acción, conectar casi inmediatamente con el infectólogo e incluso con el traumatólogo si presenta una osteomielitis, que es una infección en el hueso”, detalla Estela, quien cuenta que a sus pacientes les hace un seguimiento especial con una hoja donde detalla cómo debe curarse, que productos usar y la frecuencia con la que deben hacerlo.

“También pregunto si se va a curar él mismo o lo va a hacer algún familiar y los cito dos a tres veces por semana para verlos. Si no pudieran acercarse les pido fotos y si dejan de venir sin avisar, los llamo para saber que sucedió.”, enfatiza esta enfermera a cargo de uno de los pocos consultorios de este tipo que hay en el país.

En el Insituto Neurotraumatológico de Alta Recuperación (INAR) conocen de cerca la problemática del paciente amputado. Allí los reciben y les dan un entrenamiento preprotésico y posquirúrgico. “El paciente a rehabilitar, no es una persona que sufre la amputación de un miembro de manera accidental, es una persona transgresora del cuidado de su salud. En la mayoría de los casos nos encontramos con un paciente diabético, sin conciencia de enfermedad ni de situación, omnipotente, que llega a esta grave complicación sin asumir su participación en la misma. Proyecta en la figura de otros la causa de su estado actual. Es culpa del médico, culpa de la familia que no le hacia la dieta, etc.”, describe la Lic. Silvia Ferioli, psicóloga de INAR.

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La gran idea. 7 de cada 10 amputaciones podrían evitarse con un diagnostico precoz y tratamiento temprano. En esta instancia, sería clave el aporte del proyecto denominado Ebers, ideado por Facundo. Hasta ahora la idea fue tomando forma a partir de una primera inversora a riesgo: su madre Inés. Luego, a través del financiamiento recaudado en diversos concursos como Emprendé ConCiencia, organizado por el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación y la Fundación INVAP, del concurso Masterpiece, organizado por la empresa Livingtalent, en Dubai, el programa Potencia Sueños de la ciudad de Buenos Aires organizado por la Dirección General de Juventud porteña y el pasado 27 se enteró que su idea es una de las cuatro más votadas del concurso de History Channel "Una idea para cambiar la historia", cuyo premio es de 60 mil dólares. Mientras tanto, el proyecto está siendo incubado en la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), que le brinda el espacio de laboratorio, la impresora especial para hacer los sensores y el asesoramiento necesario hasta que el proyecto crezca como para poder solventar sus propios gastos.

“La inquietud primero se transformó en una tesis y ahora, hace dos años que estamos desarrollando el prototipo”, detalla Facundo quien lidera un equipo que primero se planteó la creación de una media para estudiar todo el pie, pero resultaba complicado el tema del lavado. Luego pensaron en una zapatilla, pero iba a demandar una ingeniería tremenda. Finalmente se decidieron por una plantilla. Actualmente el equipo de trabajo está conformado por Bernardo Villares, Diseñador Industrial, Camila Ruiz, Ingeniera biomédica y Florencia Capriccio, Profesora de historia, encargada de recorrer hospitales, contactarse con ingenieros electrónicos, matemáticos, médicos y algunos pacientes que se ofrecen para las pruebas de esta plantilla que a través de 18 sensores, monitorean el comportamiento de la pisada. 15 miden la presión, por lo que se puede detectar las zonas propensas a padecer úlceras, 2 sensores monitorean la temperatura, dato clave para detectar una posible infección y un sensor dedicado a medir la humedad, para prevenir la aparición de hongos, bacterias y la transpiración excesiva.

Todos los datos son recabados a partir una tinta que tiene la plantilla compuesta por nanopartículas de plata, lo que les proporciona conductividad y por lo que también es conocida como tinta electrónica. Esta impresión se envía directamente al teléfono celular a través del bluetooth. “El otro día detectamos una persona que estaba usando una zapatilla que era chica y no se daba cuenta. En otro paciente pudimos descubrir un callo que seguro que con el tiempo iba a convertirse en úlcera”, relata entusiasmado Facundo. Por todo esto, además de recibir felicitaciones, a Facundo le llueven en su whatsapp y en su perfil de facebook, ofrecimientos de personas con diabetes que se postulan para probar su plantilla. “Esta reacción nos da una idea de lo importante que sería terminar de ajustar este proyecto, nos genera un compromiso”, explica Facundo.

En el mundo hay tres iniciativas en curso que buscan algo parecido. En Finlandia existen unas medias llamadas Siren donde el paciente debe suscribirse a un servicio de monitorización mensual, pero que solo miden la temperatura. En EE.UU están desarrollando otras medias con cinco sensores de presión pero ninguno de temperatura. También existen otras plantillas, pero no miden la humedad.

Las Ebers criollas, se prueban hoy en día en el Hospital Rawson de Córdoba y Hospital Italiano de Buenos Aires. “El próximo paso es desarrollar el software y el hardware para dárselo a los pacientes”, detalla Facundo. Según tiene previsto, en Junio próximo comenzaría el protocolo clínico para homologar las plantillas y en 2020, podrían estar disponibles para la venta con un costo calculado en los 60 dólares.

por Malena Lobo

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