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SOCIEDAD | 07-05-2019 17:07

Precios esenciales: cuando lo barato sale caro

NOTICIAS analizó el valor nutricional de la canasta de precios cuidados del Gobierno: contradice hasta las propias recomendaciones oficiales.

Apenas se anunció el lanzamiento del programa “Precios Esenciales” comenzó un debate sin fin acerca de su influencia en el bolsillo de los argentinos y su eficacia para paliar la inflación. Sin embargo, en medio de las discusiones económicas, aparecieron las alertas de los profesionales de la salud que cuestionaron la lista de alimentos desde otra óptica: demasiada harinas y azúcares y nada de carne, huevos o queso. Lo único que se parece a una verdura viene en lata y no se incorporaron alternativas al aceite de girasol. Las “dietas blancas”, basadas casi de forma exclusiva en carbohidratos, llenan panzas pero no alimentan a la población.

El plan entró en vigencia el lunes 22 de abril y los comercios tuvieron tiempo hasta el 29 para incorporar la totalidad de los productos a sus góndolas. El objetivo, que se consiguió a través de un acuerdo entre el Poder Ejecutivo con 16 empresas y supermercados, es congelar el precio de 64 productos durante seis meses. “Son medidas que tienden a llevar alivio y a mejorar el poder de compra”, aseguró el ministro de Trabajo, Dante Sica.

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Fuentes oficiales dijeron a NOTICIAS que la lista de productos se confeccionó en base a diferentes factores. Por un lado, la adhesión de las empresas fue voluntaria y, por el otro, se tuvo consideración por los productos más elegidos por los consumidores. Además, insistieron en que no se puede analizar qué tan sanos son los alimentos de “Precios Esenciales” sin tener en cuenta a “Precios Cuidados”: “Desde 2016, ‘Precios Cuidados' ha incorporado productos saludables que permiten preparar opciones con altos valores nutricionales. En esta lista se incluye manzana, papa, cereales, leche, agua, legumbres y 102 productos aptos para celíacos”.

Sin embargo, a pesar de que un programa complementa al otro, funcionan con diferentes regímenes. “Precios Cuidados” fue renovado por última vez en enero, cuando autorizó un aumento del 4,4% y su plazo vence el próximo 6 de mayo.

Faltan esenciales. Para analizar el valor nutricional de la lista de “Productos Esenciales”, NOTICIAS tomó el modelo de las “Guías alimentarias para la población argentina” (ver arriba), que fueron elaboradas y presentadas en 2016 por el entonces Ministerio de Salud de la Nación. Ese esquema establece que, para tener una alimentación saludable, esta debe estar compuesta, por ejemplo, por un 50% de frutas y verduras. En esta distribución, los opcionales, los dulces y las grasas deberían ser mínimos.

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De los 64 productos del nuevo plan, 12 son vinos, cervezas, agua, té, café y yerba. Y, cuando se clasifica a los 54 alimentos restantes, la distribución no se parece en nada a la recomendada de forma oficial. Sin ir más lejos, el 44% de la canasta está compuesta por legumbres, cereales y grasas. “Los profesionales insistimos con que una alimentación saludable debe tener variedad de colores pero esta es una alimentación blanca. El único color está en la jardinera de lata”, aseguró Laura Romano, nutricionista y directora de Integral Nutrición.

Todos los profesionales consultados por NOTICIAS coincidieron en un punto: faltan proteínas derivadas de las carnes y los huevos. la ausencia de frutas y verduras frescas eliminó cualquier posibilidad de elaborar una dieta equilibrada en base a esta canasta: “Es más difícil sentarse a negociar con los productores de hortalizas porque son un montón, están por todo el país y no es lo mismo que sentarse con cinco grandes empresas. Pero se debería encontrar alguna manera”, remarcó Romano. Desde el Gobierno aseguraron que la dificultad de congelar estos precios reside en que “son productos estacionales que dependen de factores inestables como, por ejemplo, la papa y las lluvias”.

Cuestión de Estado. En cuestiones alimentarias a nivel gubernamental es Juliana Awada, quizás, una de las caras más visibles. Desde su rol de primera dama insiste con la promoción de huertas orgánicas. En Instagram, por ejemplo, suele mostrar sus cosechas en la Casa de Olivos.

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Sin embargo, para el médico nutricionista Alberto Cormillot esas imágenes tienen más que ver con propaganda que con la realidad: “La huerta es un pasatiempo, una originalidad. Andá a alimentar al conurbano y a la Capital con una huerta. Es interesante y hacer un poco de marketing pero no sirve. Hay que preocuparse por darle buena calidad de comida a la gente que no tiene acceso. Tenemos más del 30% de la población en la pobreza. Tenés que darles carne, leche, huevo y queso”, sentenció y aseguró que la canasta del nuevo plan oficial “no es saludable”.

Romano también fue categórica: “Con esto tenés una alimentación que puede cubrir la cantidad de calorías pero que no aporta ni vitaminas, ni minerales”. “Ese es justamente el gran problema de la actualidad –siguió–: la malnutrición en la pobreza. Hay varios factores que influyen como el nivel socioeconómico o la educación, pero un chico que cubre sus comidas diarias con cereales y pastas pero sin proteínas, por ejemplo, a largo plazo va a tener los mismos problemas que un chico desnutrido, incluso aunque tenga sobrepeso por comer muchos azúcares y carbohidratos”.

En este contexto, los profesionales señalaron la reciente publicación de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, cuyos resultados indicaron que, en la actualidad, en la Argentina hay un 25% de obesidad. “Hay que agregar que tenemos un 66% de personas con distintos grados de sobrepeso y eso aumenta el riesgo a tener otras enfermedades. Si yo, desde el Estado y habiendo una situación de pobreza semejante, no ayudo a que la gente coma mejor, llenar se van a llenar pero estoy facilitando a que la epidemia de la obesidad siga en aumento”, explicó Cormillot.

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La idea de que estos son los productos más seleccionados en las góndolas no debería ser determinante. Para la licenciada en Nutrición y autora del libro “Podemos comer de todo”, Agustina Murcho, la educación alimentaria debería estar por encima de cualquier plan. “La gente no sabe comer. Los nenes no saben porque sus padres tampoco saben. Tengo muchos pacientes con problemas económicos y hay pocos nutricionistas que asesoran para comer barato y bien”, aseguró.

En la misma línea opinó Romano: “A veces las familias no saben administrar las calorías. Una mamá me decía que les daba a sus hijos mate cocido con azúcar para darles energía pero esa energía te dura 20 minutos. Te comés un pan integral con una fruta y tenés energías por dos horas. Pero eso se enseña con campañas”.

El programa. Los “Precios Esenciales” estarán presentes en 2.550 puntos de venta de todo el país y las empresas adheridas son Carrefour, La Anónima, Wallmart, Cencosud (Jumbo, Disco, Vea) y Coto. Estos productos no se encontrarán en supermercados chinos ni almacenes, lo cual también le valió el cuestionamiento de Cormillot: “El problema es que la gente pobre compra en su barrio, no va al supermercado”, dijo.

Sin embargo, desde el Gobierno hacen frente a las críticas y aseguran que el plan debe analizarse en conjunto con otras políticas estatales: “Está el programa ‘Mercado en tu barrio’ que organiza ferias itinerantes donde se pueden comprar frutas, verduras, carne, lácteos panificados y productos secos. Es un trabajo articulado entre el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, las provincias y municipios participantes. Sólo en el mes de marzo se llevaron a cabo 552 ferias en 46 municipios en 12 provincias del país”, se defienden.

Lo cierto es que “Precios Esenciales” ya se convirtió en la nueva herramienta del Gobierno para que las familias puedan acceder a una canasta básica y se prevé que desde su inicio 350 inspectores controlen la presencia de los productos en las góndolas.

Sin cortes magros. En paralelo a la difusión de “Precios Esenciales”, el Gobierno dio a conocer otro acuerdo con los frigoríficos exportadores: en la feria del Mercado Central y en las bocas de expendio de cada uno de los frigoríficos, los consumidores podrán comprar un kilo de asado, vacío y matambre a $ 149.

El anuncio fue criticado por la dificultad de acceder de forma masiva a los puntos de venta e, incluso, el presidente de la Asociación de Carnicerías Alberto Williams aseguró que “será muy difícil” que se cumpla el acuerdo. Sin embargo, los nutricionistas hicieron otra lectura: “No son cortes saludables de carne. Si se piensa en la alimentación, debería haber pollo o pescado y eso parece imposible”, aseguró Laura Romano.

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