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POLíTICA | 17-06-2019 13:16

María Eugenia Vidal, la joya de la campaña

Es la carta ganadora de Macri, pero desde la provincia. Su temor a las fake news.

A fines del año pasado, María Eugenia Vidal visitó el programa de Luis Novaresio para una entrevista mano a mano. Eran momentos de disparada del dólar y las preguntas del periodista de A24 la incomodaron. Vidal aseguró que no existía “blindaje mediático” para proteger al Gobierno y sus medidas. “No sé a qué se refiere. Siempre doy la cara en las buenas y en las malas”, marcó la gobernadora. Terminó la entrevista y se fue enojada. Ella que había sido la MVP (del inglés “most valuable player”, jugadora más valiosa) de Cambiemos se sentía fuera de forma para enfrentar los combates que se avecinaban. “Me pusieron en una cajita de cristal”, les reclamó a sus colaboradores. Al día siguiente volvería a sus entrenamientos de media coaching de cara a la campaña.

MVP. “Mariu” Vidal Presidenta, el chimentado “Plan V” que sonó fuerte hasta hace unas semanas –pero fue título de tapa de NOTICIAS hace un año: edición del 24 de mayo de 2018–, nunca terminó de afianzarse como una opción palpable. Vidal obviamente fue consultada, y su respuesta en privado fue la pregunta más obvia: “¿Y qué hacemos con la provincia?”. No hubo respuesta.

El Presidente le achacó entonces, con auténtica mirada de CEO, no haber construido una sucesión. “Planes hubo, pero no prosperaron”, reconocen desde la provincia. Gladys González, senadora nacional, y Cristian Ritondo, su ministro con más alto perfil, sonaron en algún momento. Pero ambos sufrieron reveses antes de llegar a rankear.

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Sin plan B para la provincia, el “Plan V” no podía funcionar. Sin Vidal en el Gran Buenos Aires se perdía seguramente ese territorio clave, y la derrota arrastraba la elección nacional, poniendo fin al plan reeleccionista de Mauricio Macri. Si el Presidente se bajaba, además, se leía inevitablemente como un signo de debilidad. “No había dudas. Nosotros leímos como debilidad que Cristina (kirchner) no fuese presidenta. Después, que la quieran disfrazar de jugada política magistral...”, son taxativos en el círculo rojo de la gobernadora. Y la propia Vidal, dispuesta a hacer lo que su espacio mayoritariamante considerase, prefería sin embargo no abadonar la provincia. Ese gesto, intuía, sería entendido por los bonaerenses como una traición. “De Duhalde para acá, todos los gobernadores de la provincia han sido políticos que bajan del ámbito nacional para usar la provincia de trampolín. Ruckauf, Solá y Scioli, todos. Y lo mismo pasa con Kicillof”, marcan desde el comando de campaña de Vidal. (Lo mismo podría decirse de ella, que fue vicejefa del gobierno porteño, aunque nunca dejó de vivir en la provincia).

La gobernadora se siente cómoda con esa dialéctica para darle pelea al ex ministro y actual diputado por la Ciudad. “Ya sé que Kicillof me va a correr con la economía, y yo le voy a retrucar con obras”, se muestra firme. “Su paso como ministro de economía no fue tan feliz tampoco”, le sugieren. “Y no conoce la provincia”, suman.

La gobernadora insiste con que recorrió su territorio completo, todos los distritos, dos veces. Y que tiene más de mil cien obras para inaugurar durante la campaña. Ese será el gran pilar del dircurso de Cambiemos. Y como sucedió hace una semana en la inauguración de la Autopista del Bajo, se marcarán desde la concreción de los proyectos las diferencias con la obra pública kirchnerista. Corte de cinta, aplauso y foto, en la que María Eugenia Vidal sonriente, flanqueando al Presidente en cada imagen, será una pieza clave. Casi un salvavidas para él, que mide menos en todas las encuestas.

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Pero también habrá una Vidal enojada como la que se vio en aquel cruce con el periodista K Diego Brancatelli en Intratables. Aunque a la gobernadora no le gustó verse “caliente”, el episodio fue festejado por sus votantes y asesores. “Va a ser una campaña polarizada y nos van a pegar fuerte”, reconoce. La gobernadora está lista para la pelea y sabe que no habrá fair play. Las fake news estarán a la orden de día y serán ataques personales, como sucedió el pasado fin de semana: se volvió viral una noticia falsa que aseguraba que su hija había sido internada por sobredosis. Enojada, “La Leona” (figura que instaló Jaime Durán Barba para dejar atrás a “Heidi”) se motiva para volver a ser la MVP de Cambiemos. El verdadero “Plan V” que la tendrá como la figura más relevante de la campaña, para proyectar en la nacional y ganar la provincia la madre de todas las batallas.

Colectora. A Vidal se le atribuye la idea de buscar ser la candidata a gobernadora en la provincia de Sergio Massa, y también de algún otro candidato de Alternativa Federal. Las listas colectoras que el presidente Macri había impugnado con el decreto 259/2019 en abril, podrían jugar ahora a favor de Cambiemos. El PJ se había apurado entonces a presentarse en la Justicia electoral. Pero María Servini de Cubría rechazó las tres presentaciones. Escenario trabado desde lo legal para Cambiemos, aunque ahora se especula con que Servini pueda hacer caer el decreto para darle la derecha al oficialismo en su plan: la jueza ya había declarado inconstitucional el decreto que cambiaba el sistema de votación en el exterior al considerar que “no se puede legislar por decreto en materia electoral”. Una medida judicial evitaría el costo político de dar marcha atrás con el decreto a través de otro decreto de Macri. Y habilitaría las colectoras, el “Plan Y” que Vidal ondeará como su propia jugada maestra, el retruco a las cartas de Unidad Ciudadana.

“Es un papelón. En su desesperación para tapar la realidad, Macri y Vidal se tropiezan contra sus propias trampas y contradicen las medidas que ellos mismos tomaron”, se enoja Fernando Gray, se presidente del PJ bonaerense. “Si al final del día hay más candidatos a presidente que quieren apoyar a nuestra candidata a gobernadora y con eso se consolida la decisión de no volver al kirchnerismo en la Provincia, no me parece un atajo ni una discusión que altere la previsibilidad”, contestó Marcos Peña, a quien se achaca de todos modos haber filtrado el “Plan Y” anticipadamente para hacerlo caer: el jefe de Gabinete nacional no estaría convencido de que sea una buena jugada. Pero el círculo rojo de la gobernadora le ganó la pulseada en este caso, tras haber sido “víctimas” de la decisión de Peña –rubricada por Macri, claro– de unificar las elecciones bonaerenses y porteñas para apuntalar al Presidente. Un tiro por la culata. “Si 'Mariu' anticipaba elecciones, se imponía según las encuestas por diez puntos a Kicillof. Pero en la boleta con el Presidente hoy está siete puntos abajo”, apuntan desde el vidalismo.

La propia gobernadora lo reconoce sin dramas. Insiste con que le gusta venir de abajo. Recuerda que en 2015 y 2017 sucedió lo mismo y revirtieron el resultado. Y ni siquiera teme una derrota en las PASO –por un margen de hasta 5 puntos–, convencida de que el temor a una vuelta del kirchnerismo da vuelta todo en octubre.

En ese plan, la colectora con Massa y Urtubey le puede aportar el caudal de votos para ganar: en la provincia se corona el que más votos saque sin segundas vueltas. “Vidal reúne un 27% de adhesiones de electores que votarían la boleta completa de Cambiemos más un 6% que podrían combinar la boleta de Vidal con la de Massa y un 6% que aún no sabe a quién apoyará en el tramo presidencial de la elección”, explica la última encuesta realizada por la consultora RTD en Provincia de Buenos Aires. Casi un 40% para Vidal frente a un 31% de Kicillof con ese escenario. El ex ministro de Economía “recoge un 28% de votos de gente que votaría la lista completa de Unidad Ciudadana, más tres puntos que provendrían de la combinación con las boletas de Massa y de del Caño”. Un escenario esperanzador para “La Leona” que hoy pelea cada punto.

“Me sobra garra y corazón para estar en la provincia otros cuatro años y acompañar al Presidente”, ruge ella convencida de que hay chances de un triunfo.

Cerebro. Son días frenéticos para el equipo de campaña bonaerense. También para Jaime Durán Barba, el estratega oficial del Gobierno. A fines de mayo volvió de su Ecuador natal, donde fue a descansar una semana antes de empezar la etapa más dura del período electoral, y ahora promete que no va a abandonar el país hasta, al menos, el cierre de listas. En la semana del cierre de esta nota, el consultor estrella del oficialismo estuvo reunido con las principales figuras del PRO. Pasó el martes 4 por la Casa Rosada para ver al Presidente y a Marcos Peña, y se le rebeló al jefe de ceremonial: el hombre quería dictarle el lugar donde debería sentarse en la mesa. “Me he reunido miles de veces con Mauricio, no tiene sentido que me digan dónde me tengo que sentar”, se plantó, mientras el resto se divertía con la escena.

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En la reunión les contó las ideas de las que está convencido: Alberto Fernández es Cristina Kirchner, la polarización continúa existiendo, y la tercera vía, con Sergio Massa a la cabeza, está en camino de extinción. Había, por primera vez en un tiempo largo, cierto clima de distensión: desde hace un mes, la imagen negativa del Presidente dejó de crecer. Durán Barba vive ese envión positivo como un triunfo personal, después de mucho insistirles a las principales figuras del Gobierno de freezar los tarifazos y sacarle el foco a la discusión sobre la economía hasta las elecciones de octubre.

El día anterior de su visita a la Rosada se había reunido con Vidal. Estaban juntos cuando Sergio Massa la llamó, para empezar la negociación para el plan de las colectoras en Buenos Aires. En esa conversación se habló de una futura reunión, proyecto que luego Massa se ocuparía de dinamitar en público. La gobernadora le preguntó al ecuatoriano qué opinaba de la idea de que su rostro figurase en una lista junto al del tigrense. Durán Barba, que nunca tuvo en gran estima a Massa, se mostró reflexivo: “Si quiere apoyar a nuestra gobernadora, está bien por nosotros”. El estratega también bajó tranquilidad al equipo: tanto en la provincia como en Capital, sostiene, tienen serias chances de reelegir. “Aunque es verdad que Axel Kicillof mide muy bien”.

El ecuatoriano está convencido de que es hora de probar ideas nuevas para la campaña.

“Los globos, o el timbreo, que en otra época funcionaron muy bien, ya van quedando obsoletos. Hay que probar algo nuevo”, dijo ante la gobernadora, y se mostró contento por el avance de “Defensores del Cambio”, la plataforma online que lanzó el Gobierno y que ya llegó a los 300 mil inscriptos. Por estos días, Durán Barba tiene sólo un lamento: por el clima electoral, debió suspender el relanzamiento de su libro best seller, “Mujer, Sexualidad, Internet y Política”, que escribió junto a su socio Santiago Nieto en 2006. El problema es que hay un capítulo entero dedicado al aborto, un tema que espanta al grueso del electorado PRO.

Barones. La negativa de Vidal al “Plan V” tenía otros tantos argumentos. Por un lado, la gobernadora sabe que el escenario económico para los próximos cuatro años será difícil. Por otro, cree que todavía le falta rodaje. “El gran triunfo discursivo de Scioli fue convencer a todos de que gobernar la provincia de Buenos Aires es mucho más difícil que ser presidente. Eso es mentira. Es mucho más complicado gobernar la Nación”, se le escuchó decir.

Aunque los intendentes peronistas le critican a coro su gobierno (no los atiende ni les gira los fondos para completar obras, dicen), y señalan a Federico Salvai, su jefe de gabinete, y a Marcos Peña como artífices de la gestión (“un planteo machirulo”, se ríen en su mesa chica), en la gobernación juran que se ha juntado con todos, incluso con Verónica Magario, intendenta de La Matanza y ahora precandidata a vicegobernadora de Kicillof.

Magario es para Cambiemos un modelo de los intendentes peronistas a los que acusan de apropiarse de las obras que se realizan con fondos nacionales, como apuntó el propio Presidente en la inauguración del Metrobús en Quilmes. “Qué bueno que hayan entendido que esas obras cambian la vida para siempre. Espero que en el futuro las hagan, y no que solamente esperen las obras del gobierno nacional”, apuntó Macri acompañado por Vidal y el intendente local, Martiniano Molina.

Vidal sabe que no podrá estar en todas las inauguraciones pasándoles factura. Ni siquiera usando el helicóptero que adoptó como vehículo frecuente para hacerse presente, varias veces al día, en distintos puntos. “Las capitalizarán los intendentes”, delegan desde la gobernación. Y servirá incluso para potenciar a sus propios barones del conurbano, con los que Vidal se maneja con soltura. La gobernadora sabe impactar en su tropa masculina con su estilo compinche.

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“Va a ser una elección cerrada. El juego de los intendentes va a ser muy relevante”, reconoce Jorge Macri, quien también tiene aspiración de ser candidato a vice, y es uno de los operadores más fuertes de Cambiemos en el conurbano. Aunque la gobernadora está inclinada a repetir la fórmula con Daniel Salvador. “Es un vice que no suma votos pero se ha portado muy bien con la gobernadora”, reconoce el círculo rojo de Vidal.

La lógica del “suma y resta” ordena el mapa de los intendentes “propios” en la provincia de Buenos Aires. Los que han hecho buena gestión, y los que han sido menos efectivos y están en problemas. Pilar es un caso paradigmático que preocupa. “Ahí hay muchos líderes de opinión”, apuntan. Corren el riesgo de perder ese y otros territorios que hoy manejan, pero aspiran a ganar otros, como San Martín y Hurlingham. La pelea, saben, será punto a punto, pero confían en este nuevo “Plan V”.

por Juan Luis González, Maximiliano Sardi

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