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SOCIEDAD | 02-08-2019 11:00

A un año de la explosión en la escuela de Moreno: víctimas y alerta

Tras el escape de gas que causó dos muertes, se detectaron irregularidades en todas las escuelas del distrito.

Las 7.45 de la mañana del día 2 de agosto de 2018 está indicada como la hora cero de la tragedia. Unos segundos antes, la vicedirectora Sandra Calamano (48) y el portero Rubén Rodríguez (45) ingresaron a la cocina de la Escuela N° 49 “Nicolás Avellaneda” de Moreno para prepararle el desayuno a los chicos que estaban por ingresar a la institución. Pero uno de ellos prendió la luz del cuarto y la chispa eléctrica de la perilla produjo una enorme explosión por un escape de gas que ellos creían solucionado. La ola expansiva los arrojó por el aire y aterrizaron a unos 35 metros, sobre el patio del colegio. Ambos murieron en el acto.

El hecho sucedió allí, pero bien podría haber pasado en cualquiera de los otros 192 edificios escolares que hay en el distrito y al que asisten 122.400 alumnos porque, después de este caso, los inspectores de la Provincia de Buenos Aires constataron que absolutamente todos tenían fallas de gas y cortaron el servicio para comenzar las obras de infraestructura. Sin embargo, a pocos días de cumplirse un año, el equipo de investigación de Editorial Perfil constató que actualmente hay más de 50 establecimientos que continúan sin gas.

Luego del trabajo de los inspectores, “se formó una mesa de emergencia para atender las necesidades”, cuenta Mariana Cattaneo, Secretaria General de Moreno del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA). La gremialista detalla que estas reuniones se realizan, desde ese entonces, cada dos semanas y participan los sindicatos, docentes, no docentes, las familias de la zona, los directivos de las escuelas, el Consejo Escolar de Moreno, el Municipio de Moreno y la Provincia de Buenos Aires.

“Los techos, la electricidad y el gas fueron las tres prioridades de infraestructura que se acordaron para que se hagan las obras”, amplía Cattaneo del acuerdo que debería haberse finalizado para el comienzo lectivo de este año. Desde la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires responden que desde 2018 se invirtieron más de $ 550 millones para realizar las obras de infraestructura en los 279 servicios educativos repartidos en los 192 edificios de Moreno. Si bien las contrataciones de las empresas a cargo se hicieron de forma directa para acelerar los tiempos, al día de hoy hay 54 escuelas que continúan sin servicio de gas porque no se terminaron los trabajos, según un relevamiento que hizo Suteba.

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Incluso, hay algunos casos en los que todavía ni se comenzaron. El 60% de estas instituciones depende directamente del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, mientras que el resto están a cargo de la Municipalidad de Moreno, que dirige el peronista Walter Festa y que no contestó los llamados.

Obras. La primer escuela en la que se hicieron obras fue la N° 49, que había quedado destrozada después de la explosión. Hasta que se terminaron, en octubre del año pasado, los alumnos estuvieron sin clases. En aquel momento, la gobernación de la provincia de Buenos Aires había previsto que para el comienzo del ciclo lectivo de 2019 todos los trabajos de infraestructura estarían terminados.

Pero no fue así. En marzo, unos 7 mil jóvenes repartidos en primarias y secundarias de unos 14 establecimientos no pudieron empezar sus clases. Con el correr de los meses, las escuelas fueron abriendo sus puertas. Pero Cattaneo cuenta que hay casos, como la N° 49, 82 y 45 en las que todavía no están hechas las obras en los patios y por eso continúan inhabilitadas.

“Los chicos no solo se están muriendo de frío, sino que además desde agosto del año pasado no está garantizado el servicio alimentario que se debe brindar en las escuelas”, denuncia Cattaneo porque al no haber gas, “no se puede calentar ni un mate cocido”. “La comida que brinda el colegio es fundamental por la pobreza que hay en Moreno. Este es el segundo año consecutivo que tenemos declarada la emergencia alimentaria en el municipio”, afirma Cattaneo y dice que “el servicio continúa siendo de $28 diarios, que alcanza para darle a los chicos un sanguche de fiambre y un jugo en cartón de cuarta categoría”.

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Según se pudo constatar con la documentación de las “mesas de emergencia”, las empresas a cargo de las obras para los 192 establecimientos son un total de 35, entre las que la más beneficiada fue la compañía Teralink, con 17 adjudicaciones. De hecho, esta firma es una de las más cuestionadas por el gremio docente: “Queremos que separen a Teralink de los trabajos, porque hace muy mal las cosas. Entrega las escuelas más rotas de lo que las encontró, como en el caso de la Secundaria N° 10, donde supuestamente había arreglado el techo y ni siquiera lo tocaron”, asegura Cattaneo.

Sin embargo, desde la gobernación de la provincia de Buenos Aires, desmienten la versión de SUTEBA. Juan Fernández es el asesor de la Dirección Provincial de Consejos Escolares y afirma que “solamente quedan 4 edificios a los que les falta terminar las obras”. De todos modos, el funcionario asume la demora y explica que se debe a que “las obras comenzaron el 15 de diciembre y estamos por terminarlas todas en poco más de seis meses”. Pero Fernández también admite que hay escuelas en las cuales no se han iniciado aún los trabajos. Algunas de esas instituciones tienen colgadas banderas en reclamo de la restauración del servicio de gas, como es el caso de la Escuela N° 24 “José Giordanelli”, que se encuentra en la zona céntrica de Moreno.

¿Porqué los funcionarios esperaron a que un colegio explotara para realizar las obras, cuando Sandra Calamano había enviado más de 5 cartas pidiendo que solucionen el escape de gas en la Escuella N° 49? “El Consejo Escolar de Moreno, a cargo del interventor Sebastián Nasif, respondió todos los planteos que hizo Calamano. Pero aquel fatídico 2 de agosto, no se cumplió con ningún punto del protocolo que estipula que, en caso de un escape de gas, primero hay que cerrar la llave general, luego comunicarse con el Consejo Escolar y finalmente evacuar el edificio. El Consejo se enteró por redes sociales”, dice Fernández.

Lo cierto es que el interventor Nasif contrató para los trabajos al gasista Christian Ricobene, quien no solo no estaba habilitado para hacer tareas en instituciones y solo podía realizar tareas en viviendas por su matrícula categoría 3, vencida hacía más de 3 años. Por eso, Ricobene está imputado por homicidio culposo y Nasif, junto a otros integrantes del Consejo Escolar, por defraudación a la administración pública.

La causa.Este es un hecho lamentable y la sociedad merece saber qué pasó. Nunca me imagine trabajar en un caso en el que explote una escuela, me hace sentir impotencia”, cuenta Gabriel Gastro, el juez a cargo del Juzgado de Garantías N° 2 de Moreno, donde hoy se tramita la causa que tiene como principal imputado al gasista Christian Ricobene y que puede ir a prisión unos 5 años de cumplimiento efectiva, según la imputación que realizó la fiscal Gabriela Urrutia.

El resto de los acusados son Santiago Nasif, Mónica Berzoni, Carlos Luna, Pablo Perazzo, Jorge Galián, Alberto Nieto y Jorge Almada, todos ellos integrantes del Consejo Escolar que tienen una imputación por defraudación por administración fraudulenta y les cabería una pena de 2 años de cárcel en suspenso.

Castro explica que “la última novedad de la causa es que la fiscal pidió el sobreseimiento de Almada, Nieto y Galián, por lo que la causa ahora está en la Fiscalía General y resolverá si los acepta”. Luego, el expediente volverá a manos del juez, quien atenderá la exposición que haga el personal damnificado, es decir la querella que está formada por los familiares de Rubén Rodrígez y Sandra Calamano, y es representada por Suteba. “Se llegará a juicio en los próximos cuatro o cinco meses”, adelanta Castro.

Si bien SUTEBA pretende que sean juzgados en la causa los funcionarios de la provincia de Buenos Aires, la fiscal Urrutia aún no aceptó esas imputaciones. Según sus planteos, el principal responsable sería el gasista Ricobene. Aunque el juez también entiende que “el gasista es responsable porque sabía que no podía hacer esos trabajos”, el año pasado le recomendó a la fiscal investigar “toda la cadena de responsabilidades”. Pero por el código de la provincia de Buenos Aires, las imputaciones solo están a cargo de Urrutia.

Rubén Alliud es el abogado de Ricobene y asegura que su cliente “es una víctima más, porque el único pecado que cometió fue responder un llamado para revisar una estufa”. Por eso, el letrado pretende hacer caer la imputación de homicidio culposo porque “no nos cierran las pericias, no se sabe a ciencia cierta dónde y cómo ocurrió el chispazo que produjo la explosión”.

Además, Alliud afirma que “Ricobene cerró las chanchas”, que son enormes garrafas de gas que hoy continúan estando en la Escuela porque el barrio no tiene servicio de red, y que “alguien las abrió, además se cerraron las ventanas que se habían dejado abiertas por el olor a gas que había”. Castro dice que “si la explosión hubiera llegado a las chanchas, habrían volado 4 manzanas”.

Más escuelas sin gas. Además de la problemática situación de infraestructura en la Municipalidad de Moreno, la falta de gas en las escuelas también se replica en toda la provincia de Buenos Aires. Así lo asegura un informe que presentó el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires ante la Dirección Provincial de Cultura y Educación, a principio de mes. Según el documento, hay un total de 417 escuelas que no tienen el suministro y están afectados unos 200 mil alumnos.

El ranking lo lidera el distrito de La Plata, donde “hay más de cien escuelas sin conexión de gas”. A principio de mes, cuando en el país hubo una fuerte ola polar, varias escuelas tuvieron que suspender las clases a causa del frío. Luego, sigue José C. Paz, que tiene 80 edificios educativos sin el sevicio. Lomas de Zamora tiene 59 escuelas sin gas y le sigue Florencio Varela con unas 20.

*Integrante del equipo de investigación, conformado por periodistas egresados de perfil educación.

por Santiago Carrillo

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