Lejos del alto perfil de otros tiempos, Victoria Vanucci volvió a la Argentina el 9 de septiembre en el más absoluto silencio, con un evidente cambio de look y por poco más de un día.
La visita relámpago tuvo un doble propósito: por un lado, reunirse con su abogada Ana Rosenfeld por el juicio contra Twitter, en el que reclamaron que se eliminaran los mensajes ofensivos contra ella, escritos durante el escándalo que se desató cuando aparecieron las fotos de la ex modelo y el empresario Matías Garfunkel cazando.
Por el otro, reencontrarse con sus padres y sus hermanas. No fue fácil: en 2016, había denunciado que su papá había ejercido violencia física cuando tenía 14 años. No hubo rencores, luego de tres años de alejamiento.
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Ante su silencio, su abogada tomó la posta. Pero apenas contestó preguntas relacionadas a la causa contra Twitter: "Soy su abogada en eso. No respondo cosas que no sé", contestó en relación a la vida privada de la modelo.
Vanucci se fue callada. A pesar de la insistencia de un notero que la persiguió, le hizo la señal de amor y paz antes de embarcar.
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