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COSTUMBRES | 19-02-2023 07:34

El carnaval del diablo: secretos de la festividad jujeña

El de Humahuaca es el más famoso del norte argentino. ¿Cómo nació la tradicional celebración a “Pucllay”?

Todos los años, 40 días antes de Semana Santa, los pueblos de la Quebrada de Humahuaca en Jujuy festejan su propio Carnaval. La festividad combina la celebración tradicional europea, introducida hace más 500 años por los españoles durante la conquista de América, y cultos de los pueblos originarios de la región vinculados a la tierra.

El Carnaval de la Quebrada de Humahuaca comienza el sábado anterior al fin de semana de Carnaval, cuando grupos de comparsas llegan al pie de los cerros que rodean los pueblos para desenterrar al “diablo”, que fue sepultado al finalizar el carnaval pasado. El “maligno” es un pequeño muñeco, denominado Pucllay, que simboliza al sol. Según el mito local, fue el encargado de fecundar a la tierra, reconocida como la Pachamama. Una vez desenterrado el diabólico títere, la curiosa celebración comienza.

Carnaval jujeño

Con fuegos artificiales ruidosos, comienza el descenso corriendo cuesta abajo de la comparsa con un centenar de participantes disfrazados de diablo, en muchos casos alcoholizados. La festividad y los lugareños danzan al ritmo del "carnavalito jujeño". La música en vivo se interpreta con instrumentos autóctonos como los erkenchos, anatas, charangos y bombos.

Las tradicionales comparsas llevan consigo estandartes que las identifican y recorren las calles del pueblo, donde en diferentes casas los invitan a brindar con bebidas alcohólicas autóctonas y artesanales. Los habitantes que reciben a las comparsas se visten con trajes coloridos utilizando cascabeles y máscaras, se pintan las caras con harina y muchos llevan ramas de albahaca, dejando un aroma particular en las veredas.

Carnaval jujeño

Según la costumbre, luego llega el momento del “fortín.” Después de desfilar por las calles de los pueblos, las comparsas se reúnen puntos estratégicos donde se crean peñas con música y baile hasta el amanecer. Finalmente, el domingo de Carnaval, después de varios días de festejo, la celebración termina con el nuevo entierro del diablo en el también llamado “Domingo de Tentación”. Los participantes vuelven al pie de los cerros y entierran al muñeco en un hoyo con distintas ofrendas y terminando el festejo de cierre con fuegos artificiales.

Carnaval jujeño

En los últimos años, la presencia de la mujer entre la masiva cantidad de disfrazados se hizo notar, tal como lo revalida Susana Lascano, una joven diabla de carnaval, quien contó a la agencia de noticias Télam que desde niña aprendió a realizar “los moldes del conjunto bicolor, el cual no es una prenda cualquiera, porque para nosotros es toda una celebración esbozarlo”. Las diablas también llevan el mando de la comparsa, se igualan a los diablos varones y replican con humor la performance entre la gente.

A diferencia del diablo, el disfraz de la diabla, en vez llevar un cabezal, utiliza llamativas pelucas junto a una vincha con cuernos y algunas optan por llevar un antifaz y no una máscara como la de los varones. “El carnaval permite la unión entre quienes compartimos los mismos sentimientos y la emoción por ver a nuestra comparsa salir a las calles nos genera un orgullo enorme", sostuvo la representante femenina de Pucllay.

Fuente: TELAM

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