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CULTURA | 31-03-2020 18:59

Arte para compartir por internet en cuarentena

El aislamiento le da a la producción cultural el empujón definitivo para brillar en la web. Participación y experiencias inéditas.

A medida que el cerco de la cuarentena se cerraba sobre las principales ciudades del mundo, las actividades culturales comenzaron a cobrar un protagonismo inédito en la web. Óperas por streaming en el Met de Nueva York, obras online en los principales teatros del planeta, bibliotecas digitales abiertas al público, recitales en vivo de músicos famosos, lecturas en Instagram de escritores consagrados y paseos guiados por el interior de museos fabulosos. Todo un universo de producciones al alcance de la mano, que parecían guardadas en secreto y que de pronto se volvieron públicas (incluso, la mayoría, gratuitas) junto con el encierro obligado de millones de personas.

Si la cultura se debatió en los últimos años entre las posibilidades del universo digital y el apego a las prácticas analógicas (el libro en papel, la perfomance presencial, el cuadro, la exposición, el concierto en vivo); la situación extraordinaria que hoy atraviesa el mundo parece obligarla a adoptar, sin más, un canal de comunicación que es el que mejor alcanza y reúne al público global.

Arte para compartir

Salto hacia adelante. “Si alguna ventaja tiene este contexto excepcional es que algunas industrias que todavía están menos adaptadas a los nuevos formatos, por ejemplo, las editoriales en papel o el teatro, tienen una buena oportunidad para aggiornarse”, explica Natalia Zuazo, periodista e investigadora, autora de “Los dueños de internet” y “Guerras de internet” (Debate).

A modo de ejemplo, y en sentido negativo, la especialista recuerda el atentado a las Torres Gemelas, como un punto de inflexión en el tratamiento de la información en internet. A partir de ese hecho, gobiernos y empresas virtuales comenzaron a recolectar datos de los ciudadanos, una operación que años después denunció Edward Snowden. “Paradojalmente, estos momentos de excepción hacen avanzar más rápido algunas industrias. Y la industria cultural tiene en este tiempo una gran posibilidad”.

Otro rasgo importante de los contenidos culturales que se están compartiendo en estos días es la gratuidad. Aún empresas que comercializan sus productos en línea, han liberado muchas obras sin esperar retribución económica a cambio. A propósito de este gesto, Zuazo explica que “en la historia de internet hay dos fuerzas, la abierta y la cerrada. La primera versión de internet, en los 70, fue abierta, no privatizada. Wikipedia, por ejemplo, es parte de la internet abierta. A los que estamos por la idea de compartir, nos causa un poco de gracia lo que está sucediendo. Ojalá esto sirva para considerar que ese ámbito público no debe ser privatizado. Sería interesante pensar por qué las editoriales que hoy abren catálogos, no lo hacen en épocas normales. Aunque por supuesto hay que tener modelos de negocio y monetizar lo que hacemos. Estas son las contradicciones del sistema que está bueno ponerse a pensar hoy”.

Online. Como no podía ser de otra manera, uno de los grandes proyectos culturales pensados exclusivamente para web, tiene a Google, el gigante de internet, como principal responsable.

Arte para compartir

Se trata de su plataforma Google Arts & Culture, creada en 2011, con la intención de “democratizar el acceso a la cultura”, según explica a NOTICIAS, Florencia Sabatini, gerente de Comunicaciones para Google Cono Sur. Este proyecto trabaja con poderosas tecnologías, como el desarrollo de realidad aumentada, realidad virtual e Inteligencia Artificial. La plataforma está disponible en 25 idiomas y se puede acceder a ella a través de computadoras y celulares. Sus contenidos, explica Sabatini, surgen de la asociación con 2.000 instituciones. Por ejemplo, desde Arts & Culture se puede acceder a las colecciones y visitas virtuales de los principales museos del mundo. En la Argentina, forman parte de este menú el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, la Amia y el Museo de Arte Popular, José Hernández.

Catorce millones de usuarios han descargado ya la app de Arts & Culture en sus celulares. Allí se pueden ver desde proyectos especiales, como la visita a la celda de Mandela en Sudáfrica o monumentos en peligro de desaparecer por causas climáticas, hasta un recorrido por el arte culinario de España y Japón o la historia del doctor René Favaloro.

También contiene juegos como la “Art Selfie”, que busca el cuadro en el mundo más parecido a nuestra imagen, o el “Art Projector” que permite ver obras de arte en tamaño real.

“Algunos lugares históricos ya no serán accesibles físicamente –explica Sabatino–, por lo que la digitalización de la cultura será un factor clave en el futuro para perpetuar a lo largo de los años lugares que marcaron la historia en distintas sociedades”.

Arte para compartir

Compartir. “Una de las cosas más increíbles que internet y esta sociedad global han traído consigo, ha sido la facilidad de compartir las cosas que nos gusta leer de una forma mucho más directa y más fácil que nunca antes en nuestra historia”, dice Peter Florence, creador de uno de los festivales literarios más prestigiosos del mundo, el Hay Festival, y defensor denodado del libro y las lecturas, frente a otras formas de entretenimiento. El valor más fuerte que él rescata en internet es, justamente, su virtud comunitaria y participativa.

La circunstancia excepcional que vivimos resalta más que nunca esos maravillosos valores de la web para reunirnos y comunicarnos. La cultura es una parte fundamental de esa conversación. Y hoy la web nos permite disfrutarla como nunca antes desde la intimidad de nuestras casas. Una conquista de estos tiempos excepcionales que recién ahora descubrimos en todo su alcance pero que, con seguridad, ya adquiriremos para siempre. 

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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