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CULTURA | 16-10-2021 23:30

El 17 de octubre de Evita: la paliza que le dieron y el rol que tuvo

En un hecho que prefirió olvidar, Eva contó a sus biógrafos la agresión de la que fue víctima. Las versiones encontradas de un mismo hecho que relatan propios y detractores, y que tiene a Evita como víctima.

El 17 de Octubre es un día histórico para Argentina. Pero, además del nacimiento del peronismo, aquella jornada sucedió un evento olvidado por la historia: el ataque a Eva Duarte.

Ella fue golpeada dentro de un taxi, cuando iba al encuentro con Juan Domingo Perón. Evita se dirigía al Hospital Militar donde habían trasladado al General por una dolencia pulmonar. En las inmediaciones de las avenidas Las Heras y Pueyrredón fue atacada a golpes y debió huir.

Existen dos versiones distintas sobre quien fue el agresor. Una dice que Eva fue golpeada por el mismo taxista que la transportaba, la otra, que los agresores fueron un grupo de estudiantes que mantenían la toma en la Facultad de Ingeniería -que por aquellos años era la Facultad de Ciencias Sociales- y a quienes el taxista advirtió que llevaba de pasajera a la mujer de Perón.

Según cuenta el Dr. Miguel Ángel Mazza a la revista Primera Plana, el 17 de octubre acudió al encuentro de Evita, alertado de la agresión que había sido víctima. Su hermano, Juan Duarte, lo había ido a buscar para que la asistiera. Al llegar al departamento de la calle Posadas, Mazza encontró a Eva exaltada: lo que en principio iba a ser una consulta médica terminó siendo una discusión política. “Hablé con ella y no ocultó su contrariedad, recriminándome, para mi asombro, que Perón siguiera preso. Le prometí conseguirle el teléfono del departamento en el Hospital Militar donde alojaban a Perón”. Sobre los golpes que le habían propinado agrega: “No sería nada importante y no la revisé porque nos trenzamos en una discusión sobre los acontecimientos del día”.

Hay dos versiones opuestas sobre el tenor de la golpiza: la de Mazza que cuenta que no revestía gravedad y que no necesitó curación alguna; y otra,  la del profesor Vicente Sierra, biógrafo y amigo de Eva, quien cuenta que fue golpeada horas después de la detención de Perón (la madrugada del 13 de Octubre , por lo que además difiere en la fecha del episodio); y que esta agresión le desfiguró su rostro a punto tal, que le permitió moverse por la ciudad sin ser reconocida.

Sobre donde se refugió Eva en esos días se sabe que los primeros días estuvo en la casa de su hermano Juan Duarte y de su amiga, la actriz Pierina Dealessi. Algunos  testigos la sitúan en el departamento de la calle Posadas 1547, en fechas más cercana al 17 de Octubre.

El profesor Vicente Sierra le contó a Félix Luna (“El 45, Félix Luna”) que “después de la detención de Perón ella tomó un taxímetro para salir a Buenos Aires y dirigirse a San Nicolás, a la casa del Dr. Ramón Subiza. Cuando pasaban por la calle Las Heras, frente a la Universidad, el chofer del taxi les avisó que la pasajera que llevaba era Eva Duarte; los estudiantes entonces, la golpearon al punto que más tarde, al intentar repetir la salida de la Capital, pudo pasar sin que la policía la reconociera, debido a los hematomas y golpes en su rostro”.  El hecho fue relatado por Eva al historiador hacia 1948, agregando que no le gustaba contarlo y que era una de las pocas personas a quien le hacía la confidencia.

El clima reinante después de la detención de Perón era un peligro para su seguridad personal, por lo que esta teoría tendría mayor sustento.

El antes, durante y después. María Eva Duarte se contactó con abogados, militares, políticos y sindicalistas a fin de que alguien interpusiera el Habeas Corpus para Perón.

Teñidos de pasión, los distintos testigos y biógrafos tratan de desentrañar el papel de Eva en estas jornadas. Los diarios opositores hacían mención elípticamente a la figura de Eva. Sierra, su confesor y biógrafo en cambio, habla de una compañera y militante que a partir de estos duros momentos se encuentra en una situación vulnerable, pero no deja de accionar a favor de la libertad de Perón. Los días de octubre también son una prueba de fuego para Eva.

En su carta del 14 de octubre, Perón se compromete a regularizar su situación en cuánto fuera liberado. “Cuidate mucho la salud, si sale el retiro nos casamos al día siguiente y si no sale arreglaré las cosas, de otro modo pero liquidaremos esta situación de desamparo que tú tienes ahora”, le dice. Pasado el 17 de octubre; libre, apoyado por las masas y de cara a la Presidencia de la Nación, Juan Domingo Perón cumple su promesa. El 22 de Octubre de 1945 se casa con Eva Duarte.

Con rasguños, lastimaduras o arañazos, desde su departamento de la calle Posadas, Evita escuchó el discurso que Perón dio a los trabajadores el 17 de Octubre de 1945 y esperó que la viniera a buscar para ir a la casa de Subiza en San Nicolás. Fueron días agitados y peligrosos donde Eva definitivamente se convierte en la compañera de Perón, y ambos conocen los alcances de su Lealtad Peronista.

*Virginia Iceta es alumna de segundo año de la Escuela de Comunicación de Perfil.

por Virginia Iceta

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