***** Sigamos aplaudiendo la posibilidad de ver legalmente las películas de Hayao Miyazaki –más en estos tiempos de encierro obligado con chicos, dicho sea de paso–. Kiki es de sus películas “no épicas”, un cuento de hadas basado en una novela inglesa que narra cómo una brujita de 13 años, siguiendo las tradiciones de las brujas, se muda a pasar un año sola a una ciudad alejada de su familia, solo con su escoba, su gato, y la radio a pilas de su papá. Por un lado es una bellísima historia de crecimiento, por otro, aparece constantemente la amistad femenina como leit-motiv. El diseño de esa ciudad marítima, un poco austríaca y un poco francesa, es de una belleza infrecuente. Pero las hazañas técnicas (describirlas requiere muchas páginas) del film no son exhibicionistas, sino que hacen crecer absolutamente el relato, como si se dibujara sin esfuerzo. De lo mejor de un maestro del cine, lo que es muchísimo decir.
Galería de imágenes
Comentarios