★★★★ Dejemos de lado toda cuestión estrictamente cinematográfica: esta película no se caracteriza por su capacidad de invención y eso, en lugar de ser un defecto, es una ventaja. Lo que importa es el retrato del hombre y, sobre todo, sus ideas puestas en el contexto que corresponde. En ese sentido, es de vital importancia la aparición de documentos fílmicos que permiten ver cómo fue ese Estado de Israel desde su fundación, cómo fue creciendo, qué conflictos -externos e internos- tuvo que resolver y en qué sentido Peres tuvo una enorme influencia para lograr paz y consensos. Las diferentes entrevistas y la voz del Premio Nobel abarcan toda clase de temas insertados en el desarrollo histórico. El documental, pues, hace lo que debe hacer cualquier buena muestra del género: nos permite comprender (y solo entonces, admirar) al objeto de su mirada.
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