***** Es una suerte que Qubit haya incluido una gran cantidad de películas japonesas clásicas. Podemos acercarnos a las grandísimas obras de Ozu o Mizoguchi, por ejemplo. Hemos hablado alguna vez del primero: del segundo, tenemos entre otros títulos la que se considera su mayor obra maestra, “Ugetsu”, o “Cuentos de la Luna Pálida”. Es una historia de amor, es una historia sobre el mundo feudal del siglo XVI japonés, y es un cuento de fantasmas de una melancolía impecable. Mizoguchi crea este universo complejo, lleno de sutilezas y de personajes queribles y un poco desafortunados, con gran cariño por ellos y una mayor generosidad por el espectador: pasa de todo y hasta lo más “telenovelesco” (el melodrama es un lenguaje que se puede declinar en muchas calidades) incluye alguna complejidad que le otorga otro espesor. Sí, claro que es una obra maestra, de las diez mejores películas de la historia seguro.
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