Pensando en cómo estar presentes y cómo poder ayudar en esta situación particular que estamos viviendo a nivel mundial, utilizamos este espacio virtual, no solo para compartir lo que hacemos como arquitectos sino también para aportar contenido y un espacio llamando a la reflexión.
En estos tiempos, nuestro día a día cambió, mutó, nuestra vida de repente se desarrolla en nuestro hogar y nuestro hogar ahora es la ciudad en pocos metros cuadrados. Así es que, en esta transición, sin darnos cuenta, el Balcón protagonizó el escenario de la mayor parte de nuestro tiempo. Sin percibirlo, es la conexión con la luz, con el sol, el verde y la vida social. Habitualmente con plantas para dar armonía visual, o medio para secar la ropa, ahora revaloramos ese espacio y buscamos ese rayito de sol para nutrir nuestro día.
En paralelo, nuestro Balcón sería como nuestra plataforma digital para poder interactuar con la sociedad, físicamente la calle o virtualmente a una red social.
A las 21hs todos los días, la gente sale a sus balcones a aplaudir y agradecer al personal sanitario, repartidores y a todas las personas que están haciendo lo imposible para combatir a la pandemia. También han ido sucediendo otras cosas como juegos colectivos entre balcones como el bingo, actividades deportivas, conciertos de ópera, DJs, y hasta la entonación del himno nacional, entre otros.
Como las cosas más extraordinarias de la vida, nadie sabe cómo empezó esta interacción, pero lo bueno es que eso hace que nos pertenezca a todos, que sea una obra colectiva. De repente, un espacio privado, individual se convierte en un espacio público en el momento en el que se cruza el umbral del balcón y se vincula con los vecinos, con la calle, con el barrio…
En ese momento, todos somos uno y saludamos a los vecinos de enfrente, conocemos a los de al lado, escuchamos música, respiramos, tomamos sol, hacemos ejercicio y, ahí es donde ya no soñamos con otra cosa que no sea salir a caminar por donde sea.
- ¿Cuántos de ustedes han comenzado a prestarle más atención a sus balcones?
- ¿Cuántas actividades están desarrollando en sus balcones?
- ¿Cuantos de ustedes están valorando y dándole un uso más frecuente a esa expansión a veces relegada de sus casas?
- ¿Será que comenzaremos, de aquí en adelante a resignificar el valor de las expansiones en nuestros metros cuadrados habitables?
- ¿Estaremos dispuestos a resignar metros cuadrados cubiertos para darle lugar a ese espacio de interacción con el exterior, y de esa manera estar más conectados desde dentro de nuestros hogares con el afuera?
- Analizar y reflexionar sobre esto es pensar en nuevas formas de relación en y con el espacio, ¿será una evolución arquitectónica a través de algo tan sencillo como los balcones?
- Nos hemos vuelto empáticos y compasivos desde nuestras ventanas y balcones. Ojala este virus despierte y potencie nuestra humanidad y no lo peor que nos pueda habitar.
Pasado el tiempo, los balcones seguramente se recuerden como un símbolo de participación ciudadanque "perdure" y esta crisis a nivel mundial deje una enseñanza sobre "nuevas formas de relacionarnos entre nosotros y para con las formas de habitar que serán, seguramente, muy beneficiosas.
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