Tuesday 19 de March, 2024

EMPRESAS | 01-04-2020 18:53

Banca sin sucursales: Mercado Pago, Wilobank, Ualá

Por Marianela Lavate. En un país con baja inclusión financiera y alta penetración de Internet móvil, las fintech se las rebuscan para crecer.

Pese a un contexto económico complejo y a tener que acomodarse a las recientes regulaciones del Banco Central, las plataformas que ofrecen servicios financieros basados en tecnología, las llamadas fintech, no dejaban de crecer, por lo menos hasta el coronavirus: encontraron en el avance de la conectividad móvil y en la necesidad de una mayor inclusión financiera el caldo de cultivo ideal para proliferar. Según la Cámara Argentina de Fintech, en 2019 el sector se duplicó hasta albergar a un abanico de 223 empresas: de crédito (58), pagos digitales (39), proveedores tecnológicos (29) y criptoactivos (25), servicio fintech para organizaciones (21), inversiones (18), financiamiento colectivo (16), insurtech (rama vinculada a los seguros, 13) y ciberseguridad (4).

“Más allá de tener que atravesar una curva de aprendizaje, no arrastrar las estructuras pesadas de los bancos tradicionales nos permite ser más flexibles y no trasladar comisiones y costos innecesarios al usuario”, cuentan Guillermo Poleschi, director de Wilobank, el primer banco online del país, con 80.000 clientes. Cifra para nada menor si se considera que, según el Banco Mundial, sólo 49% de los argentinos económicamente activos posee una cuenta. “Esto se traduce en tasas más competitivas y en una experiencia superadora en cuanto a no tener que ir nunca más al banco, ni hacer una fila, ni llenar papeles por un trámite. Es un combo casi irresistible, sobre todo para personas no bancarizadas que buscan introducirse en el sistema financiero”, agrega el director de Wilobank, propiedad de Corporación América (grupo Eurnekian).

Se suma en sintonía Paula Arregui, COO (chief operating officer) de Mercado Pago, que ofrece una billetera virtual con más de 6 millones de usuarios en la región: “Los clientes de las soluciones de pago son mayoritariamente personas bancarizadas o sub-bancarizadas, abiertas a lo nuevo e interesadas en tener el control de sus finanzas, buscando propuestas personalizadas por sobre los procesos convencionales”. La división de Mercado Libre, con su dispositivo móvil para cobrar tarjetas (ya hay 900.000 usuarios de Mpoint) y el código QR (500.000 comercios lo tienen), hace además foco en las pymes. “A través de diferentes herramientas las acompañamos en todo su ciclo, pago a proveedores y servicios, captación de financiación e inversión de sus ahorros, administración de dinero; todo sin una cuenta bancaria”, explica sobre la plataforma, que abarca también opciones de inversión (en la Argentina y Brasil más de 2 millones tienen su saldo digital en Mercado Fondo) y crediticia (Mercado Crédito). “Los préstamos se otorgan de manera rápida, segura y 100% online a partir de un modelo de scoring propio basado en el historial de los usuarios. Gracias a esto se reducen los requisitos y las barreras propias del sistema tradicional, facilitando la inclusión financiera y colaborando con la reactivación del consumo”, se explaya.

Tarjeta. “Revitalizamos el sistema tradicional simplificando los procesos en pro de buscar su optimización”, destaca Andrea Arrébola, directora comercial de Ualá, una app móvil de finanzas personales que permite realizar diversas transacciones y que está asociada a una tarjeta Mastercard prepaga gratuita. Para abrir una cuenta sólo hace falta tener celular y acceso a Internet. De ahí quizás la exorbitante cifra de más de un millón y medio de tarjetas emitidas. “Se valora la posibilidad de hacer todo desde el teléfono, las 24 horas, con soportes digitales de atención, sin letra chica ni costos ocultos”, completa la ejecutiva. Y ahonda en la oferta en expansión de la firma, que acaba de recibir una inversión de 150 millones de dólares, liderada por el gigante chino Tencent y el japonés Softbank. “El producto se hizo mucho más robusto y ya lanzamos la posibilidad de invertir en fondos comunes de inversión desde la app, en sólo tres clicks y a partir de 1 peso; con una tasa de rendimiento anual sumamente competitiva. En poco más de un mes superamos los 200.000 usuarios, personas que posiblemente nunca habían considerado esta oportunidad de ahorro en pesos”, resalta Arrébola. Y adelanta: “Comenzaron a ofrecer a algunos clientes la posibilidad de solicitar préstamos. Queremos crearles una historia crediticia a personas que hasta el momento no habían tenido esa posibilidad, seguiremos apostando a ello durante 2020”. 

En enero, bajo la premisa de “lograr mayor transparencia y protección a los usuarios”, el Central introdujo regulaciones en el sector. Entre ellas, que los proveedores de servicios de pago tengan el dinero de sus clientes en “cuentas a la vista, en pesos, en entidades financieras del país y disponibles con carácter inmediato”. “Como en toda nueva industria siempre hay una curva de aprendizaje y una necesidad de ‘evangelización’ tanto de los productos y la tecnología, como de la confianza. Al ser los primeros, fuimos haciendo camino al andar y es clave la flexibilidad y adaptación de las regulaciones, más allá de la interpretación de las normas, siempre dentro de un marco legal”, analiza Poleschi, de Wilobank. “Gracias a la nueva disposición, el sistema ahora es interoperable, esto quiere decir que existe comunicación entre cuentas bancarias y de fintech. Si quiero enviar o recibir transferencias desde Ualá a una cuenta bancaria o de otra fintech puedo hacerlo”, aporta Arrébola, al tiempo que señala: “Todavía queda mucho por hacer, pero es posible con trabajo conjunto del Estado y el sector privado. Es necesario que exista un ecosistema que permita que las personas no estén condenadas al uso de efectivo, que es caro, inseguro y no permite ahorrar”. Ante el coronavirus, Poleschi añade: “Desalentamos el uso de efectivo por ser un posible foco de contagio, e impulsamos que los clientes se manejen digitalmente”. 

por Marianela Lavate

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