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ARTE | 16-10-2019 13:10

"Tomasello y Espinosa. En torno al cuadrado" en el MACBA: lejos y cerca

La muestra curada por Ayelén Vazquez y Joaquín Almeida pertenecen a Colección Espinosa y al Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano - MACLA (La Plata), al que Tomasello legó su acervo.

MACBA, Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires | Fundación Aldo Rubino, celebra su séptimo aniversario con una espléndida muestra: “Tomasello y Espinosa. En torno al cuadrado”. Es una lograda conversación entre 44 obras de los referentes de la geometría óptica y cinética Manuel Espinosa (Buenos Aires, 1912-2006) y Luis Tomasello (La Plata, 1915-París, 2014).

La muestra curada por Ayelén Vazquez y Joaquín Almeida pertenecen a Colección Espinosa y al Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano - MACLA (La Plata), al que Tomasello legó su acervo. El inédito diálogo de MACBA -dirigido por Alejandro Cappelletti- está centrado en las variantes de la forma geométrica esencial glorificada por los vanguardistas Kazimir Malevich -con su fundacional “Cuadrado negro” (1915)- y Piet Mondrian.

El cuadrado se constituye así en el punto de conexión que une a Tomasello y Espinosa, transformándose en vehículo para resaltar la forma, trabajar el color, reflejar el movimiento. “Mediante un comportamiento casi biológico, el color adquiere en sus obras el más sutil e infraleve sentido espacial.

Los colores ‘viven’ y, al igual que sucede con los seres dotados de vida, influyen en los que los acompañan, siendo transformados a su vez por éstos”, dice la crítica y ensayista Elena Oliveras en el catálogo de la exhibición.

Las composiciones de Tomasello y Espinosa reavivan la mirada y crean la ilusión de movimiento por la repetición en serie del cuadrado, sobre distintos fondos, y por las sutiles variaciones en su tamaño. Crean cierta musicalidad y establecen una ilusión óptica. Las piezas, exhibidas en pares cromáticos, subrayan la importancia del arte cinético y óptico latinoamericano. Las obras cambian según la distancia de aproximación; se ven distintas de lejos y de cerca.

Sin aspiraciones utópicas, Tomasello comienza a explorar la abstracción en 1952. Se instala definitivamente en París en 1957, donde llegó a ser figura destacada impulsando el arte cinético. Adopta tempranamente la bidimensión y la luz -“que trabaja para mí”, decía- como elemento que irradia reflejos cromáticos en la atmósfera. La luz hace rebotar sobre el espacio el color que está pintado en solamente una de las caras de los cubos, emplazados sobre el fondo con cambiante disposición.

Espinosa fue miembro fundador de la Asociación Arte Concreto-Invención (1945). Luego trabajó desde la sensibilidad distante de la racionalidad de los concretos. La estructura del cuadrado aparece en su obra a partir de los años ’70 (ver en planta baja pintura con “círculos”) junto a la persistencia en el uso de una virtual transparencia. Tras pinceladas de veladuras superpuestas sobre el motivo, éste se vuelve casi traslúcido y parece reflejar su sombra.

“Tomasello y Espinosa. En torno al cuadrado”.  MACBA. Av. San Juan 328; al 10/11. Lunes a viernes, 11 a 19; sábados y domingo, 11 a 19.30; entrada general $ 150, con descuentos.

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Victoria Verlichak

Victoria Verlichak

Crítica de arte.

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