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SOCIEDAD | 21-02-2020 18:07

Quiénes son las renegadas del feminismo

Un grupo de mujeres decidió cuestionar o alejarse del movimiento por el escrache en redes que padece el que opina distinto.

Si el escrache es un método válido o conveniente. Si Gastón Pauls se aprovechaba de su novia, 29 años menor, o ella elegía conscientemente ese vínculo. Qué pasaba con quienes habían decidido no tener hijos y “no tenían quién las cuidara” en la vejez. Los debates que atraviesan al feminismo están en plena ebullición y, particularmente en las redes sociales, proliferan las voces de figuras que se consideran parte del movimiento. Y aunque el feminismo es un movimiento heterogéneo, horizontal y con perspectivas diversas, en los álgidos intercambios de opiniones algunas mujeres se sintieron inhibidas a opinar o excluidas. 

Sin ir más lejos, en las últimas semanas el foco de la opinión pública estuvo puesto en el debate abolicionismo versus trabajo sexual por la campaña que lanzó Jimena Barón para promocionar su nuevo disco y ella, junto a Georgina Orellano, secretaria general nacional de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), terminaron siendo fuertemente atacadas. El escrache a ella no solo fue virtual. A Barón le suspendieron sus shows y fue medicada, y Orellano tuvo que publicar sus antecedentes penales, no tenía ninguno, y se quedó sin contrato de alquiler porque quien le alquilaba manifestó preocupación por todo lo que había pasado y habían dicho sobre ella. 

A su vez, algunas de las referentes que estaban en contra de Barón se sintieron censuradas por las agresiones que recibieron y lo manifestaron. Florencia Freijo, politóloga, escribió en Instagram: “Lamento si desde mis redes no di ningún mensaje para frenar la violencia que estaban viviendo otras compañeras cada una con su postura, yo también estaba agarrándome la cabeza en el piso mientras me golpeaban ya que el silencio de otras personas dejaba que eso pase. Hoy el feminismo me da miedo, es un lugar de militancia del que me fui yendo, pero seguí en redes, y cada día quiero cerrarlas más. Es un ambiente en el que ya no quiero estar, tengo terror de manifestarme públicamente, no hay un día en paz”. No le puso este nombre, pero Freijo alertó sobre una censura velada a la hora de sentirse libre para hablar. En una línea similiar, la guionista Carolina Aguirre terminó yéndose del feminismo. 

Este último gran debate puso sobre el tapete la discusión: qué está pasando dentro del feminismo. 
Claudia Piñeiro, escritora, compartió en Twitter: “Con diferencia de horas, recibí dos ‘aprietes’ de mujeres declaradas públicamente activistas feministas. ‘Que la mujer de mañana no sea el hombre que estamos dejando atrás’
, dijo Segato. Ayer me volvió esta frase y se quedó instalada como de cabecera”. Por su parte, la locutora Elizabeth Vernaci cuestionó: “Hay muy pocas que son feministas de la primera hora: ¿son más feministas que las nuevas? No, son distintas. Por ahí me dan más ganas de estar con las de antes que las de ahora, que lucran con el feminismo. Las redes se nos han ido de las manos hace rato. Han sido vapuleadas dos mujeres. Cada una hace lo que puede, eso de decir cuál es el feminismo correcto. ¿Yo qué sé cuál es el correcto?”. 

Sabrina Cartabia, abogada y referente feminista, señala a NOTICIAS: “El feminismo es un movimiento que se caracteriza por la diversidad, que es muy útil, y también tiene su lado B, porque no es orgánico ni vertical. Como todo grupo humano diverso no está exento de tensiones y esas tensiones se expresan en diferentes lugares. Vos podes tener los debates, pero nunca deberían ser puntualizados sobre compañeras. Acá hubo determinados ataques que fueron personales, entonces, ahí se está haciendo daño a gente en particular”. 

El feminismo es un movimiento que se caracteriza por la diversidad, que es muy útil, y también tiene su lado B, porque no es orgánico ni vertical.

Feministómetro. Con la popularización del feminismo después de las grandes movilizaciones del “Ni Una Menos", en 2015, y la pelea por la legalización del aborto, en 2018, el interés social y las personas adeptas al movimiento, aumentaron. Eso trajo una mayor cantidad de voces y perspectivas, pero también un recrudecimiento en las discusiones; sobre todo en las redes sociales. 
Natalí Incaminato, profesora en Letras y conocida como “La Inca” en el mundo digital, explica a NOTICIAS: “Me parece que esto se concentra en las redes y se juegan tres cosas. Primero la lógica de las redes, el automatismo (el cancelamiento como primer reflejo), la necesidad de autoafirmarse ante otros porque se trata de una vidriera, siempre hay un tercero que mira. En segundo lugar, me parece que juega la legitimación del feminismo: es un discurso que se ha vuelto valioso entonces es algo loable ser ‘una buena feminista’ o ‘feminista desde hace mucho’”

El último elemento que analiza tiene que ver con el tipo de planteos que se dan en el propio movimiento. “Hay discusiones fuertes por el mismo tenor de lo que el feminismo propone: uno de los correlatos de la idea de ‘lo personal es político’ es que se comienzan a discutir e interrogar modelos, mandatos, prácticas, discursos, y los posicionamientos que resultan de esas indagaciones tienen para las personas un peso político y ético importante. Eso hace que haya algo del orden de una afirmación identitaria en cada posición y por lo tanto un sentimiento de ataque personal cuando otro se manifiesta en contrario. Es algo comprensible en estos momentos de discusión de cosas que parecían inamovibles. Lo que sí me parece incómoda es la agresión como herramienta y la acentuación de cavar trincheras inamovibles dentro de un movimiento. Me parece que estratégicamente es problemático”, agrega. 

Esa agresividad fue lo que sintieron algunas de las mujeres no políticamente correctas dentro del feminismo. En una entrevista a Alexandra Kohan y Tamara Tenembaum en la revista “Viva”, Kohan planteó: “Hay muchos discursos estereotipados al interior de cierto feminismo, y mi hipótesis es que vienen a sustituir los estereotipos del machismo que estamos intentando derribar”. Y aseguró sobre las consecuencias de poner sobre la mesa estas cuestiones: “Me llegaron a decir que defiendo violadores y que soy peligrosa, eso busca silenciarme”. 

Juega la legitimación del feminismo: es un discurso que se ha vuelto valioso entonces es algo loable ser ‘una buena feminista’


Marta Dillon, periodista y editora del suplemento feminista Las 12, analiza: “No me parece silenciar las discusiones, muy por el contrario. Pero obviamente Twitter no es el lugar para darlas. No son las discusiones de los feminismos que llenamos las calles, de los feminismos que nos movemos  para encontrarnos. Esto se da entre unas cuantas voces públicas que apelan al sentido común y a un sentido común muy normativo. Para mí son discusiones entre quienes quieren cambiar algunas cositas pero no todo”. 

Antecedentes. Después de que “Actrices Argentinas” tomara una fuerte visibilidad, un grupo de mujeres que formaban parte de la organización decidió separarse por diferencias de pensamiento y crearon “Las Bolten”. En ese entonces, Laura Novoa, actriz, señaló sobre los motivos de la disgregación: “El feminismo es así, es una deconstrucción permanente donde somos muy horizontales y hay muchos grupos. Por suerte Actrices hizo un súper trabajo y en un momento nos unió. Y después, vas reconstruyéndote, buscando tu camino". Junto a ella, se fueron Valeria Bertucelli, Florencia de la V y Érica Rivas, entre otras. 


Dora Barrancos, prestigiosa socióloga e historiadora feminista concluye: “Que estén observando qué pasa en los feminismos es una buena noticia, y qué bueno que sepan que los feminismos siempre fueron plurales, no se pueden leer en singular. Desde que emergieron ha habido posiciones feministas y divergencias, sobre todo de método. No hay que preocuparse por eso. Los feminismos tienen algo interesante: su prodigalidad en vertientes, su enorme derrame, su extensión masiva.” 

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Delfina Tremouilleres

Delfina Tremouilleres

Periodista de Información General.

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