El juego deportivo más popular del planeta requirió de una organización y un organismo que respaldara las modificaciones, la expansión y, sobre todo, el negocio. Un modelo de empresa que se implementó a inicios del Siglo XX y sigue en pleno auge, más allá del contexto deportivo.
Cuando las autoridades nacionales de fútbol de Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza se reunieron, se llegó al acuerdo de gestar la primera federación. Es así que la Fédération Internationale de Football Association, con su nombre francés, fue fundada en la ciudad de París el 21 de mayo de 1904 y su primer presidente fue el francés Robert Guérin.
Más allá que no participaron inicialmente en su conformación, las federaciones de fútbol de Inglaterra se unieron al año siguiente, Escocia y Gales en 1910, e Irlanda del Norte en 1911. De esta manera se oficializó la presencia de los creadores del deporte en el organismo de representación internacional. Posteriormente, la FIFA se extendió fuera de Europa con el ingreso de Sudáfrica (1909), Argentina (1912), Canadá y Chile (1913), y los Estados Unidos (1914).
La idea de realizar un torneo internacional estaba en los planes desde el nacimiento de la institución. La primera competencia internacional se concretó en 1906, pero no fue exitoso. Esta situación, sumada a los inestables factores económicos del organismo, propició el reemplazo de Guérin por el inglés Daniel Burley Woolfall, quien en el momento era un miembro de la asociación.
El siguiente torneo internacional fue la competición olímpica de fútbol de Londres 1908, la cual tuvo un buen resultado con la participación de jugadores profesionales. Sin embargo, la FIFA no reconoció el torneo como oficial por ser organizada solo por la federación inglesa. La llegada de la Primera Guerra Mundial, imposibilito durante años el proyecto de un torneo mundial. Las consecuencias políticas, económicas y coyunturales de la “Gran Guerra”, afecto la posibilidad de desarrollar la misión con proyección y eficacia.
La llegada del francés Jules Rimet, en 1921, la presidencia de la FIFA permitió nuevos aires y renovados compromisos de expansión del deporte. En el Congreso de Ámsterdam de 1928 y la de Barcelona de 1929, se estableció el desarrollo del primer Campeonato Mundial, que se llevaría a cabo en Uruguay para celebrar el centenario de su independencia. Lamentablemente, la mayoría de los países europeos se encontraban en una crisis económica, así que muchos países renunciaron a participar en él. Sin ellos, la primera Copa Mundial se inauguró en Montevideo el 18 de julio de 1930 con tan solo cuatro selecciones europeas.
La Italia fascista, con una fuerte presión diplomática, fue seleccionada para organizar la Copa Mundial de Fútbol de 1934. Para este torneo treinta y cuatro asociaciones solicitaron participar, por lo que esta vez se realizaron eliminatorias para determinar las dieciséis selecciones elegidas. Como protesta al boicot del torneo anterior, Uruguay se negó a participar y se convirtió en el único equipo campeón que no ha defendido su título.
La final, ganada por los italianos, fue la primera transmitida por radio en vivo. Italia retuvo su título en el último mundial antes de la Segunda Guerra Mundial en Francia 1938. Finalizado el conflicto bélico más importante del siglo XX, en Glasgow el 10 de mayo de 1947, ante 135 000 espectadores, se jugó lo que se llamó “el partido del siglo” entre el Reino Unido y Resto de Europa XI, que ganaron los locales por 6-1. Las ganancias del partido fueron donadas a la FIFA para ayudar a su recuperación después de la guerra.
El siguiente mundial de fútbol sería Brasil 1950. Mientras tanto, la FIFA continuaba creciendo: para la celebración de sus 50 años ya contaba con 84 países miembros. En 1954, Jules Rimet fue sustituido por el belga Rodolphe William Seeldrayers, quien falleció al año siguiente a su nombramiento y fue sucedido por el inglés Arthur Drewry. Al igual que su predecesor, tuvo una corta presidencia y fue reemplazado después de su muerte en 1961 por el inglés Sir Stanley Rous, un árbitro retirado que en el momento era secretario general de la organización.
Durante la presidencia de Rous el deporte continuó extendiéndose con el ingreso de la televisión. El británico promovió el deporte aficionado y ayudó a hacer de la Copa Mundial de Fútbol uno de los eventos deportivos internacionales más prestigiosos, posiblemente el más popular después de los Juegos Olímpicos. En 1974, con la llegada del brasileño João Havelange, se transformó a la FIFA en una empresa dinámica y la estructuró como una institución comercial durante este tiempo. Incrementó el número de equipos participantes en el Mundial de Fútbol a 24 en España 1982 y a 32 en Francia 1998, implementándose un fuerte mercado y consolidando la marca.
La proyección de la dupla del presidente brasilero, más el titular de la AFA Julio Grondona, visualizó a la FIFA extendida por todo el planeta, involucrando a pequeños territorios como Guam, Tahití y Montserrat. Esto estaba alineado con su política de utilizar el fútbol para ayudar al desarrollo de los países y mantener una línea política que permitiría en futuros congresos de federaciones triunfar en las elecciones de asamblea.
El presidente siguiente, el suizo Joseph Blatter, mantuvo esta política organizando por primera vez el Mundial de Fútbol en Asia (Corea-Japón 2002) y África (Sudáfrica 2010). Blatter visualizó la Federación como una gran organización internacional, cuyas acciones tenían impacto global, económico y político. El oriundo de Zurich, junto con el presidente sudamericano saliente, fueron los titulares del organismo con más vigencia en el poder.
El 22 de mayo de 2015, dos días antes de una nueva elección por la presidencia, en que Blatter competía con el príncipe Ali bin Hussein de Jordania, varios altos ejecutivos de la FIFA fueron detenidos por casos de corrupción relacionados con las sedes de los futuros mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2020. Seis días después de su reelección, el 2 de junio de 2015, el propio presidente en funciones, Joseph Blatter decidió renunciar al cargo debido a los cuestionamientos latentes y convocar a una elección por la presidencia de la FIFA en un congreso extraordinario electivo el 26 de febrero de 2016.
La llegada del ítalo suizo Gianni Infantino al organismo mantuvo la misma línea que su predecesor. Siendo la segunda federación de mayores ingresos multimillonarios en la actualidad, detrás del Comité olímpico Internacional, la FIFA agrupa 211 asociaciones o federaciones de fútbol de distintos países, contando con 17 países afiliados más que la Organización de las Naciones Unidas, instaurando, hasta ahora, 22 copas mundiales en todo el planeta.
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