Friday 19 de April, 2024

MUNDO | 12-01-2020 11:09

Venezuela: qué hay detrás del último batazo de Maduro

Ilógico ataque a la Asamblea Nacional, a la que ya había bloqueado sus facultades.

Tal vez, calculando que la Asamblea Nacional era el único escenario que le quedaba al proclamado presidente encargado, Juan Guaidó, que estaba perdiendo velozmente el de las calles de Caracas, Maduro y Diosdado Cabello confiaron en que, quitándoselo, Guaidó sencillamente desaparecería de la escena. Pero en rigor, lograron lo contrario. Ese liderazgo que parecía condenado a languidecer, de repente recobró protagonismo.

El régimen no necesitaba apoderarse del Congreso, porque ya lo había inutilizado con una suerte de vasectomía institucional que le esterilizó su capacidad de legislar. 

A renglón seguido, creó la Asamblea Constituyente, no para que redacte una Constitución, sino para que supla a la Asamblea Nacional en las funciones esenciales con el objetivo, entre otros, de que Maduro pueda firmar contratos con otros países. 

Por eso una explicación lógica del asalto al Congreso es el intento de quitarle a Guaidó el escenario donde protagoniza su liderazgo. Aunque finalmente, lo que logró fue devolverle protagonismo.
Ascenso y ocaso. 2019 fue el año en que la estrella de ese joven opositor irrumpió encandilando a la Venezuela que quiere liberarse de un régimen esperpéntico, y también a la región que fue inundada por la diáspora que está causando. 

Pero recorrió los doce meses perdiendo su fulgor hasta volverse tenue, por la sucesión de fracasos en que desembocaban sus embestidas contra el poder.

El rocambolesco golpe del chavismo en la Asamblea Nacional lo mostró atacando torpemente a Guaidó. Por primera vez, no era Guaidó el que embestía contra Maduro, sino Maduro contra Guaidó. Y lo hacía de un modo burdo.

El mundo vio escenas con Guaidó forcejeando contra la policía militarizada y tratando se pasar por encima de una reja con puntiagudas lanzas que podían lastimarlo, mientras la imagen del régimen estaba en los uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana que ocupaban el palacio legislativo impidiendo el ingreso a los diputados opositores.

Otra consecuencia negativa para el propio régimen, fue que los gobiernos de Argentina y de México reaccionaran de un modo más parecido al de los miembros del Grupo de Lima que al de los países del ALBA y demás allegados a Maduro por afinidad ideológica o por complicidad.

Que Estados Unidos, Canadá y los países miembro del Grupo de Lima repudiaran el intento de impedir la reelección de Guaidó al frente de la Asamblea Nacional, no agregó nada nuevo. Pero que lo hayan cuestionado duramente un gobierno argentino en el que está el kirchnerismo y tiene a Cristina Fernández de Kirchner en la vicepresidencia, así como el presidente izquierdista mexicano Andrés Manuel LópezObrador, tuvo el estruendo del tiro que sale por la culata. Otro efecto negativo para los propios autores de la torpe asonada, es que dejó mal parados a muchos aliados y cómplices que denunciaron el golpe contra Evo Morales en Bolivia.

Venezuela

En Bolivia. Ciertamente, en Bolivia hubo golpe porque, entre otras cosas, una minoría designó a Jeanine Añez, sin quórum ni votos, como presidenta del Senado, colocándola en la línea de sucesión presidencial. Mientras se perpetraba esa usurpación golpista, la policía y turbas contrarias a Evo Morales impedían que los legisladores del MAS pudieran llegar al hemiciclo.

Del mismo modo se perpetró el golpe contra Juan Guaidó: con la Guardia Nacional Bolivariana bloqueándoles a los legisladores opositores el ingreso al Capitolio de Caracas.

Le legitimidad de Luis Parra, un diputado de bajo perfil que se hizo visible por un escándalo de corrupción que motivó su expulsión del partido de Henrique Capriles, es tanto o más cuestionable que la de Jeanine Añez.

Por eso, el silencio de muchos de los que denunciaron golpe en Bolivia se volvió ensordecedor. Quedó en claro que al golpe de Bolivia lo vieron, no por valorar la lógica constitucional sobre sucesión presidencial, sino porque Evo Morales está en la misma vereda política que ellos. Pero si una tropelía similar es cometida por el régimen que impera en Venezuela, callan

La complicidad con el régimen residual chavista cada vez tiene un precio más alto.

Efecto opuesto. Su embestida contra Guaidó fue tan burda que operó como un boomerang. Sin embargo, el plan que dejó a la vista puede ser eficaz para seguir ganándole la pulseada a la oposición, debilitándola cada vez mas.

Ese plan sería partir en dos todo lo que sea oposición. Primero partió la Asamblea Nacional y, más temprano que tarde, intentará lo mismo con cada uno de los principales partidos opositores. Siempre habrá un Henry Falcón y un Luis Parra dispuestos a aceptar la oferta que les hagan Maduro y Cabello para dividir a la oposición.

Así como consiguió que Falcón fuera candidato en una elección sin garantías de transparencia, dando apariencia de legitimidad al triunfo de Maduro en 2018, y luego convenció (o compró) la aceptación de Luis Parra a la propuesta chavista de reemplazar a Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional, el régimen podría comprar la colaboración de dirigentes en cada uno de los partidos políticos opositores para dividir esas fuerzas en partes que dispersen votos y le resten fuerza a la disidencia organizada.

Seguramente encontrará gente dispuesta a dividir Voluntad Popular, la fuerza política de Guaidó y de Leopoldo López, y también Primero Justicia, el partido de Capriles, si la oferta que les hace es tentadora. Lo mismo podría hacer con Acción Democrática (AD), el Partido Democrático Venezolano (PDV), la Unión Republicana Democrática (URD) y otras fuerzas que orbitan la caótica galaxia de la de por sí atomizada oposición. 

Paradójicamente, cuantos más partidos políticos haya es más fácil imponer en los hechos un régimen de partido único, cuando una de las fuerzas se apoderó totalmente del Estado y se liberó de contenciones y controles. 

Si el régimen logra partir en dos a todas las fuerzas de la disidencia, la debilitará aún más. Este es el plan que asomó detrás del golpe para dividir la Asamblea Nacional.

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Claudio Fantini

Claudio Fantini

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