“Gracias el aguante, siempre la real”, es la primera oración de la carta escrita de puño y letra de Elián Valenzuela, nombre real de L-Gante. “Te quiero hermano. Cumbia 420″, finalizó el mensaje el cantante. La correspondencia, redactada desde la DDI de Quilmes, se dio a conocer a los medios por el propio destinatario: el boxeador Ezequiel Matthysse. El amigo del artista de cumbia 420, miembro de “La Mafilia”, mostró la nota en las redes sociales.
Llevando tranquilidad a su círculo más cercano, el joven de 23 años aclaró: “Estamos bien”, acompañado de un dibujo con la imagen de un corazón y una cadena sosteniendo un arma. “Utilizó una birome que le proporcionaron algunas personas que se encontraban en la entrada de la DDI anoche, ya que hoy en día no hay absolutamente nadie brindando apoyo, al menos de manera presencial, en ese lugar”, explico la periodista Giuli Salguero en TN y añadió: “Necesitaba algunas cosas para mejorar su estadía en este lugar y no volverse loco, y algunos fans y amigos le acercaron un cuaderno y una birome para que pudiera comunicarse”.
El deportista no fue el único del entorno que se plegó a la comunicación sobre el tema. El padre biologíco del artista, dio a conocer su punto de vista. ‘Hay cosas que Elián se tiene que dar cuenta solo, porque una cosa es ser un chico y cometer errores, y otra cosa es cuando te pasan los años y te pasan una vez, y seguís cometiendo errores, hay que ser un poquito descuidado. Bastante descuidado”, expresó Miguel Ángel Prosi y agregó: “Yo con todo el dolor de padre se lo digo. Esto le va a servir porque él se pensaba que tenía a Dios agarrado de los huevos por todas las personas que lo rodean”.
En estas últimas horas, la situación judicial del cantante se agravó debido a que, dentro del allanamiento en su domicilio del country Banco Provincia, la policía halló 40 gramos de marihuana. Por ese motivo, ampliaron la imputación de L-Gante por tenencia de drogas, aunque el músico negó que lo incautado sea de su propiedad en la declaración indagatoria. La detención en primera instancia se debió al ser denunciado por privación ilegítima de la libertad, agravado por el uso de armas.
“Declaró durante una hora y media. No respondió preguntas. Dijo que el estuvo arriba del auto y reconoce que estuvo en la Ciudad de Buenos Aires y que vino a General Rodríguez. Dijo que la víctima, Gastón Daniel Torres, subió por voluntad propia junto a la otra persona arriba de su vehículo”, informó un corresponsal de TN en las sede judicial y señaló: “L-Gante dijo que no había armas de fuego y que también todo esto se trata de una cuestión política y que lo quieren perjudicar a él”.
Según los abogados expertos, la privación ilegítima de la libertad, pero agravada por ser la victima funcionario público, complica más la figura penal. Eleva tanto el mínimo como el máximo. Una condena simple, que va de 5 a 15 años de prisión, pasa a ser de un piso de 10 a un máximo de 25 años de prisión, al ser el damnificado empleado de la administración municipal.
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