Friday 29 de March, 2024

PERSONAJES | 05-02-2023 00:05

Andy Cherniavsky: “El rock fue mi familia y una revolución”

Emblemática fotógrafa del rock nacional expone su vida en un documental. Coberturas, feminismo y Charly.

Andy Cherniavsky, ama del rock argentino, fotógrafa estelar, ojo que se clava en los más profundo como un puñal. Cronista de su tiempo, dueña de las mejores tapas de discos, amiga entrañable de Charly, novia eterna de “El Salmón” en la mitología rockera popular. Fotografió a todos, atravesó mil recitales y sobrevivió a una familia signada por el abandono y la tragedia de muerte temprana de su hermano. Tuvo, apostó, ganó, perdió y sigue, ahora desde el cine con “Expuesta”, el documental de Eduardo Raspo que desmenuza su vida y su obra.

Un retrato apasionante en esta charla con NOTICIAS.

Noticias: En los últimos años ha hecho una revisión de su trayectoria, primero con el libro “Acceso directo” y ahora con “Expuesta”, el documental de Eduardo Raspo. ¿Cómo se decide una fotógrafa a poner su propia vida en imágenes?

Andy Cherniavsky: A mí un poco las cosas me llegan a modo de desafío, nunca se me ocurrió que iba a hacer una película o escribir un libro. Eduardo trabajó mucho para convencerme porque no me era fácil, el título “Expuesta” lo dice todo. El documental quedó espectacular porque Eduardo tiene una mirada muy específica sobre las historias que quiere contar, con rasgos muy personales. Pero me gustaría no ser yo la expuesta, me cuesta porque es muy dura en el sentido de mi vida privada, mi infancia y todas las cosas que pasaron en mi familia, volver ahí me duele. Pero me parece que es el testimonio de una época, del rock como movimiento cultural frente a la dictadura y de mi propia historia como fotógrafa en un mundo totalmente masculino donde salí adelante sin recursos de ningún tipo. Tanto el libro como la película fueron muy catárticos.

Noticias: Raspo también dirigió una película que se llama “Tatuado”. ¿Cuál es el hecho que tatuó su vida e hizo que hoy sea Andy Cherniavsky?

Cherniavsky: Claramente el rock en general y particularmente el argentino. Creo que lo único que me tatuaría hoy es el nombre de mi hija, pero me mata si lo hago (risas). Pero el rock fue mi familia, un movimiento de lucha, una revolución ideológica, la pre industria de la música. Estábamos ahí los hombres y las mujeres descubriendo cosas todo el tiempo, por amor, encontrábamos algo nuevo y salíamos corriendo a compartirlo.  Lo que impulsa siempre es el desafío y en los 80 empezó a tatuarse todo eso en mí. Hoy no tengo ídolos, pero en ese momento lo que sentía era increíble. Me decían: “Tenés que ir a cubrir este show caminando”, y yo iba a Cemento, me mataban a empujones, me robaban la cámara, me pasaba de todo y seguía.

Noticias: Alguna vez la he visto colgada, sacándole fotos a Charly mientras se venía abajo Obras. No sé si hay una total dimensión de lo que significaba ser fotógrafa en ese mundo. ¿Cómo lo vivió? Porque una mujer en ese entonces ponía el cuerpo de una manera simbólica pero también de un modo literal.

Cherniavsky: Era así, totalmente. Estar ahí era como ser corresponsal de guerra y pararse en la primera línea de fuego por donde pasaban los desmayados en los festivales, bancarte que te tiraran de todo lo que puedas imaginarte… hasta hoy se recuerda a Miguel Abuelo sangrando en el escenario porque había monedazos, escupitajos, botellazos. Era poner el cuerpo realmente porque no existían la seguridad, ni las vallas, y nosotros teníamos que volver con la foto, casi que agradecidos de tener una credencial. Cuando me fui del rock en vivo lo hice porque no podía poner más el cuerpo, seguí haciendo fotos y tapas pero no quise hacer más coberturas, era muy difícil.

Noticias: En ese momento donde el único lugar reservado para las mujeres en el rock era mínimo, ¿la relación con los grandes hombres de la industria fue áspera?

Cherniavsky: Éramos muy pocas, pero nos paramos y dijimos: “Acá estamos”. Hilda Lizarazu, que también empezó como fotógrafa, logró hacer su camino y llegar a ser solista, en mi caso me mantuve siempre en la huella de ser la fotógrafa del rock y así logré recibirme, entre comillas (se ríe). Tuve mucha suerte porque trabajaba para Daniel Grinbank y era tan amiga de Charly García. Charly fue quien le dijo a León Gieco que yo tenía que hacer la tapa de su disco “Pensar en nada”, estaba un poco entre algodones. Era gente con la cabeza muy abierta, Charly siempre apoyó a las minas en el rock, desde Las Bay Biscuits hasta a Fabi Cantilo, produjo los discos de Celeste Carballo, bancó a Hilda como cantante. Y Grinbank me dio una oportunidad increíble, ni yo caía, porque no me tenía tanta fe, me preguntaba: “¿Qué hace una mina yendo a pedirle trabajo a Grinbank?”, y él me lo dio. Me ha pasado mucho tiempo después, y no en el ámbito del rock, que un tipo me dijera: “Yo con mujeres no laburo” y quedarme paralizada, pero no me sucedió ahí porque el rock venía a derribar estructuras arcaicas. Veo a mi hija y a tantas chicas tan bien paradas en el feminismo actual y como contrapartida me veo a mí misma con ese pudor de ser mujer y digo, qué fuerte todo nuestro recorrido. Poner un pie como lo hicieron Sandra y Celeste, o desde otro lugar María Elena Walsh, a la que veía de chiquita en el teatro de mi viejo, esas mujeres se plantaron ahí y crearon su lugar. Siento que fui parte de eso, había que tener fuerza para defender un laburo que era considerado masculino. Miro la vida como una fotografía. Todavía me sigue pasando que la noche anterior a una sesión yo no duermo, el día que no me suceda eso ya fue.

Noticias: ¿Hay algún momento de su vida laboral que la emocionó y que no está en la película?

Cherniavsky: Los pibes no tienen ni la más remota idea de lo que es mandar una carta, pero me dio mucho orgullo cuando el Correo Argentino ofreció comprarme una imagen de Luca Prodan y otra de Miguel Abuelo para hacer estampillas, para mí fue lo máximo.

Noticias: Ahora que nombra a Miguel Abuelo, a Luca y agregaría a Fede Moura, sus muertes marcaron el fin de una era en el rock argentino. Usted sacó fotos de los tres que son habituales, a Fede le sacó su último retrato. ¿Cómo encontraba eso en su mirada?

Cherniavsky: Estoy de acuerdo y creo que tengo una respuesta para eso, les hice retratos muy cerrados, tipo close up. Y no es la manera más común de fotografiar músicos, se los suele ver más en vivo. Al tenerlos en estudio yo hacía unas capturas de miradas más intensas tanto de Federico, como de Luca, Charly o Cerati. Quizás ahí encontré algo de ese estilo, aunque yo creo que no tengo uno en particular, pero quizás ese rasgo es lo que me diferencia, no lo sé. Cuando murieron los tres realmente se sintió como el fin de una era, me replanteé mi trabajo, pensé: “Se acabaron los 80”. No aguantaba más, algo se había roto. Empecé a hacer moda y publicidad, fui editora de la Revista G7… Para mí el fin de la década fue ese. Pero siempre volvía al archivo y a Charly García porque seguí haciendo un montón de discos con él, “Filosofía barata y zapatos de goma”, el que hizo con Mercedes Sosa, “Demasiado ego”, “Menguante”. Hubo otros artistas, por supuesto, pero Charly fue una constante.

Noticias: Conoció a todos los músicos emblemáticos, estuvo en pareja durante una década con Andrés Calamaro, ¿pero Charly fue su faro?

Cherniavsky: Sí, Charly fue todo. Nunca pensé que lo iba a conocer, había escuchado el disco “Vida” y estaba alucinada. Cuando en la adolescencia empecé a salir con Dani, su hermano, que era compañero del colegio, pero no sabía del parentesco porque Daniel era García Moreno. Fue él quien me pidió si podía darle un lugar en el departamento en el que vivía en la calle Salguero. Yo tenía un poster suyo en un cuarto, ¡qué vergüenza! (se ríe). Son esas sincronías medio inexplicables que se dan en la vida. Así empezó la amistad con Charly y con el tiempo construímos lo que él llamó “una relación frontal”. 

Noticias: Hace un tiempo estuvo la muestra “Los ángeles de Charly”, donde se exhibieron fotos históricas suyas, tomadas por usted, Hilada Lizarazu y Nora Lezano. Tengo entendido que  cerraron la exposición para que fuera Charly García. El Charly de ahora es y no es el que usted conoció, debe haber una extrañeza ahí. ¿Cómo recuerda ese día?

Cherniavsky: En ese momento Charly me preguntó si me acordaba de lo que habíamos vivido en el departamento de Salguero y creo que eso fue lo que más me voló la cabeza. Porque lo ves a Charly y no pensás que va a preguntarte algo así (se emociona). Ese recorrido con Charly fue increíble porque él miraba cada foto en silencio, debe ser muy loco verse a sí mismo en 250 fotos de locura, de estrellato. ¡Fue tan emocionante! Cuando se fue nos dimos un beso como de despedida, porque qué sé yo, nunca se sabe cuándo nos volveremos a ver. Igual desde entonces nos vimos un par de veces más. Cuando terminó su visita nos fuimos las tres entre riéndonos y llorando. Vacías, como después de haber parido.

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Marcela Soberano

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