Friday 29 de March, 2024

POLíTICA | 24-12-2021 00:05

Al igual que Máximo Kirchner, Lula, Evo, Maduro y Mujica no terminaron sus estudios

El brasileño fue obrero, no pudo estudiar pero se ocupó de promover la educación como presidente. El venezolano y el uruguayo también llegaron al poder sin diploma.

De chico realizó tareas agrícolas. Luego fue ladrillero y panadero, entre otros oficios, hasta llegar a la presidencia de Bolivia. Cuando a Evo Morales le preguntan sobre cuáles son sus estudios, el dirigente contesta que se preparó en la “universidad de la vida”.

Haber pasado por una casa de estudios no es condición sine qua non para dirigir un país. Tampoco para hacerlo de manera eficiente. Pero los líderes latinoamericanos que no tuvieron educación terciaria formal podrán decir que acumularon pergaminos suficientes para llegar al máximo lugar de privilegio político. José “Pepe” Mujica, Lula da Silva y Nicolás Maduro son otros ejemplos de presidentes que no pueden acreditar títulos académicos.

El origen humilde de Luiz Inácio da Silva lo obligó a trabajar de joven. Desde su oficio como obrero metalúrgico empezó a erigir su carrera dirigencial y se convirtió en un sindicalista de peso. Después de perder tres elecciones se convirtió en presidente de Brasil y tuvo como uno de sus principales objetivos reducir la indigencia en su país: en sus dos gobiernos, 28 millones de brasileños salieron de la pobreza. A pesar de su escasa preparación académica formal, la educación fue otra de sus grandes preocupaciones. Paradojas de la vida, recibió innumerables doctorados Honoris Causa de las más importantes casas de estudio.

Idéntica situación a la que vive “Pepe” Mujica. El líder de izquierda uruguayo, de oficio agricultor, no se graduó del bachillerato, pero se involucró desde temprano en la vida política de su país, lo que lo llevó a ser presidente en 2010. En sus charlas, siempre hace referencia a la importancia del estudio: “La educación es el camino”, suele repetir. Durante su gestión, puso el foco en la escolaridad y llegó a sentenciar: “Vamos a invertir en educación. Primero educación, segundo educación y tercero educación, porque un pueblo educado es difícil que sea engañado por corruptos y mentirosos”.

No todos los líderes latinoamericanos pasaron por universidades, pero en cada caso reivindicaron la importancia de los estudios formales para mejorar la situación económica y social de sus pueblos.

por R.N.

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