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POLíTICA | 03-04-2020 17:31

Ginés Gonzáles: del papelón incial a ser bancado por Alberto Fernández

Cómo el ministro de Salud sobrevive en su puesto en plena crisis. Polémica con las obras sociales.

Ginés González García logró un récord personal en el dramático último mes que vivió el país. Es que, a pesar de que acumula décadas de gestión política en la espalda, jamás había visitado tanto la Quinta de Olivos como lo hizo desde que el coronavirus llegó a Argentina. El ritmo del ministro de Salud se volvió frenético, y cada día por medio viaja con su equipo más cercano hasta la residencia de Alberto Fernández para darle el parte actualizado de casos y fallecidos por la pandemia en persona. Es un momento clave en la rutina diaria del Presidente, que aguarda la llegada del funcionario con la necesidad con que un general espera las novedades de sus tenientes en plena batalla. Pero no necesariamente son buenas noticias para el médico: para el Presidente, tenerlo cerca es importante no sólo por las novedades que le trae, sino para ir midiendo a su ministro y algunos problemas de comunicación que viene acumulando. El último pifie del funcionario fue quizás el más grave: la idea que había deslizado de “declarar de interés público todos los recursos sanitarios” había puesto en pie de guerra a las principales clínicas privadas y obras sociales, que temían una estatización masiva. Para el cierre de esta edición esa propuesta estaba descartada y el Gobierno sólo hablaba de crear un “comité de crisis”, pero flotaba el malestar por otro blooper de González García. Fernández, que el último sábado compartió un largo almuerzo con el ministro en Olivos, lo tiene muy en claro: la suerte de uno, en plena pandemia, está pegada a la del otro. La salud está por arriba de la economía.

Gestión. “Ginés tiene un solo problema: es demasiado sincero para la media de la política argentina”, lo defiende un amigo suyo con cargo volver a ocupar el cargo. “Te juro, Ginés, que intenté encontrar a otro para el puesto, pero siempre termino volviendo a vos”, le dijo cuando le hizo el ofrecimiento formal, unas palabras similares a las que diría Alberto el 10 de diciembre, el día de la asunción presidencial.

Esta decisión, sin embargo, no fue tan llamativa para Ginés: no sólo la esperaba sino que la quería, y varios amigos en común que comparte con Fernández hicieron lo posible para que sucediera. El llamado que realmente sorprendió al actual ministro fue el que ocurrió 33 años atrás.

Hasta que, a mediados de 1987, lo llamó inesperadamente Antonio Cafiero, entonces gobernador de Buenos Aires, Ginés era un médico sanitarista, cercano al mundo sindical, con un breve paso en el Sistema Nacional de Salud de San Luis y un exilio durante la dictadura en España. Pero la convocatoria del artífice de la “renovación” del peronismo lo agarró por sorpresa: sin conocerse ni haber hablado nunca, un día Cafiero lo convocó a su despacho, le comentó que había leído un libro de su autoría que lo había “impresionado” y le propuso tenerlo cerca, como uno de sus referentes en Salud. Poco después asumiría como ministro de esa cartera en la Provincia que conducía el abuelo del actual jefe de Gabinete. Aquel fue el gran salto de Ginés a la primera fila de la política local. En las filas del cafierismo conocería a Alberto, que pululaba por esos pagos aun cuando no era del riñón del gobernador. La íntima relación con Fernández llegaría recién en el gobierno de Néstor.

Ginés Gonzáles

Es que el ministro logró ahí un gran vínculo con Fernández y con el fallecido Presidente, en el que tuvo mucho que ver Racing. Aunque ambos eran hinchas del mismo equipo, la leyenda cuenta que Kirchner no quería ir a la cancha con el médico: dicen que un domingo, en un partido con Olimpo del que quedó una famosa foto, Ginés entró tarde al estadio y apenas llegó el equipo de Bahía Blanca empató y luego dio vuelta el resultado. “Durante años Néstor lo cargaba por mufa y le decía ‘vos dedícate a repartir forros’”, recuerda, con gracia, un ex ministro de ese Gabinete, en referencia a los chistes que le hacían a Ginés por la campaña que hizo su cartera con los preservativos gratis. Con Néstor también compartían la pasión por el vino: hoy el ministro es dueño de una bodega en San Juan, además de un criadero de chanchos en Baradero.

Al cierre de esta edición, en el ministerio de Ginés ganaba terreno la idea de establecer una “cuarentena horizontal” luego del 12 de abril. “Los chicos siguen sin ir al colegio, los más grandes sin salir, los que puedan seguir trabajando home office lo harán y los que no volverán a su lugar de trabajo”, pronostican, y cuentan que también se ampliarían los servicios de transporte público. Pero, tanto con la pandemia como con la imagen pública del ministro, la batalla es día a día.

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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