***** La cartelera veraniega porteña, nos tiene acostumbrados a comedias ligeras caracterizadas por un living con múltiples puertas donde se desarrolla la clásica trama de equívocos. La flamante y admirable producción de Gustavo Yankelevich destierra ese tradicional concepto estético y eleva la vara al ofrecer una fascinante propuesta en la cual cobra protagonismo la deslumbrante escenografía de Alberto Negrín (también director general de la obra). A la vista de los espectadores, muta en tres departamentos, completamente diferentes entre sí, gracias a un preciso e impactante mecanismo de relojería. Algo inusual en esta época de vacas flacas, por lo que merece destacarse tan notable inversión para contribuir al entretenimiento del público.
El título de esta obra del actor y comediante francés Laurent Baffie, autor de la exitosa “Toc toc”, alude a los tres famosos simios sabios de un santuario japonés del siglo XVI, que transmiten las enseñanzas de Confucio: ver, oír y callar. En la vida salvaje, esta especie casi idéntica al chimpancé, tiene una pasión intensa por el sexo, y lo practican con asombrosa frecuencia.
Como estos primates, los especímenes humanos de la trama, cansados de tener relaciones casuales, quieren encontrar al verdadero amor pero Alex (Peto Menahem) es ciego, Dani (Osqui Guzmán) es sordo y Fran (Campi) mudo. Deciden contactar mujeres a través de una aplicación sin admitir sus auténticas condiciones físicas, para lo que usarán varias estratagemas que les permitirán sortear sus capacidades diferentes. Aparecen entonces la policía Jessica (Lizy Tagliani), la vendedora de calzados Bea (Anita Gutiérrez, una revelación) y la enfermera Ángeles (Manuela Pal, espléndida); cada una con personalidades y fobias muy particulares. Como es de esperar, los enredos y las carcajadas irán incrementándose a medida que la pieza avanza, muy bien dirigida por Negrín y Gabriel Chame Buendia, notable clown argentino que trabajó en el Cirque du Soleil.
Todo el elenco funciona de maravillas si bien, por las variaciones de sus personajes y condiciones histriónicas, Campi y Lizy Tagliani descuellan y son los grandes bastoneros de la noche. No se la pierda, tiene diversión asegurada.
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