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POLíTICA | 17-02-2012 12:11

El otro yo de Boudou

Es socio del vice en dos empresas y fue el gestor de la operación Ciccone. Enriquecimiento y lujos. El día que Kirchner alertó sobre él.

La primera vez que José María Núñez Carmona (49) puso la firma por Amado Boudou corría el mes de abril de 1993. Fue el testigo que el hoy vicepresidente eligió para consumar su fallido matrimonio con su ex mujer Daniela Andriuolo en un registro civil de Mar del Plata, en una unión que los mantuvo unidos por un año y que terminó en divorcio cinco años después. Amigos desde el colegio primario, tan estrecho es el vínculo entre ambos que Núñez Carmona se mueve como el otro yo del vice-rocker. Es su socio invisible, maneja desde sus inversiones inmobiliarias hasta sus obsesiones musicales, fue su empleador hace años y se presenta en reuniones, siempre con look informal, para hablar en su nombre.

NOTICIAS pudo reconstruir con distintas fuentes involucradas en la polémica venta de la imprenta Ciccone Calcográfica que Núñez Carmona, apodado “Nariga”, es el verdadero gestor detrás de la escandalosa operación. Entre otros negocios millonarios, la imprenta tiene la recomendación oficial para imprimir billetes de 100 pesos a pedido de la Casa de la Moneda, una contratación que ascendería a los 50 millones de dólares. El socio de Boudou pasó de ser su humilde compañero en un colegio acomodado de Mar del Plata a un empresario polirrubro, con intereses en productoras de recitales, medios, inversiones inmobiliarias y una red de empresas cercanas en las que figuran directivos que también crecieron al compás de la carrera política de Boudou. La vida de “Nariga” cambió a tono con las circunstancias. Sumó millas por el mundo, adquirió un piso en Puerto Madero, un yate que amarra en Punta del Este y gustos de bon vivant. Aunque menos agraciado que su amigo y mentor.

Se imprime

Ciccone Calcográfica, la única empresa privada del país capaz de imprimir papel moneda y ahora rebautizada Compañía de Valores Sudamericana, decretó su quiebra en agosto del 2010 por pedido de la AFIP, organismo comandado por Ricardo Echegaray, tan marplatense como Núñez Carmona y Boudou. Por orden de la Justicia, su funcionamiento quedó a cargo de Boldt, un conglomerado de empresas dedicado a la impresión, la tecnología y los entretenimientos. Pero el control de Boldt colisionó rápido con el ascenso social de Boudou: en septiembre de ese año, The Old Fund SA, una ignota firma con un capital social de 30.000 pesos, levantó la quiebra con 567.000 pesos en efectivo y se apoderó de la empresa. De un día para el otro. La sociedad está a nombre de Alejandro Vandenbroele, un abogado marplatense de ciudadanía belga que residió en Madrid, Londres y Nueva York y que facturaba 15.000 pesos como monotributista, según los registros de la AFIP. En realidad, Vandenbroele es solo el portador de la lapicera. “Un actor secundario”, según las fuentes que lo trataron. “Testaferro”, según su mujer, Laura Muñoz. El verdadero gestor y operador de la adquisición de Ciccone fue Núñez Carmona, según reconstruyó NOTICIAS de fuentes cercanas a la operación.

“Alejandro me dijo que iban a recibir trabajos del Gobierno y que Boudou iba a estar detrás de todo porque Núñez Carmona era su emisario”, le dijo Laura Muñoz a NOTICIAS. Su testimonio, que derivó en una causa que lleva el juez Daniel Rafecas, podría sin embargo quedar en la nada (ver recuadro). La mujer -quien aún tramita el divorcio-, no estaba errada. “Nariga” habría presionado al menos a tres acreedores de Ciccone para quedarse con la compañía, uno de ellos un banco con sede en Córdoba. En esas reuniones, siempre de elegante sport -nunca de traje-, y con aires de grandeza, dicen que sacó su mejor credencial: advirtió que hablaba en nombre de Boudou -“trabajo con él”- y que tenía el respaldo de “arriba”. En una de esas gestiones, mencionó el nombre del influyente secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

Hasta ahora, según las fuentes, la ascendente The Old Fund desembolsó unos 8 millones de pesos en Ciccone, que tiene un gasto mensual de 900.000 pesos solo en sueldos.

Viejos amigos

Vandenbroele volvió al país en el 2009, cuando “Nariga” y Boudou le pidieron a Guadalupe Escaray -ex novia del vice y ubicada por él como jefa regional de la ANSES en Mar del Plata- que los contactara con un letrado de confianza. El repatriado les cayó como anillo al dedo. Solía juntarse con Núñez Carmona en el bar Liber, en la esquina porteña de Libertad y avenida Del Libertador, frente a un departamento que frecuentaba “Nariga” a diario. “Cuando yo estaba en el centro y lo iba a buscar al bar, Alejandro me decía 'no vengas, yo te aviso cuando termino'”, recuerda Laura Muñoz. En ese momento, fantaseaban con montar una consultora en Puerto Madero. Ese rubro desvivía a “Nariga”. Su injerencia en la ANSES, cuando Boudou estaba al frente de ese organismo, logró irritar al mismísimo Néstor Kirchner: quienes escucharon al ex presidente referirse a una sociedad marplatense que hacía supuestos informes de consultoría dicen que explotaba de furia. Eran otros tiempos, en los que Núñez Carmona frecuentaba a diario a su amigo Boudou en su despacho. En el Gobierno aseguran que ese recelo de Kirchner se lo heredó a su hijo Máximo.

Hoy, Núñez Carmona vive en un departamento de 120 metros cuadrados en el piso 17 “2” de la torre 1 del exclusivo complejo River View de Puerto Madero, en Juana Manso al 700, valuado en 500.000 dólares. Está a su nombre, según el Registro de la Propiedad Inmueble porteño, y por él paga 2.300 pesos de expensas por mes. En la mañana del miércoles 15, NOTICIAS lo encontró saliendo del complejo. Vestía chomba blanca, short gris y zapatillas deportivas. “¿Núñez Carmona?”, lo sorprendió esta revista. “¿Y vos quién sos?”, contestó desafiante. Y se alejó levantando el pulgar hacia la cámara.

Según los vecinos, tendría otro departamento de 90 metros cuadrados en la otra torre del complejo que habitaría un familiar cercano. En ese edificio, Boudou también tiene una unidad de 90 metros. Hace meses que se lo alquila a Fabián Carosso Donatiello, un empresario que a su vez es socio de Vandenbroele en la firma Agroibérica de Inversiones SA, creada en el 2008 y con sedes en Tucumán y Madrid. Según la última declaración jurada del vicepresidente, Carosso Donatiello le debe 10.000 pesos en concepto de alquileres. “Aimé” vive hoy a escasos metros de sus amigos, en un departamento que alquila en el edificio Madero Center.

Rock y pauta

El nombre de Núñez Carmona saltó a la luz a mediados del 2007, envuelto en una red de productoras frondosamente beneficiadas con la pauta oficial que entonces manejaba el secretario de Medios, Enrique Albistur. A través de su empresa Action Media, Núñez Carmona había contratado a Nara Ferragut -novia de Albistur en esos años- para conducir un programa de tevé que saldría en la pantalla de Canal 9 con el nombre de “Rock y Arena”, el mismo que llevaba -y aún lleva- un festival de rock que organiza el empresario con sede en distintos balnearios del Partido de la Costa, municipio afín a Boudou.

La productora -que no tenía antecedentes fuera de Mar del Plata- facturó 4.132.871 pesos en concepto de publicidad oficial del Gobierno nacional, entre el 2006 y el 2008. Pero ese último año Núñez Carmona fue acusado de intentar pagar coimas para destrabar pagos de pautas publicitarias en la agencia oficial Télam. Lo denunció el entonces presidente de la agencia, Martín Granovsky. El atraso habitual en los pagos ponía nervioso a Núñez Carmona desde hacía tiempo. Empleados de la Casa Rosada recuerdan ahora que ya en el 2007, el socio de Boudou terminó a las trompadas con otro empresario de la publicidad frente al despacho de Albistur. En el mercado televisivo se sabía que la firma actuaba como “central de medios” para otras productoras y canales: facturaban a través de ella la pauta que el Gobierno les asignaba.

Granovsky acusó a Núñez Carmona de olvidarse un sobre con 15.000 pesos en un escritorio de un gerente de Télam, pero las contradicciones que expusieron los testigos de la agencia citados por la Justicia derivaron en un veloz sobreseimiento del empresario.

Cuando se creó Action Media, él no figuraba en el directorio de la sociedad. Cuando avanzó el expediente, aceptó ser su dueño. Pero quienes sí figuraban al frente de la firma, en el 2005, eran Sandra Viviana Rizzo y César Guido Forcieri. La mujer, una vistosa pelirroja, hoy trabajaría para la ANSES en Mar del Plata bajo la órbita de Escaray, y se le adjudica una relación pasada con “Nariga” y también con Jorge Brito, el hijo del banquero homónimo dueño del Macro, que el año último invitó a Núñez Carmona a su fiesta de casamiento.

Cuando estalló el escándalo de la pauta publicitaria que recibía “Nariga”, Forcieri, de 27 años, le dijo a NOTICIAS que se encargaba “de la parte técnica” de la productora. “Llamá cuando regrese José”, pidió. Desde entonces, su ascenso fue meteórico. Cinco años después, es subsecretario de Servicios Financieros del Ministerio de Economía que hoy comanda Hernán Lorenzino. Antes pasó por la ANSES, fue director estatal en empresas privadas y jefe de asesores de Boudou ministro.

En el 2011 su nombre desapareció del directorio de Action Media y también de Rock Argentina SA, otra productora vinculada a Núñez Carmona en la que figuraba junto a su hermano menor Francisco, que hoy también trabaja en la ANSES. Los cambios societarios afectaron a todas las firmas que pululan entre los amigos de Boudou, casi como si hubiera habido un pedido para emprolijar papeles. Por ejemplo, el miércoles 15 se publicó en el Boletín Oficial un cambio societario del 2010 en la firma Petro de la Costa SA, que explota estaciones de servicio en la costa. En la empresa, que integraba Guido Forcieri en el 2005, apareció como presidente Núñez Carmona.

Red de empresas

En su última declaración jurada, Boudou informa tener el 50% de las acciones de dos empresas vinculadas a los negocios de propiedades: Hábitat Natural SA e Inversiones Inmobiliarias Aspen SA. En los directorios de ambas figura Núñez Carmona. La primera fija domicilio en Corrientes 222, planta baja. Como director suplente figura el abogado Ignacio Danuzzo Iturraspe, que defendió a “Nariga” en la causa por el presunto soborno en Télam y que, desde enero de este año, figura también en el directorio de Rock Argentina SA junto a Juan Carlos López, y en el de Petro de la Costa SA. Habitat Natural aumentó su capital en marzo del 2011, de 40.000 a 720.000 pesos. Inversiones Inmobiliarias Aspen tiene domicilio en Uruguay 847, piso 2 “17”, y otro alternativo en Julio Roca 590, primer piso, ambas direcciones porteñas. Núñez Carmona y López figuran en el directorio.

Pero ambos tienen otra empresa que repite las direcciones de Corrientes y de Roca: Embarcaciones Argentinas SA, que es propietaria de un lujoso yate motor de 14,5 metros de eslora llamado Scorpius. Núñez Carmona y Boudou son ambos escorpianos. “Nariga” pagó 295.000 dólares en el 2009 por el barco que hoy amarra en el puerto de Punta del Este y que Boudou habría utilizado hace tiempo en Mar del Plata. Según el Registro Nacional de Buques, se lo compró al periodista Eduardo Feinmann, que consultado por NOTICIAS dijo desconocer al socio de Boudou: “Se lo vendí a un equis”.

Ya sea como domicilios altenativos o fiscales, Roca 590 -vieja dirección fiscal de Boudou- y Corrientes 222 sirven de sede para varias empresas en cuyos directorios aparece el misterioso Juan Carlos López, también socio de una de las empresas que comparten el vice y Núñez Carmona. La gran mayoría de esas firmas se capitalizó en forma sorpresiva en los últimos meses, según el Boletín Oficial:

WSM SA, dedicada a la publicidad, proveedora de la municipalidad de Mar del Plata que facturó 264.000 pesos en pauta oficial en el 2009, informó que aumentó su capital de 12.000 a 1 millón de pesos en enero de este año.

Beaver Cheek SA, dedicada a la construcción, aumentó su capital de 40.000 a 640.000 pesos en el 2011, y en el 2012 modificó sus autoridades: ingresaron López y la pelirroja Rizzo y salió Sergio Gustavo Martínez, director suplente de The Old Fund, la firma encabezada por Vandenbroele que se quedó con la ex Ciccone.

Vail Investments SA, inmobiliaria y financiera, informó el mismo día que WSM que aumentó en el 2009 su capital de 30.000 a 1.430.000 pesos.

Los voceros de Boudou no respondieron a las consultas de NOTICIAS. La única contestación pública que dio el vicepresidente desde que estalló el escándalo de Ciccone y sus socios fue mostrarse en un recital en El Calafate, con La Mancha de Rolando, y una remera con el eslogan “Clarín miente”, que Canal 7 se encargó de publicitar. La banda liderada por “Manu” Quieto, amigo del vice, tocó este verano en San Bernardo, en una nueva edición de “Rock y Arena”, el festival que produce Núñez Carmona. Ni él ni Vandenbroele respondieron los llamados, mails y  mensajes de textos de esta revista.

Clarín, infancia y lujos

Boudou despotrica con sus remeras contra “el monopolio”, pero cobra dividendos de negocios vinculados con el Grupo Clarín. Es que a través de la firma Aspen -una de las que comparte con “Nariga”-recibe segundos de publicidad en la televisión por cable de Mar del Plata, que pertenece a Cablevisión. Una estrecha fuente vinculada a Núñez Carmona relató que ese negocio, que rondaría los 200.000 pesos, surgió por la venta de una operadora de cable, en los '90, cuando Clarín expandió su red del entonces Multicanal. La deuda se pagaría hasta el 2014. Parece una graciosa contradicción del “modelo”.

Núñez Carmona y Boudou se conocieron en el Instituto Arzobispo José Antonio de San Alberto, en segundo grado. Enseguida estrecharon un lazo inquebrantable y -excepto por un año en el que el vice cambió de escuela- se mantuvieron juntos hasta el cuarto año de la secundaria. Usaban uniforme de pantalón beige, saco marrón y corbata verde. En el último año, el economista se cambió al colegio Minerva para terminar sus estudios, pero eso no impidió que se fuera de viaje de egresados a Bariloche junto a “Nariga” y sus amigos. En las noches de juerga  adolescente en Mar del Plata se movían por Playa Grande, iban al boliche María López, un precario chalet sobre la costa, y se mostraban en una moto Yamaha azul, que era de Amado.

Más gordito, de un marcado bajo perfil que sorprendería a quienes lo conocieron de adulto y con el karma de las burlas por su gran nariz, Núñez Carmona era el más humilde del grupo de amigos de Boudou, todos -salvo él- provenientes de familias acomodadas con lazos en la Marina. El líder del grupo era Ignacio Mendiondo, médico que ofició de anfitrión del vice en su última visita a Mar del Plata.

Después del secundario, Boudou se empleó en la empresa Venturino, hasta su quiebra. Desempleado, su amigo “Nariga” lo sumó a Ecoplata, una empresa de recolección de residuos con contratos en municipios costeros de la que era accionista. Boudou saltó enseguida a la función pública como secretario de Hacienda del municipio de la Costa, bajo el cobijo de Juan De Jesús, ex intendente y padre de su sucesor en el cargo, Juan Pablo. Y fue desde entonces que Núñez Carmona logró el cobijo municipal para sus recitales de rock en verano que siguen hasta la actualidad. Además de La Mancha de Rolando, en la última edición de “Rock y Arena” participaron Guasones, Catupecu Machu, Los Pericos y Virus. Hasta se animó a organizar en el 2011 un festival de folklore en Mar del Tuyú, con Abel Pintos y Los Alonsitos.

Con el paraguas de la política, ya en los años 2000 llegaron el cambio de vida y el incremento patrimonial que sorprende a quienes los conocieron en la adolescencia. Boudou y Núñez Carmona solían juntarse hasta hace poco en el tercer piso del exclusivo restó Rond Point, en la avenida Figueroa Alcorta. “Nariga” hoy se traslada en una imponente BMW X6, usa un sofisticado teléfono satelital y su fama de bon vivant crece a niveles mitológicos: hay quienes le adjudican una supuesta participación accionaria en el boliche Ink -que abre una sede en el verano marplatense-, que habría comprado varios departamentos en una torre del complejo Barrancas de Playa Grande, una de las zonas más paquetas de Mar del Plata, y que se habría interesado en medios bonaerenses. Tiene su propio sector VIP en el clásico boliche Sobremonte y se despeja viajando por el mundo. Hace pocas semanas, se habría escapado a Miami con objetivos inciertos. El mito más curioso que le endilgan es que quiso dejar atrás su karma de juventud: sus allegados dicen que se habría retocado la nariz con una cirugía.

En noviembre pasado, Núñez Carmona se excusó de hablar con NOTICIAS. “Estoy en Hamburgo, Alemania, vuelvo la primera semana de diciembre”, contestó por mensaje de texto. Desapareció. Luego advirtió: “Para hablar necesito consultarlo con Amado”. No volvió a responder.

Núñez Carmona se mueve como un fantasma y multiplica sus negocios al compás del ascenso de Boudou. Por mucho menos, a Vandenbroele acaban de acusarlo de ser “testaferro” del vicepresidente.

El negocio: Cómo se imprimen billetes

En la primera semana de febrero dos historias se unen. Una es la del cambio de titular de la Casa de la Moneda, que pasó a conducir Katya Daura, una joven alineada con Amado Boudou. La otra es la de la quiebra de Ciccone Calcográfica que terminó en manos de The Old Fund, un fondo controlado por Alejandro Vanderbroele, acusado de ser “testaferro” del vice. Tras recibir el pedido de abastecimiento de billetes que le hizo el Banco Central, la imprenta estatal propuso utilizar los servicios de Compañía de Valores Sudamericana, el nuevo nombre de Ciccone.

El Estado podría equipar la imprenta oficial como sugirieron los técnicos del BCRA o aceptar imprimir un billete de denominación de 200 o 500 pesos que reduciría el volumen. No hizo ninguna de las dos cosas y la mayor imprenta privada del país tiene delante un negocio de 50 millones de dólares, según fuentes vinculadas al contrato.

El monto superaría en un 45% el valor del acuerdo que selló la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont con la Casa de la Moneda de Brasil para que imprima billeres de 100 pesos en el 2010.

La impresión de papel moneda no es un negocio cualquiera, aunque Daura explica en el canal infantil Paka Paka “cómo se hacen los billetes”. La operación exige rígidos y el 84% de los billetes en el mundo son realizados por empresas estatales. Los Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y China prohiben que los billetes se hagan en el exterior. Libia, Japón, Camboya, Croacia, Guatemala y Uruguay imprimen en plantas privadas. La alemana Giesecke & Devrient y la francesa De la Rue son las firmas líderes.

En la Argentina, el BCRA es el encargado de importar el papel -de un proveedor francés- y la tinta. Esos insumos van a la Casa de la Moneda luego de ser pesados en una balanza por la que vuelven a pasar cuando en forma de billetes. Es el primer control.

El proceso sigue con el chequeo en el laboratorio de la entidad monetaria de la tinta y el papel. Un análisis químico determina que sean los mismos que se entregaron. Luego se controlan las marcas de agua, los hilos de plata y los relieves. La imprenta que hace los billetes debe marcar cada uno con su número, para evitar “mellizos”. Ciccone es la única privada en el país con capacidad de hacerlo.

También hace bonos y láminas de acciones. Pero desde que se permite el registro en asientos contables cayó ese negocio. Las únicas sociedades que aún pasan al formato físico sus títulos son las off shore. Como el gran objetivo es esconder a quién pertenecen, son al portador.

En el BCRA aseguran que no validarán la impresión fuera de la Casa de la Moneda. Hay una trampa legal: formar una Unión Transitoria de Empresas (UTE) permitiría que la imprenta oficial se asocie temporalmente con la ex Ciccone para imprimir los billetes. Es el tipo de contrato que se usó cuando se encargó billetes en Brasil.

El Central firmaría el contrato de aprovisionamiento con la Casa de la Moneda, escondiendo al socio privado detrás del formato legal. Sus dueños también quedan ocultos.

Ciccone: Laberinto judicial

La escandalosa compra de la ex Ciccone y las explosivas declaraciones de Laura Muñoz, mujer de Alejandro Vandenbroele, derivaron en tres expedientes judiciales que recayeron en el juzgado de Daniel Rafecas. Sin embargo, las denuncias por abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público y asociación ilícita contra Amado Boudou podrían quedar en la nada: un artículo del Código Procesal Penal deja sin efecto la denuncia de un cónyuge contra el otro si no hay divorcio de por medio. Muñoz y Vandenbroele, el monotributista vinculado al vice y a Núñez Carmona que en los papeles adquirió la imprenta, están separados pero no divorciados. La semana pasada, la mujer hizo declaraciones esclarecedoras a NOTICIAS. “Todo indica que Alejandro es la mano derecha de Boudou en los negocios no claros”, dijo. También comprometió a Núñez Carmona. “Alejandro me decía que Boudou le había dicho a Núñez Carmona que pusieran una consultora y mi marido decía que era una 'consultora fantasma', porque abrías las cortinas y era otra cosa”, aseguró.

Por ahora, Boudou y sus socios mantienen sus esperanzas: las denuncias pueden naufragar.

Impunidad

por José Antonio Díaz

La maquinaria propagandística oficial no está preparada para resguardar a Amado Boudou de las sospechas. Es demoledoramente eficiente para instalar la agenda política y culpar a los amigos de antes de las malas noticias de ahora. Pero sobre los amigos de siempre de Boudou y la extraña compra de Ciccone tuvo que ser el mismo vicepresidente el único que saliera a desmentirlas: “Clarín miente”, decía con picardía la remera que lució en su show de El Calafate, diez días después de las primeras denuncias.

El silencio del Gobierno obedeció, hasta ahora, al mismo comportamiento dual que asumió ante otros supuestos casos de corrupción -Antonini Wilson, Ricardo Jaime, Skanska, etc.: 1) ningún funcionario del Gobierno se quiere hacer cargo de un negocio privado (en este caso, nada menos, el de quedarse con una planta que fabrica dinero y papeles de seguridad usando el tráfico de influencias) y 2) como esa maniobra habría sido urdida gracias a una red de protección -que aceptó antes a un fondo sin antecedentes y ahora, la impunidad de sus responsables-, el reflejo oficial fue lineal: “¿Para qué hablar si la presión mediática algún día afloja y la gente pasa a otro tema?”. Es lo que se susurraba en la Casa de Gobierno. O sea, ¿qué importa? Descuentan que la anomia social es un dato de la realidad.

A falta de acción judicial o de organismos de control, parece inevitable que Boudou se beneficie de futuros contratos otorgados por la Casa de la Moneda u otras dependencias a una empresa privada. Parece una enormidad. Pero tal vez no sea más que la repetición de una lamentable costumbre: mirar para otro lado.

* Editor de Economía.

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