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POLíTICA | 02-03-2012 14:10

El motor de la infidelidad

Avanzó en el caso Ciccone por casualidad: investigaba si Vandenbroele la engañó.

Laura Muñoz (36) se quebró varias veces en las cuatro horas que duró su declaración ante la Justicia. Sentada frente al fiscal Carlos Rívolo, la esposa de Alejandro Vandenbroele –a quien había acusado de ser el testaferro del vicepresidente Amado Boudou– ratificó sus denuncias, aportó pruebas que corroboran su discurso y habló de la conflictiva relación que mantuvo con su marido. Ella sospechaba que Vandenbroele la engañaba. Y en la búsqueda de esas pruebas, se encontró con parte del material que ahora entregó a la Justicia y que conecta a su esposo con el “Boudougate”.

Rívolo viajó en secreto hasta Mendoza el viernes 24 de febrero para encontrarse con la arrepentida del caso y escucharla decir todo lo que sabe sobre las conexiones comerciales y personales entre su marido, Boudou y el tercero en esta historia, José María Núñez Carmona, amigo íntimo y socio comercial del vice en dos empresas del rubro inmobiliario. El fiscal se llevó en su maletín la información que le aportó Laura Muñoz: un CD de audio con conversaciones entre ella y Vandenbroele y documentos en los que aparecen datos sobre The Old Fund SA, la sociedad controlante de la ex Ciccone.

Pruebas

El audio que aportó Muñoz a la Justicia dura una hora y media. Son conversaciones con su marido en la que discuten sobre la pareja y el régimen de visita de su hija. La arrepentida grabó esos diálogos que hoy están incorporados al expediente que tramita el juez federal Daniel Rafecas y que investiga a Boudou por los supuestos delitos de lavado de dinero y negociaciones incompatibles con la función pública. En algunos tramos, Muñoz lo acusa de no cumplir con las visitas que habían acordado. Pero entre los reclamos y discusiones maritales se mezcla información importante para la causa que investiga Rívolo. En un tramo del audio, Muñoz le pregunta a su marido qué pasó con los negocios de los que él le había hablado junto a “Nariga” Núñez Carmona y Boudou. Vandenbroele se queda en silencio, la escucha y nunca niega la información. Es más, por momentos acepta que aún siguen en marcha.

La mujer le contó al fiscal que a fines del 2009 su marido le empezó a blanquear sus vínculos con el actual vicepresidente. Según su relato, “Nariga” Núñez Carmona lo habría contactado a Vandenbroele porque “necesitaban un abogado de confianza para que se encargara de los negocios”. Uno de los planes que tenía Núñez Carmona junto a Vandenbroele era montar una “consultora fantasma” en Puerto Madero que sería impulsada por Boudou y que “manejaría dinero que sería de coimas”. Muñoz jura que solían discutir con su marido porque ella le cuestionaba la transparencia de esos negocios y que Vandenbroele le proponía mudarse de su casa en Mendoza a Buenos Aires para estar más cerca de Núñez Carmona y la nueva red de negocios. Él le decía que a la distancia ya no podía hacerse cargo de sus flamantes responsabilidades. El nexo entre “Nariga”, Boudou y Vandenbroele fue Guadalupe Escaray, prima del último y jefa regional de la ANSES en Mar del Plata, nombrada por Boudou. A Escaray y Boudou se les adjudica un breve romance durante la adolescencia, que el vice niega.

Pero los audios no son las únicas evidencias que aportó a la Justicia. Entre los papeles que tiene el fiscal hay agendas y anotaciones que muestran lo implicado que estaba su marido en la compra de la ex Ciccone. Figuran reuniones y comentarios sobre el fondo de inversión The Old Fund SA, la sociedad que integra Vandenbroele y que levantó la quiebra de la ex Ciccone para poder administrarla.

Las pruebas que fue recolectando Muñoz y que hoy están en manos de la Justicia son el fruto de una investigación dolorosa. Casada con Vandenbroele desde el 2006, la relación se fue desgastando y con el tiempo ella empezó a sospechar que él la engañaba. Así fue buscando indicios que justificaran sus sospechas y en medio de su desesperada búsqueda se cruzó con los datos que hoy prueban la relación entre su marido, Boudou y “Nariga”.

Muñoz tiene 36 años y tres hijos, uno con Vandenbroele y dos de un matrimonio anterior. En marzo del 2010, su esposo abandonó el hogar que compartían en Mendoza y desde que estalló el escándalo de la ex Ciccone no tienen comunicación ni visita a su hija.

Contraofensiva

La estrategia para embarrar el caso estalló el mismo día en que Rívolo le tomó declaración a Muñoz en Mendoza. Ese día su madre, Azniv Tokatlian, dijo en una entrevista con el periodista Jorge Rial por radio La Red que su hija tenía “paranoia y dificultad para reconocer la realidad”, y que esa información figuraba en un peritaje psicológico dentro de un expediente judicial que ella le inició porque Muñoz no les dejaba ver a sus nietos. Nunca mostró el supuesto peritaje, ni tampoco contó que en el expediente recomiendan que ambas se realicen un examen psicológico.

El miércoles 29 de febrero, la ex Ciccone Calcográfica –ahora rebautizada Compañía de Valores Sudamericana– publicó una solicitada firmada por Guillermo Reinwick, quien se define como “accionista controlante”, en la que intentó desligarse del escándalo, aunque aceptó que Vandenbroele es el director de la planta gráfica. Esa misma noche, Boudou habló por primera vez del tema que lo tiene como principal protagonista. Eligió un escenario ideal para sentirse cómodo: el hiperoficialista programa “678” en Canal 7.

Boudou no negó su relación con Vandenbroele y solo atinó a responder, cuando le preguntaron sobre el escándalo, que “todo es mentira”. Envalentonado, apenas salió del programa escribió en su cuenta de Twitter que estaba dispuesto a declarar ante la Justicia. Pero se arrepintió a los pocos minutos. Y borró el mensaje.

por Nicolás Diana

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