Nada de vampiros, nerds, mujeres solitarias ni efectos especiales: he aquí una serie bien “pulenta”, con malos malísimos y buenos bobísimos, que luchan por poder, dinero y lujuria. Si algo de los '80 faltaba por volver, “Dallas” regresó vestida de “nueva generación” pero con la moral intacta, es decir, tan avejentada como sus históricos personajes.
Todos, al menos alguna vez, vimos “Dallas” la noche de los domingos por canal 9. La saga de los petroleros texanos llegó a completar 357 capítulos, 14 temporadas –entre 1978 y 1991–, arrasó con el rating, ganó premios (4 Emmys y un Golden Globe) y, en especial, dejó en la memoria de los espectadores a un villano antológico, J. R. Ewing, protagonizado por Larry Hagman, el mismo que hoy regresa a los 80 años al papel que justificó su carrera de actor.
Con más o menos arrugas, también volvieron al ruedo Patrick Duffy (el hermano Bobby), Linda Gray (Sue Ellen, la ex de J. R.) y Charlene Milton (Lucy Ann, la sobrina hot). No, lo siento, Victoria Principal no arregló.
Las traiciones fraternales continúan y las nuevas puntas de lanza son el hijo de J. R., John Ross (Josh Henderson) y el hijo adoptivo de Bobby, Christopher (Jesse Metcalfe), más sus respectivas mujeres. Los nostálgicos tal vez disfruten esta “nueva” versión. Y si no, pueden prender velas y esperar “Dinastía”.
por Leni González
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