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PERSONAJES | 21-09-2012 12:00

“Compro spray compulsivamente”

Entre merengues y chachachás, el actor y cantante de Los Amados hace bailar a sala llena. Boleroterapia, Ketty de Pirolo y Mariotto.

Es la maqueta perfecta del crooner años `50 que con su conjunto de música latina, Los Amados, parece salido de un film de Almodóvar. Al repertorio de mambos, cumbias y boleros le suma humor de buen gusto, arreglos musicales bien chévere y músicos virtuosos que se acoplan a la escena lúdica como buenos actores: la pianista Raquelita (Analía Rosemberg) con el violero guyano Don Cristino Alberó (Oscar Durán), el trompetista guatemalteco Ángel (Hernán Sánchez), el percusionista Pochoclo Santamaría (Fernando Costa); el de todo un poco y bien hecho Mambo Méndez (Rubén Rodríguez), el contrabajista Tito Richard Junquera (Lisandro Fiks) y la inefable vocalista del grupo, la diva Rosa Bernal (Daniela Horovitz) con su cabellera de telgopor color salmón. Personajes bizarros logran que, entre merengues y chachachás, reflexiones sobre el amor y piezas bailables, el público los aplauda de pie, baile y cante. Conduciendo este fenómeno a sala llena, el Chino Amado.

Noticias: Alejandro Viola o Chino Amado resultan tan simbióticos, ¿cómo prefiere que lo llame?

Alejandro Viola: Prefiero Alejandro Viola porque imagino que tus preguntas son para mí… ¡pero si hay para el Chino Amado, te aviso cada vez que él responda!

Noticias: ¿De dónde sacó lo de Chino? Tiene ojos verdes y ni una gota de amarillo en sangre.

Viola: (risas) ¡No! No viene por el lado oriental. Es por ¡mi chino amado, mi chino de la tieya!, un sobrenombre telúrico. Imaginé que las admiradoras dirían “ése es mi Chino Amado”. ¡Y me puse el sobrenombre gauchesco!

Noticias: En pareja con…

Viola: Casado con Silvia desde hace 20 años; es diseñadora gráfica, mi vida, mi mano derecha, mi todo. Me ha aportado cosas al espectáculo y diseñado hasta los personajes.  Ella vio nacer el grupo –como trío en 1989– y trabajó mucho en nuestra estética y estilo.

Noticias: ¿Sin hijos por decisión?

Viola: Ninguno de los dos tuvo la necesidad de ser padres. En su momento no vinieron, después nos cuidamos y… todavía estamos para hacer un tratamiento. ¡Pero no tenemos ganas!

Noticias: Vayamos a Los Amados. Empezaron en los `80 animando fiestas, un poco a la bartola… ¿Fue así?

Viola: Yo estudiaba Comunicación Social en la Universidad de Lomas, donde me recibí, y con dos amigos nos pusimos una especie de boutique publicitaria en Buenos Aires; conseguimos algunos clientes y por esa oficina pasaban amigos creativos, entre los que estaba Silvia, y tirábamos ideas. Íbamos a todos los espectáculos under; estábamos en movimiento constante e inventando cosas como para armar una banda o montar un show.

Noticias: ¿Había estudiado actuación?

Viola: No, para nada. Había estudiado guitarra desde los seis años y aprendido un repertorio que me llevó a subirme a un escenario y cantar “Los 60 granaderos”. Pero tenía en mi cabeza que iba a ser actor. Creía tener una exigencia familiar para ser otra cosa, pero no; era yo mismo el que me exigía una carrera formal; mis padres para nada.

Noticias: ¿Cómo llegó al mundo de las candilejas?

Viola: Estudiaba el secundario de noche, salía del colegio en Lanús Este y me iba en colectivo a San Telmo. Claro, era muy peligroso; no había terminado la dictadura y era menor, llegaba a casa a las 6 de la mañana. Pero para mí era impostergable; iba a un café concert que tenía Enrique Guevara; él nunca se va a acordar de mí, pero fue mi primer maestro. Y ahí caían chicas que querían ser vede-ttes, poetas, escritores; todo era bohemio y peligroso. Yo decía ¡este mundo me vuelve loco!  Me fui a la colimba y el profesor me dijo: “No dejes esta profesión nunca”.

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por Sissi Ciosescu

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