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RESTAURANTES | 19-10-2012 14:28

Gran banquete catalán

“Casal de Catalunya”. Chacabuco 863, San Telmo. 4361-0191/ 4307-0912. Cocina española. Lunes a sábados de 20 a 24. Martes a domingos, de 12:30 a 15:30. Reservas. Principales tarjetas. Menú ejecutivo: $ 70. Precio promedio noche: $ 150.

Gracias a la riqueza de su territorio, que va desde el mar Mediterráneo hasta las montañas de los Pirineos, incluyendo las hectáreas de bosques entre ambos, Catalunya tiene una de las cocinas más ricas y variadas del mundo. No es casual que allí hayan nacido o estudiado muchos grandes chefs, inspirados en sus materias primas (pescados y mariscos, carnes de caza, setas, olivos, etc.) y también por sus clásicas preparaciones como el sofrito (donde comienza casi todo plato catalán, hecha a base de tomate, cebolla, ajo, aceite de oliva y pimentón dulce) o el allioli (una emulsión de ajo y aceite y oliva), por nombrar solo algunas.

Son varios los restaurantes que practican este tipo de cocina pero solo uno está en la “sede oficial” de Catalunya en Buenos Aires, con todo lo que eso implica. Estar bajo la lupa de la comunidad catalana obliga a ser fiel a los sabores de origen, para que estos evoquen a la Madre Patria. Tal es la tarea de Damián Cicero desde hace ocho años, a cargo del restaurante del “Casal de Catalunya”. Todas las mañanas, Damián en persona compra los pescados y los vegetales frescos que se servirán ese día, recibe a su fiel clientela, escucha sus opiniones y hace los ajustes pertinentes, como la reciente remodelación del salón. Un imponente vajillero antiguo, paredes rojas y cortinados al tono dieron más calidez al espacio, al dividirlo en sectores. Otra nueva adquisición del salón es una heladera de vidrio curvo donde se exhibe como un trofeo “el mejor cochinillo del país”, una promesa que el “Casal” sigue cumpliendo.

Además del cochinillo, medio para dos o uno entero para cuatro, el “Casal de Catalunya”, tiene muchos otros clásicos de la cocina catalana, como la fideuá o la paella, también para compartir. Todas las entradas son tentadoras: boquerones al aliolli, habas verdes con panceta y butifarra negra, rabas tiernísimas, y hongos y setas a la plancha, entre otras. De plato fuerte puede optar por el mar o la tierra. Inolvidables el merluzón en salsa verde con almejas y guisantes, los chipirones rellenos con sofrito de tomate y el lenguado o mero, de acuerdo con lo que esté fresco, en sabrosa salsa romesco, hecha de pimientos, aceite de oliva, frutos secos, pimentón y pan procesados. De la tierra, delicioso el conejo al allioli, hecho al horno en su punto justo. La carta de vinos es larga y bien surtida, así que tómese el tiempo de elegir con qué acompañar estos particulares sabores.

Basta cruzar el umbral del edificio, una auténtica joya arquitectónica, para darse cuenta de que el “Casal de Catalunya” es de esos restaurantes donde uno va a darse un banquete. Cierre la noche con una crema catalana quemada, una mousse de turrón o un requesón con miel, acompañado con un dulce torrontés. Si tiene suerte, antes de comer puede ver un buen espectáculo en el teatro Margarita Xirgu, en el mismo edificio.

por Fernando Vidal Buzzi

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