Tuesday 16 de April, 2024

DEPORTES | 09-11-2012 12:57

El sueño de Aníbal

Mientras la Leona sigue sin definir su futuro, Quilmes la tienta con un regreso a casa. Sponsors y estafas no resueltas en el club.

Como si se tratase de un secreto de estado, Luciana Aymar (35) sigue postergando su decisión de continuar –o no– jugando al hockey. Es que la mejor jugadora de todos los tiempos sabe que después del deporte hay vida. Su belleza y carisma le abrieron un abanico de posibilidades que nunca desaprovechó. Desde el 2003 –cuando las Leonas comenzaban su faena de títulos– es una de las imágenes de la marca deportiva Nike. Además, la editorial Aguilar publicó el libro “Corazón de Leona”, donde narra su historia de vida. Alguna vez caminó las pasarelas de la mano de Pancho Dotto. Y, sin embargo, su corazón aún late como el de una leona enjaulada antes de salir a disputar un partido.

Aún no le cerró las puertas al seleccionado nacional. Sin objetivos a la vista, participa de los acondicionamientos físicos que el equipo comenzó la última semana en el Cenard bajo las órdenes del ex velocista Carlos Gats.

“Todavía no tomé la decisión de si voy a seguir o no. Es difícil por todo lo que pasé con las chicas en estos años y porque está muy fresco aún lo vivido en Londres; me voy a tomar hasta diciembre para decidir”, dijo. El mensaje, pensado al extremo, primero lo bajó hacia sus compañeras de equipo y al cuerpo técnico encabezado, hasta marzo, por Carlos Retegui. En su mente aún sobrevuela un halo de dolor por la derrota ante Holanda (2 a 0) en la final de Londres. Por el momento, la única certeza es que fue su última cita olímpica.

¿Lucha y vuelve?. Entre los proyectos que evalúa Aymar está la propuesta que le acercaron de Quilmes a principios de año. El club que comanda Aníbal Fernández quiere tenerla, como en el 2006, entre sus filas. El sueño de repatriarla lo edificó el vicepresidente segundo del club, Carlos Martinángeli, una de las personas fuertes de la empresa NEC, que auspicia hace varias temporadas al hockey cervecero. La idea es que la rosarina encamine al equipo al ascenso a Primera A, luego de un mal año donde el primer equipo perdió la categoría. La seducen con cierta insistencia con dos posibilidades: ser jugadora, líder y capitana del primer equipo o, al menos, la cara visible de este deporte. En el club asumen que con Aymar como figura pueden volver a los primeros planos y lograr buenos contratos publicitarios. Los privilegios que tendría Aymar serían amplios y permanentes. Entre ellos, entrenar poco y nada. “Con que Luciana vaya los fines de semana y juegue, a Quilmes le alcanza y le sobra”, es la muletilla que esbozan en reuniones de Subcomisión. Con el talento intacto, jugar en segunda división no le produciría un gran estrés.

Más información en la edición impresa de la revista

por Damián Cáceres

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios