Hay libros de narrativa de Peter Handke ya clásicos: “La mujer zurda”, “El miedo del arquero ante el penal”, “Carta breve para un largo adiós”, “Lento regreso”, unidos a algunas obras teatrales exitosas (“Kaspar”).
Otros enfocan temas mínimos en libros breves sobre el cansancio, el jukebox, el día logrado. En una tercera etapa, escribió del lado políticamente incorrecto sobre la guerra serbocroata.
Ahora que sus títulos son difíciles de conseguir, esta recopilación permite conocer sus puntos de vista, opiniones o textos por encargo sobre libros, autores, cine, o algunos artistas plásticos. A veces el tono establece una continuidad de su obra literaria: un “yo” dedicado a percibir con nitidez y matices fenómenos reales, o a agotar los sentidos de una lectura. En otros parece perderse en los meandros de ese yo.
El principal efecto de la lectura es la ampliación de ese territorio tan desparejamente difundido en castellano: la literatura alemana del siglo XX.
Hay más de un texto sobre nombres para él cruciales como Hermann Lenz, o Nicolas Born. Su interés por la traducción (de sus libros, o las que él mismo hizo) lo llevan a incluir tres prólogos a los libros del francés Emmanuel Bove.
En otros casos sorprende el marco que establece: cuando comenta “El lado de la historia” de Born lo hace refiriéndose a Raymond Chandler. O mezcla los datos periodísticos con una buena idea general en “Las guerras mundiales privadas de Patricia Highsmith”.
Abundan los discursos de entrega o recibimiento de premios, algunos brillantes. En “Apetito de mundo. Discurso de un espectador de cine”, retrata con minucia lo que representaba “volver a casa” después de un film, cuando la palabra “cine” todavía significaba un todo. En las notas sobre arte comunica con palabras los cuadros enormes (basta fijarse en Google) de Anselm Kiefer (seguidor de Joseph Beuys) y Jan Voss.
El libro no solo da entradas nuevas a zonas relacionadas con su obra. Es además el mundo perceptivo múltiple de un autor crucial en ensayos entre absortos y dinámicos.
por Elvio E. Gandolfo
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