Friday 19 de April, 2024

MUNDO | 20-12-2012 19:48

El re-regreso de Berlusconi

Busca reinventarse con miras a una nueva candidatura. “Amazonas” y negocios turbios.

Como un sultán, Silvio Berlusconi vive en medio de un harén. Pero, a los 76 años, 13 meses después de haber dejado el poder en condiciones humillantes, comienza a sentir el acoso de la Justicia, que trata de reactivar los juicios pendientes, mientras él se dedica a comprar el silencio de quienes pueden convertirse en peligrosos testigos de cargo.

El caso más emblemático es la adquisición de la mansión que poseía el senador siciliano Marcello Dell’Ultri a orillas del lago de Como. El ex primer ministro pagó 23 millones de euros por ese palacete de 30 ambientes, casi el doble de su valor real, lo que permitió a la Justicia agregar cargos por extorsión y lavado de dinero al nutrido expediente que lleva el fiscal de Palermo contra Dell’Ultri. El mismo día de la operación inmobiliaria, la mujer del senador giró 14 millones de dólares a una cuenta en Santo Domingo, donde está radicado desde que obtuvo la nacionalidad dominicana. La prensa italiana sospecha que Berlusconi debió pagar ese sobreprecio para evitar que Dell’Ultri abra la boca.

Enfiestado. Algo similar ocurrió con un departamento de 105 metros cuadrados que poseía el cantante napolitano Mariano Apicella, asiduo participante en las veladas de bunga-bunga organizadas por Berlusconi en su mansión de Ancore. Algunas de las participantes en esas orgías reciben un salario mensual de 3.000 a 10.000 euros y viven en una residencia ubicada en el número 65 de la via Olgettina, en Milán.

Una investigación del diario Il Corriere della Sera descubrió que muchas de estas chicas pertenecen a la “scudería” de Lele Mora, un proxeneta que nutría las fiestas de il Cavaliere. La lista de participantes en los bunga-bunga incluye a la ya legendaria Ruby, además de a Elisa Toti, Aris Espinoza, Ioana Visan, Marysthelle Polanco, Nicole Minetti, las mellizas Eleonora e Imma De Vivo, la colombiana Aurora Cossio y la brasileña Iris Berardi, entre otras.

Berlusconi no desmintió las informaciones: “Ayudo a algunas de las chicas que están siendo arruinadas por la Justicia. Tienen que pagar abogados para defenderse de haber asistido a cenas organizadas en mi casa, lo que no es ningún delito”.

Secuestrado. Más inquietante todavía fue el secuestro que padeció en la noche del 17 de octubre el contador de confianza de Berlusconi, Giuseppe Spinelli, conocido como “il cassiere” (El cajero). Aunque fue liberado a la mañana siguiente, Spinelli demoró 36 horas en hacer la denuncia a la Justicia, tiempo necesario para que Berlusconi y sus abogados Niccolo Ghedini y Piero Longo pudieran armar el esquema de defensa. El ex primer ministro habría tenido que pagar 35 millones de euros a una banda de italianos y albaneses que ofrecieron venderle “un dossier con documentos sobre la fortuna del industrial Carlo de Benedetti y la forma en que ese enemigo histórico de Berlusconi se apoderó de la empresa Arnoldo Mondadori Editore, así como documentos comprometedores sobre el actual presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, y algunos jueces”.

Más información en la edición impresa de la revista.

por Christian Riavale

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