Volver para vengarse: he aquí la célula madre del novelón. Después cobrará diferencias, marcará estilos y matizará con color local pero en el origen surgieron del mismo uno universal que, más que madre, tiene padre, se llama Alejandro Dumas y escribió “El conde de Montecristo”. Entre tantas versiones e inspiraciones para el cine y la tevé, la serie “Revenge” trajo el costado femenino del amor y el odio para contar el cuento.
Emily Thorne –en realidad, Amanda Clarke– regresa a The Hamptons (algo así como Punta del Este) para vengarse de los que causaron la muerte de su padre y destruyeron su familia.
Emily nunca olvida el sufrimiento de Amanda que los flashbacks nos acercan para reconstruir esta historia donde los malos las van a pagar. La protagonista, la canadiense Emily Vancamp (“Everwood”, “Brothers and sisters”), juega perfecto su papel de rubiecita gentil que no aflojará con el lápiz rojo para tachar a sus enemigos. Y entre ellos, brilla la principal, la morena Madeleine Stowe (que hizo en cine otra, casualmente, “Revenge”, de Tony Scott, en 1990, y “El último de los mohicanos”, de Michael Mann, en 1992), nominada este año a los Golden Globe por su Victoria Grayson, una reina de clan con todas las artes para manejar los hilos.
por Leni González
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