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SOCIEDAD | 08-03-2013 14:43

Proyecto X: historia de dos víctimas

Hablan una madre de Plaza de Mayo y una nieta recuperada, espiadas por Gendarmería.

Las distintas fuerzas de seguridad en este país tienen el mismo modus operandi. Nosotros lo pudimos probar en esta causa con Gendarmería, pero no nos cabe la menor duda de que las otras fuerzas lo hacen de la misma manera”. La frase pertenece a Victoria Moyano, una de las víctimas del Proyecto X, el plan de inteligencia ilegal orquestado desde la Gendarmería para espiar e infiltrarse en las organizaciones sociales. Ella es una nieta recuperada en democracia por las Abuelas de Plaza de Mayo ya que sus padres fueron víctimas del plan Cóndor. A dos días del inicio del juicio por esa causa de la dictadura, Moyano se presentó a ampliar la denuncia por otro oscuro plan del Estado que también la afecta. Su acusación es simple y alarmante.

“No son gendarmes descolgados, acá hay un plan”, asegura de modo terminante. La Justicia acaba de encontrar nuevas pruebas que confirman este espionaje clandestino, que en el Gobierno niegan. Los datos surgen de las pericias realizadas sobre los discos rígidos encontrados en distintos allanamientos a una de las dependencias de la Gendarmería en Campo de Mayo. La información incautada demuestra que los efectivos no actuaban bajo las órdenes de la Justicia y que esa tarea abrió la puerta para que unos 5.000 militantes sociales hayan sido procesados por el solo hecho de protestar.

El Proyecto X, que funcionó desde el 2004 hasta el 2011, no distinguía banderas políticas e investigaba a todos por igual. En la base de datos que se incorporó a un expediente judicial hay estudiantes, sindicalistas, curas villeros e integrantes de organismos de derechos humanos, como Madres o Abuelas de Plaza de Mayo.

Moyano sufrió en carne propia el seguimiento de los infiltrados de Gendarmería. “Yo aparezco en los expedientes, hay fotos mías con un círculo, como identificándome. A mí y a Elia”, detalló Moyano a NOTICIAS.

Elia Espen es una madre de Plaza de Mayo de la Línea Fundadadora, tiene 81 años y un hijo desaparecido. Se llamaba Hugo Orlando Miedan, tenía 27 años, estaba en cuarto año de Arquitectura y trabajaba en la editorial El Derecho. Ella cree que Hugo militaba en el ERP.

Espen no sabía qué significaba el “Proyecto X”. Hasta que todo cambió cuando vio su cara en una foto que formaba parte de un informe de Gendarmería y que había sido publicado por el diario Página/12. En ese artículo se explicaba cómo operaba este plan de inteligencia ilegal. En ese momento, Espen se dio cuenta de que había sido víctima de un sistema de espionaje. Otra vez, el Estado.

“Estoy indignada por el espionaje. Si hay un Gobierno que se dice defensor de los derechos humanos no puede hacer semejante cosa. Pero por el espionaje perdimos a tres madres y a un montón de gente. Este Gobierno avaló la Ley Antiterrorista y, con Proyecto X, terminaron de rematarla”, se enojó Espen ante una consulta de NOTICIAS mientras realizaba la tradicional ronda de los jueves en Plaza de Mayo.

En los últimos años, la integrante de las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora acompañó la lucha de diferentes colectivos de trabajadores. “Esto viene de la época en que yo estuve con la gente de Terrabusi. Los fui a apoyar a la fábrica en todo lo que estaban haciendo, hace dos años, más o menos, y estuve con ellos cuando cortaron las rutas. Todo lo que hago lo hago a título personal, no en nombre de Madres de la Línea Fundadora”, aseguró Espen.

Lea la nota completa en la última edición de NOTICIAS.

por Francisco Zoroza

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