Thursday 28 de March, 2024

SOCIEDAD | 12-03-2013 11:32

Jinetes de la Justicia K

Cómo reparten sus roles Zannini, Zaffaroni y Gils Carbó, en la embestida contra el Poder Judicial. Estilos y objetivos dispares.

El Gobierno tiene claro su nuevo objetivo: el Poder Judicial. También están designados los actores que llevarán adelante una de las batallas más complejas y profundas. Ellos son las puntas de lanza de una estrategia que ya tuvo su bautismo en la apertura de las sesiones ordinarias cuando Cristina Fernández dedicó los párrafos más duros e importantes de su discurso a describir cómo será –en lo formal– el avance sobre los jueces y fiscales. Cada uno con su estilo, desde su lugar estratégico y con llegada a distintos sectores, encarna un aspecto distinto de la estrategia oficial. El secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini; el ministro de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni y la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, se constituyeron en los jinetes de la nueva Justicia K.

Amigo del juez. La cabeza y mano ejecutora es siempre la misma. La importancia de la jugada no permitía que fuera otro el encargado de llevarla adelante. Carlos “Chino” Zannini, el hombre de mayor confianza de la Presidenta, es el mentor de los proyectos que el oficialismo enviará al Congreso para reformar el Poder Judicial. Zannini, además de contar con la confianza absoluta de Cristina, es el hombre que históricamente encaró las operaciones vinculadas a la Justicia. Entre el 2001 y el 2003, el “Chino” fue el presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Santa Cruz. Es decir que durante los últimos años de la gobernación de Néstor Kirchner, uno de sus amigos más entrañables era el hombre que ocupaba el cargo más importante del Poder Judicial de la provincia.

Durante los primeros años de la presidencia de Kirchner, Zannini también fue el encargado de acercar a Ricardo Lorenzetti cuando comenzó el proceso de renovación de La Corte Suprema de Justicia. Lorenzetti finalmente ocupó el cargo de presidente del máximo tribunal, gracias al envión que le generó el apoyo del secretario Legal y Técnico. Paradójicamente, es el mismo hombre que ahora busca esmerilar su poder dentro de la Corte. Ya lejos del oficialismo, a Lorenzetti le resulta cada vez más difícil mantener el equilibrio y la moderación de la cual se jacta en privado y despliega en cada aparición pública. La relación con el kirchnerismo, que comenzó siendo de mucha cercanía, luego se volvió errática, y, ahora, está rota.

Si bien lo hizo con extrema cautela, Lorenzetti dejó clara su distancia con el Gobierno en su discurso por el aniversario número 150 de la creación de la Corte Suprema. Muchos notaron un detalle no menor: Lorenzetti no improvisó ni una sola palabra. Leyó la totalidad de su discurso. La prueba de que todo estaba calculado de antemano para evitar exabruptos. Zannini, el mismo hombre que lo colocó en el lugar más alto al que puede llegar un juez, es hoy quien opera para despojarlo de todo: de su posición dominante dentro del Poder Judicial y también de sus aspiraciones políticas. Dentro del Gobierno no le perdonan a Lorenzetti sus deseos de dar el salto a la política partidaria y de ser candidato a presidente. Algo que el líder del máximo tribunal admitía años atrás, pero que en los últimos tiempos se encarga de negar.

Lea la nota completa en la última edición 1889 de Noticias.

por Diego Leuco

Galería de imágenes

Comentarios