Tuesday 16 de April, 2024

SHOWBIZ | 15-03-2013 15:01

Me lo contó un pajarito

El negocio de las estrellas: publicidad en la red social Twitter. Cuánto facturan.

Son solo 140 caracteres. Pero pueden cotizarse. Y caro. Hasta 15.000 pesos por una sola frase que a duras penas cabe en un mensaje de texto. Ah, sí: de todas las redes sociales, Twitter es la favorita entre ricos y famosos de todos los ámbitos en nuestro país. Aun cuando Facebook sigue siendo el rey (1.000 millones de usuarios a nivel mundial, unos 20 millones en la Argentina), Twitter –que el año pasado superó los 500 millones de usuarios a nivel global y suma en nuestro país unos siete millones–, ocupa un lugar clave. Es la red favorita de los famosos.

Personajes de todas las farándulas posibles –actores, músicos, periodistas, políticos, deportistas– tienden a inclinarse por la red del pajarito azul a la hora de interactuar con sus seguidores y hasta generar microescándalos mediáticos. Pero, sobre todo, para facturar.

Hay una nueva industria en crecimiento: la del PNTuit (Publicidad No Tradicional en Twitter), anclada principalmente en la celebridad de los personajes más leídos de la red.

Pocos caracteres, mucha plata. Claro que no todas las “celebrities” locales tienen la capacidad, la visión o los recursos para conseguirse sponsors que les paguen por promocionar un determinado producto en Twitter. Así, varias agencias de publicidad –algunas de ellas, inclusive, nacidas en el ámbito on line– ya comercializan estos espacios. Y aunque todas las consultadas insisten en mantener el anonimato (preservando las cifras que embolsan cada uno de sus clientes), los números muestras que hay toda una industria, creciente y saludable, en materia de “endorsement” de marcas a través de esta red social.

En concreto, un “tuit” (definamos: una frase de no más de 140 caracteres publicada en la dichosa red social) cotiza entre 2.000 y 5.000 pesos. Qué determina el precio: por supuesto que el grado de celebridad del personaje en cuestión. Pero, en la red, el status de “famoso” va más allá del curriculum o la trascendencia del protagonista. La clave es la cantidad de “followers” (seguidores) que tenga. Es decir, cuánta gente lo lee, a cuántos va a llegar el mensaje. Por citar solo algunos ejemplos, casi 2 millones y medio de personas leen lo que Luisana Lopilato tenga para decir. El periodista rey del chimento, Jorge Rial, le pisa los talones, habiendo superado apenas los dos millones de seguidores. El algo escandaloso senador Aníbal Fernández no llega al medio millón de fans, aunque sus tuits tienen mucha repercusión: fiel a su estilo, no duda en usar la red social como una arena más donde pelearse con quien le parezca oportuno. Pero Fernández –ni ningún otro político– cotiza sus tuits. “Me pregunto qué pasaría si conseguimos que los políticos se sumen en una campaña”, arriesga el jefe de cuentas local de una agencia internacional que prefiere no develar su nombre, “¿Te imaginás a Macri, a Aníbal y a Altamira promocionando un desodorante? Sería una bomba, todos hablarían de eso. Incluso los honorarios los podríamos donar… eso sería genial”.

Más información en la edición impresa de la revista.

por Diego Gualda

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