La plaza San Martín es quizás la más linda de Buenos Aires. Además de la belleza de su botánica está rodeada por la más esplendorosa arquitectura francesa, con el Hotel Plaza y el Círculo Militar a la cabeza. Por ella pasearon del brazo parejas célebres como Borges y María Kodama, que vivían enfrente y, varios años antes, allá por el 1900, el futuro presidente Marcelo Torcuato de Alvear y Regina Pacini, una cantante de ópera portuguesa. Ellos protagonizaron una de las historias de amor más escandalosas de la época: él era un codiciado soltero, ella una mujer de 30 y pico dedicada a su carrera; él la siguió por medio mundo, le envió cientos de rosas, hasta que la conquistó y se casaron, para sorpresa de toda la alta sociedad porteña. Hoy, esta pareja quedó inmortalizada en “Torcuato & Regina”, la confitería/restaurante ubicada frente a la plaza que cobijó su amor.
Precisamente esta historia es la que iniciará el ciclo “Un té con nuestra historia en Torcuato & Regina”. Todos los sábados de abril, media hora pasado el five o’ clock reglamentario, podrá deleitarse con un espléndido servicio de té con tortas, scons o tostadas mientras escucha a Eduardo Lazzari, dueño y especialista en divulgación y preservación del patrimonio histórico y cultural de la ciudad de Buenos Aires, contarle las historias de amor más resonantes de nuestra historia.
Este original evento es otro de los guiños (también hay viernes de jazz y sábados de tango) que distinguen a “Torcuato & Regina” de la genérica confitería porteña establecida durante años en esa esquina. Sus nuevos dueños supieron sacarle brillo para dejarla a la altura de la sofisticación de la zona. La ambientación está inspirada en el Hotel de La Trémoille de París: pisos de mármol, paredes revestidas de tela de tual de Jouy, apliques de bronce y mesas de buena madera. También el cuidado del servicio y la calidad de los productos de cocina y cafetería marcan la diferencia.
La carta de “Torcuato & Regina” es extensa, y de inspiración italiana. Tienen pizzas (desde las tradicionales Margherita y Napolitana hasta la de Brie, con rúcula, pimienta molida y oliva); paninis (sándwiches, algunos no tan italianos pero originales como el Panini Andino, con semillas de quinoa, hongos, rúcula y mostaza); elaborados platos de carnes como el lomo al Malbec, con salsa de hongos y hierbas; sabrosos rissottos, como el de ragú de osobuco; y pastas, en preparaciones clásicas y contemporáneas, como los gnocchi de remolacha. Tampoco faltan los spuntini (versión italiana de las tapas) para el copetín: croquetas de arroz a la bolognesa con corazón de mozzarella, paté de foie al cognac con chutney de cebollas y la Porchetta a la romana, con lonjas de jamón de cerdo braseado y cóctel de hongos.
Para honrar el amor que le dio su nombre, en “Torcuato & Regina” se colocan y reponen diariamente rosas frescas en todas las mesas, y tienen un libro de poemas para que los clientes vuelquen allí sus inspiraciones románticas.
por Fernando Vidal Buzzi
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