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DEPORTES | 26-04-2013 14:29

Deportistas: de héroes a villanos

Atletas internacionales de alto rendimiento con problemas judiciales pierden su mayor fuente de ingresos: los patrocinantes. Fotos.

Famosos. Reconocidos. Admirados. Y, sobre todo, millonarios. Hasta que en un abrir y cerrar de ojos sus vidas cambiaron para siempre. De ejemplos inspiradores por sus méritos deportivos y, sobre todo, por superar espinosos obstáculos vinculados con su salud, pasaron a ser los villanos de turno en el universo deportivo. Uno, el norteamericano Lance Armstrong, reconoció públicamente que se dopó durante buena parte de su carrera como ciclista. El otro, el sudafricano Oscar Pistorius, acusado formalmente de asesinar a balazos a su novia, la modelo Reeva Steenkamp, en la madrugada del 14 de febrero.

El drama, en 2013, los abraza, los une y los deja sin defensa ante la opinión pública que supo cobijarlos como a dos verdaderos héroes. Tiempo atrás, sus historias merecían la fascinación absoluta. El mundo estaba rendido a sus pies y, con ello, los contratos se multiplicaron. Así, los millones de dólares no tardaron en llegar. Pero ahora, con el panorama adverso, Pistorius y Armstrong quedaron huérfanos de apoyo, a excepción de sus familias.

“Antes de elegir a un atleta realizamos una serie de comprobaciones. Pero los deportistas son seres humanos que tienen dramas y se equivocan”, se justificó Mark Parker, CEO de Nike, el principal sponsor de ambos atletas. Sobre la situación del sudafricano, continuó: “Es muy difícil de medir la dimensión de este tipo de hechos. Sabemos que hubo quienes no solo los condenaron, sino también lo hicieron con la marca. El hecho es que no tenemos el control sobre situaciones como esas. Nosotros tratamos de protegernos. Lo que le ocurrió [a Pistorius] fue algo trágico y absolutamente imposible de predecir”.

En definitiva, ni bien quedaron expuestas sus miserias, Nike dio por finalizados sus contratos. En contraste, el golfista Tiger Woods, que en 2009 admitió un sinfín de infidelidades y su adicción al sexo, recibió el total respaldo de la marca deportiva hasta su recuperación. La marca de la pipa aprovechó el escándalo como una forma marketinera de vender redención.

Ascenso. Pistorius tenía menos de un año de edad y sufría ya de una malformación congénita degenerativa. Si el pequeño Oscar aprendía a caminar tal como había nacido, sin el hueso peroné, empeoraría todo y hubiera sufrido problemas físicos aún mayores. Con una urgente intervención quirúrgica, merced a la buena posición económica de su familia, los problemas físicos se disiparon y le abrieron el camino, seis años después, a un nuevo mito que los medios denominaron “Blade Runner” (blade, lámina; runner, corredor). Ya, en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, donde se colgó dos medallas de oro, y en su primer año como atleta corría los100 metros más rápido que el récord mundial paralímpico de ese entonces. La reputación crecía a pasos agigantados. Y el año pasado, en la pista de tartán de los Juegos Olímpicos de Londres, se dio el gusto de competir de igual a igual con atletas convencionales. Por semejante acto de coraje y valor, recibió de sus auspiciantes dos millones de euros.

Para leer la nota completa, adquiera online la edición 1896 de la revista NOTICIAS.

por Damián Cáceres

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