Thursday 28 de March, 2024

LIBROS | 03-05-2013 15:22

Enciclopedia del desastre

“Desayuno de campeones”, de Kurt Vonnegut. La bestia equilátera, 299 págs. $ 129.

Cuando Kurt Vonnegut publicó este libro, en 1973, tenía poco más de 50 años. Estaba un poco cansado. Le habían tocado experiencias estremecedoras, como el suicidio de su madre y la condición de prisionero de guerra encerrado en un sótano de Dresde, ciudad que los Aliados ese día hicieron polvo en la Segunda Guerra Mundial.

Primero inserto sin conflictos en la ciencia ficción (con “Las sirenas de Titán”), después convertido en genial humorista de la desesperación y el absurdo, aquí dio un golpe de timón y armó uno de sus libros más radicales. El narrador salpica el texto con dibujos propios. Tanto las palabras como los dibujos quieren explicar el mundo en general y, muy en particular, los Estados Unidos. Con rasgos gruesos, toscos, va presentando tanto el aspecto de la bandera de Estados Unidos como de un ano, tanto de la vaca que da origen a la hamburguesa (también dibujada) como de una lápida.

El intento de armar una enciclopedia ilustrada del mundo se va volviendo cada vez más absurda. Un personaje central es Kilgore Trout, autor de ciencia ficción popular que es el alma indomable misma no solo de este libro sino también de varios otros del autor. La carcajada suelta o histérica, la sonrisa tierna o temerosa, suelen ser reacciones comunes a medida que las páginas desfilan. En vez de calmar, las explicaciones ponen al desnudo el delirio en que viven tanto los personajes como los lectores. Que la carga de delirio siga intacta habla de la muy relativa evolución de los humanos en los 40 años transcurridos.

Durante mucho tiempo solo hubo una traducción de un sello mexicano de este libro. Luego la adaptación al cine dirigida por Alan Rudolph lo llevó a la editorial Anagrama. Conviene leerlo sobre todo si uno solo ha visto esa película tan frustrada como frustrante. Ahora sigue a “Cuna de gato” en traducción local de Carlos Gardini.

La lectura no tiene barandas tranquilizantes: atrae a seguir sin parar, alentada por su mezcla de locura y emoción, por la decisión de ser claro hasta la ceguera. Junto con “Matadero cinco” y “Cuna de gato” es un material ideal para antropólogos del siglo XXIII que quieran saber cómo era el XX.

por Elvio E. Gandolfo

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